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Infartos y perturbación, algunas de las consecuencias de la pólvora en las aves

Frente al uso de los fuegos artificiales las aves pueden presentar alteraciones del ritmo cardíaco y respiratorio.
Foto: Colprensa
Andrea Calderón García

Si bien el mes de diciembre es época de celebración, en el que regularmente se utilizan fuegos pirotécnicos, mientras muchos suelen disfrutar de las llamativas luces en el cielo, la fauna silvestre sufre sus efectos, en especial las aves. Según un análisis del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, ante el uso de la pólvora muchas aves tienden a quedar desorientadas e infartadas.

Las aves son criaturas que reaccionan a diferentes estímulos, tanto visuales como auditivos. Además, tienen la capacidad de detectar cambios climáticos como, por ejemplo, la aproximación de una tormenta meteorológica debido a la caída de la presión del aire y otras señales que les sirve para prepararse y resguardarse.

A pesar de ello, “frente a los fuertes sonidos inesperados que producen los fuegos artificiales, junto a los efectos visuales y acústicos de la pirotecnia, las aves y otras especies presentan distintas reacciones y alteraciones como el aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, que terminan en infartos causándoles la muerte debido al pánico generado”, menciona el informe del Instituto Humboldt.

Algunos estudios realizados sobre el tema por el biólogo Hermann Stickroth, en el artículo ´Efectos de los fuegos artificiales en las aves: una descripción general crítica´, señala que, dicha percepción presentada en las aves, “ocurre a través del órgano paratimpánico en el oído interno o por medio de los sacos aéreos”. Como consecuencia de los fuertes sonidos de la pólvora, las aves entran en pánico, lo que implica que se desorienten en su vuelo, llegando a perder la capacidad visual como resultado de los destellos de luz, el humo y la niebla que deja el uso de los fuegos pirotécnicos.

Debido a lo anterior, las aves quedan en alto riesgo de chocar con obstáculos como edificios, árboles, tendidos eléctricos, entre otros, que la mayoría de las veces suelen terminar en lesiones e incluso la muerte. Por otro lado, en consecuencia de la huida ante el inesperado ruido, las aves también pierden su tiempo de descanso y alimentación.

Algunos datos reunidos por el escritor científico Geoffrey Giller, en su artículo ´¿Son los fuegos artificiales peligrosos para las aves?´, donde se demuestra que, de igual manera, puede verse comprometido el éxito reproductivo de las aves, debido a que, durante la explosión de fuegos artificiales, las aves adultas abandonaron el nido o llegaron muy tarde, dejando desprotegidas a las crías, quienes quedaron expuestas a las condiciones climáticas adversas y a los distintos depredadores.

La investigación ´Los pájaros huyen en masa de los fuegos artificiales de Nochevieja´ realizada por geólogos y especialistas, como Judy Shamoun, Hans van Gasteren, Willem Bouten, entre otros, en Europa, dejó ver que, para los cormoranes, la pérdida de las crías fue hasta 30 veces mayor y se determinó que hasta el 83% de la falta total de nidos ocurrió la noche de los fuegos artificiales. Por su lado, en Estados Unidos alrededor de 5.000 tordos o turpiales alirrojos, murieron en la víspera de Año Nuevo de 2010 cuando se detonaron ilegalmente fuegos artificiales en Arkansas.

Con ayuda de un radar meteorológico, en Europa, se logró cuantificar la reacción de las aves frente al uso de la pirotecnia durante tres años seguidos, durante Año Nuevo, “allí se observó que miles de aves tomaron vuelo poco después de la medianoche, con grandes movimientos aéreos que duraron al menos 45 minutos, además, se identificó que las aves volaron a alturas mayores de las usuales de hasta 500 metros” se menciona en el estudio.

En los pocos artículos disponibles sobre el tema, se prueban distintos cambios en las reacciones fisiológicas, como el aumento en la frecuencia cardíaca, la liberación de hormonas y otras reacciones metabólicas, las cuales demuestran el estrés que viven las aves frente al uso de la pólvora.

Según datos recopilados en la investigación de Stickroth, pone en evidencia que el vuelo no es la única estrategia de huida en las aves frente a los explosivos, pues, “dependiendo de la especie, los individuos tienden a escapar corriendo o nadando hacia áreas alejadas o hacia la vegetación protectora. Esto suele suceder en aves que no presentan un desarrollo en su capacidad de vuelo o en los jóvenes quienes aún no han aprendido a volar”.

Daniela Gómez y Nattaly Tejeiro, investigadoras del equipo de ornitología de colecciones biológicas del Instituto Humboldt, explica que, “Lo anterior evidencia la cuantificación de éstos impactos en las aves europeas o norteamericanas, sin embargo, en países neotropicales como el nuestro dónde la diversidad de aves es la mayor a nivel mundial, las consecuencias pueden ser más complejas y son incluso desconocidas”.

Mientras algunas personas catalogan a las explosiones de fuegos artificiales como algo majestuoso e increíble, hay quienes sufren las consecuencias del brillo de sus luces y los inesperados sonidos que estos producen, tanto los animales silvestres como los domésticos llegan a presentar perturbaciones y temor, lo cual puede llegar a producir en las aves desequilibrios tanto en individuos como en poblaciones.

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