Seis personas fueron asesinadas por un nuevo ataque de Estados Unidos en aguas del Caribe
En un nuevo episodio de la escalada militar de Estados Unidos en aguas internacionales, este fin de semana se llevaron a cabo dos ataques letales contra embarcaciones, informó el Departamento de Defensa a través de su secretario de guerra, Pete Hegseth. Durante este nuevo episodio de violencia, seis personas fueron asesinadas y señaladas como narcotraficantes, sin que se presentaran pruebas que confirmaran la versión oficial del gobierno de Trump.
Desde principios de septiembre, Estados Unidos. ha intensificado acciones militares en el Caribe y el Pacífico contra embarcaciones supuestamente sospechosas de narcotráfico. Según datos oficiales ya serían más de 70 las personas asesinadas.
Las acciones del gobierno Trump han generado una voz de alarma por parte de jefes de Estado y organismos de derechos humanos., El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, sostuvo recientemente que las acciones de Estados Unidos “violan el derecho internacional humanitario” y solicitó su cese inmediato, calificando las operaciones como "ejecuciones extrajudiciales".
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¿Quiénes podrían estar muriendo?
Una investigación de la agencia Associated Press (AP) reveló nuevas evidencias sobre presuntas ejecuciones extrajudiciales de cuatro venezolanos a manos de fuerzas estadounidenses en el mar Caribe, entre ellos un pescador, un excadete militar y un conductor de autobús.
El hallazgo respalda la denuncia del presidente Gustavo Petro, quien ha señalado que estos bombardeos perpetrados por el gobierno de Trump constituyen un “asesinato” y una violación del derecho internacional humanitario. Estas denuncias apuntan a que algunas de las embarcaciones atacadas podrían no transportar drogas ni pertenecer a organizaciones criminales, sino que serían pescadores o trabajadores del mar asesinados sin juicio ni derecho a defensa.
Caso colombiano
En diálogo exclusivo con el gerente de RTVC Noticias, Hollman Morris, la familia del pescador colombiano Alejandro Carranza, asesinado en uno de los recientes ataques, aseguró que este salió a faenar en el Caribe y nunca regresó. Denunciaron que no era narcotraficante y que fue ejecutado sin derecho a defensa ni debido proceso, lo que, según organismos internacionales, constituye un crimen de guerra.
Implicaciones
Organismos internacionales de derechos humanos, líderes regionales y comunidades pesqueras alertan sobre los riesgos y consecuencias de los ataques estadounidenses en el Caribe y el Pacífico:
Legalidad: Aunque EE.UU. presenta las operaciones como acciones contra “narcoterroristas”, expertos y organismos internacionales recuerdan que el narcotráfico es un asunto de derecho penal y policial, no de guerra. La fuerza letal debería aplicarse únicamente ante una amenaza inmediata de muerte o daño grave, y en estricto cumplimiento del derecho internacional humanitario.
Soberanía y estabilidad regional: Los ataques se producen en aguas internacionales y frente a costas de países del Caribe y Venezuela sin autorización de sus gobiernos, lo que constituirían una violación de la soberanía y aumenta la tensión militar en la región.
Presunción de inocencia y derecho a la vida: La falta de transparencia, identificación de víctimas y pruebas judiciales convierte estos ataques en posibles ejecuciones extrajudiciales, según advierte la ONU y expertos en derechos humanos.
Impacto sobre comunidades vulnerables: Se han presentado denuncias de que embarcaciones atacadas pertenecerían a pescadores y trabajadores del mar que dependen de la pesca para subsistir. La criminalización indiscriminada de estas comunidades podría derivar en muertes injustificadas y profundizar la vulnerabilidad social y económica de estas poblaciones.
Cooperación regional en riesgo: Países como Colombia, Ecuador, Venezuela y las islas del Caribe observan con preocupación estas operaciones unilaterales. Los ataques podrían debilitar mecanismos de cooperación antidrogas y afectar la seguridad marítima, el medio ambiente y la estabilidad social.
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El ataque reportado ayer se inscribe en una pauta de creciente militarización de la guerra contra el narcotráfico por parte de EE.UU., extendida al Caribe y al Pacífico, con consecuencias graves para los derechos humanos, la soberanía regional y la justicia internacional. Mientras Washington presenta estos actos como defensa nacional, organismos de la ONU y las familias de los desaparecidos los califica de ejecuciones extrajudiciales y crímenes de guerra. En ese escenario, la vigilancia periodística se vuelve indispensable para exigir transparencia, reparación y respeto al derecho internacional.