Compañías aéreas siguen cancelando vuelos hacia y desde Caracas tras advertencia de EE. UU. por actividades militares
El tráfico aéreo entre Colombia, América Latina y Venezuela entró en un escenario de alta tensión luego de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) publicara un Notam de emergencia el 22 de noviembre, alertando sobre un “riesgo potencial” en la Región de Información de Vuelo Maiquetía (Svzm). La advertencia señala que las aeronaves podrían enfrentar amenazas a cualquier altitud, un mensaje que desencadenó una ola de revisiones y cancelaciones en las principales aerolíneas que operan rutas hacia Caracas.
¿Cómo reaccionaron las aerolíneas tras la alerta de la FAA?
Las decisiones se ejecutaron de inmediato. Iberia canceló todos sus vuelos hacia Caracas hasta nuevo aviso, mientras Avianca, TAP y Gol suspendieron las operaciones previstas para esa misma fecha desde Bogotá, Lisboa y São Paulo. Latam se sumó a las medidas con una suspensión temporal para el 23 y 24 de noviembre, habilitando reembolsos, reprogramaciones y cambios de ruta hacia Cúcuta sin costos adicionales para los pasajeros afectados.
En contraste, Wingo y Copa Airlines conservaron sus itinerarios, aunque bajo una evaluación constante del nivel de riesgo.
¿Qué posición adoptó Colombia frente al escenario de riesgo?
La Aeronáutica Civil de Colombia activó un protocolo especial de seguimiento, instruyó a las aerolíneas nacionales a reportar incidentes operacionales en la zona advertida y exigió actualizaciones permanentes sobre cualquier cambio en las operaciones. El organismo enfatizó que la seguridad aérea es un principio “intangible y no negociable”, especialmente ante alertas de carácter internacional.
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¿La advertencia aérea está relacionada con la presencia militar de EE. UU. en la región?
El mensaje emitido por la FAA coincide con el fortalecimiento del despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico, a través de la Operación Lanza del Sur dirigida por el Comando Sur.
En los últimos dos meses, Washington ha registrado más de 15 bombardeos a embarcaciones y ha desplegado el portaaviones USS Gerald R. Ford junto a tres destructores. Aunque algunos medios estadounidenses sostienen que un ataque aéreo sobre Venezuela sería “cuestión de tiempo”, el expresidente Donald Trump ha negado públicamente esa posibilidad.
La alerta no solo afecta vuelos comerciales. Misiones humanitarias y operaciones de carga también han debido ajustar itinerarios, lo que incrementa los retrasos y la congestión regional.
Expertos advierten que, si la alerta se prolonga, el flujo de viajeros podría desplazarse hacia pasos fronterizos terrestres como San Antonio–Cúcuta y Arauquita, donde la infraestructura no está preparada para absorber un volumen masivo de pasajeros.
Las compañías aéreas anunciaron que revisarán diariamente la situación y solo reanudarán vuelos cuando exista plena estabilidad operacional en el espacio aéreo venezolano. La advertencia de la FAA tiene vigencia —en principio— hasta febrero de 2026.