Gobierno garantiza alimentación escolar durante el receso con 2,5 millones de canastas en 2025
El Gobierno del Cambio, liderado por el presidente Gustavo Petro, consolidó por tercer año consecutivo una política sin interrupciones en materia de alimentación escolar, garantizando la entrega de 2,5 millones de canastas alimentarias a niños, niñas y adolescentes durante los periodos de receso académico.
La inversión supera los $253.000 millones, dirigida especialmente a territorios rurales, indígenas, campesinos y urbanos con mayores índices de inseguridad alimentaria.
¿Qué territorios fueron priorizados y por qué representa un hecho histórico?
La intervención no se concentró en capitales, sino en municipios históricamente excluidos y de difícil acceso. Durante esta vigencia, la estrategia cubrió 10 departamentos: Nariño, Caquetá, Bolívar, Putumayo, Cesar, Meta, Chocó (Quibdó), Risaralda, Vaupés y Norte de Santander, incluyendo regiones catalogadas en conmoción interior.
Entre los municipios atendidos se destacan:
Tumaco, Barbacoas, Solano, San Pablo, Puerto Asís, Río de Oro, Mapiripán, Mistrató, Mitú, y un hecho notable: Cúcuta fue la única capital del país incluida en la entrega durante receso escolar.
La operación fue articulada con rectores, supervisores del PAE, cabildos indígenas, juntas de acción comunal y alcaldías, asegurando presencia institucional donde antes no llegaba.
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Para el receso de 2025, las canastas recibieron mejoras en composición nutricional y valor, ajustadas a la realidad alimentaria de cada territorio. El objetivo: garantizar productos suficientes para preparación en casa y mantener una nutrición adecuada incluso fuera del periodo escolar.
De forma complementaria, y en coordinación con el ICBF, se entregaron más de 400.000 bolsas de bienestarina, reforzando la alimentación de niños, niñas y adolescentes en el cierre del año académico.
La alimentación escolar deja de depender del calendario académico y pasa a operar como una política pública continua. Para miles de familias, los recesos escolares significan un aumento en los costos de alimentación y un mayor riesgo de desnutrición infantil. Con este modelo, el Gobierno del Cambio convierte la seguridad alimentaria en una garantía permanente, no en un beneficio condicionado a la presencialidad.
Las cifras respaldan su carácter histórico: por primera vez en un cuatrienio, la entrega de canastas alimentarias se ha mantenido en todos los recesos, priorizando hogares con altos niveles de vulnerabilidad.