Ruta de la Zarigüeya: una apuesta por la educación ambiental y la convivencia con la fauna silvestre en Buenaventura
La protección de la fauna silvestre es un componente esencial para la sostenibilidad ambiental de Buenaventura, uno de los territorios con mayor biodiversidad del país. En este contexto, se consolida la Ruta de la Zarigüeya, un recorrido ambiental ubicado sobre la avenida Simón Bolívar, principal arteria vial del Distrito, en las inmediaciones del barrio La Transformación y la Universidad del Valle, sede Pacífico.
Este espacio surge como una iniciativa orientada a promover la educación ambiental, fortalecer la convivencia entre la comunidad y la fauna silvestre, y generar conciencia sobre la importancia de proteger las especies que habitan los entornos urbanos.
Fauna silvestre que cohabita el entorno urbano
Buenaventura no solo alberga ecosistemas marinos y selváticos; también es un territorio donde diversas especies silvestres conviven de manera permanente con la población. Entre ellas destacan la zarigüeya y la iguana, animales que cumplen un papel fundamental como controladores biológicos, contribuyendo al equilibrio de los ecosistemas y a la regulación natural de plagas.
Su presencia frecuente en sectores urbanos evidencia la necesidad de fortalecer procesos de sensibilización, orientados a reconocer que estas especies no representan una amenaza, sino que forman parte del entorno natural del Distrito.
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Razones ambientales para la elección de las especies
La selección de la zarigüeya y la iguana responde a criterios técnicos y ambientales. Según registros de la Autoridad Ambiental Urbana, estas dos especies representan cerca del 40 % de los reportes de fauna silvestre atendidos en Buenaventura. Los animales reportados son recuperados, trasladados a espacios transitorios y posteriormente reintegrados a su hábitat natural, como parte de los protocolos de protección y conservación.
Del total de reportes, aproximadamente el 60 % proviene de los barrios aledaños al corredor donde hoy se encuentra la Ruta de la Zarigüeya, entre ellos Bellavista, Doña Ceci y La Transformación, así como del entorno de la Universidad del Valle, sede Pacífico, donde se registra semanalmente la presencia de zarigüeyas.
Arte público como herramienta de pedagogía ambiental
La Ruta de la Zarigüeya incorpora esculturas monumentales como estrategia de pedagogía ambiental y apropiación del espacio público. A través del arte, se busca generar reflexión ciudadana y promover una relación más respetuosa con la fauna silvestre que habita la ciudad.
Las esculturas fueron desarrolladas por el maestro Wilmer Ramírez Escudero, artista reconocido a nivel nacional por obras como la escultura de la ballena jorobada en el parque de Buenaventura, intervenciones en el Parque de los Gatos en Cali, el colibrí en Cali, así como trabajos de restauración en Cristo Rey.
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Esculturas que representan la biodiversidad del territorio
La escultura de la iguana alcanza una longitud aproximada de 12,3 metros, mientras que la zarigüeya, en su conjunto, mide cerca de 10 metros. Ambas fueron elaboradas con materiales de alta resistencia, lo que garantiza su preservación a largo plazo y su permanencia como referentes ambientales y educativos para la ciudad.
Un mensaje ambiental para el territorio y el país
Más allá de su valor estético, la Ruta de la Zarigüeya se consolida como un mensaje ambiental para Buenaventura y para el país, al visibilizar la importancia de la fauna silvestre en contextos urbanos y la necesidad de construir modelos de convivencia basados en el respeto, la educación y la protección de la biodiversidad.
Este recorrido invita a reconocer que la fauna es libre, cumple funciones esenciales en los ecosistemas y debe ser protegida como parte del patrimonio natural del territorio, reafirmando el compromiso de Buenaventura con la conservación ambiental y el desarrollo sostenible.
