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Comunidades piden revisión de alertas tempranas en Caldas

El Congal fue una vereda de Samaná arrasada por el conflicto entre Farc y AUC en 2002.

En Caldas las zonas más vulnerables ante la violencia y que reportan más alertas tempranas son el bajo occidente y el oriente. Allí el desplazamiento forzado y la resiembra de coca generan problemas de seguridad en al menos cinco municipios.

En municipios como Riosucio, Supía y Marmato hay tensiones derivadas de la acción de grupos armados ilegales que entran a territorios indígenas, o también se reportan casos de amenazas de muerte a líderes políticos.

"En Riosucio hemos tratado de mitigar este tipo de alertas, tomando contactos con gobernadores de resguardos, ya que nuestra labor es darles seguridad a ellos. Buscamos mejorar los canales de comunicación para recibir informaciones, quejas o problemas; y que siempre acudan a nosotros cuando se sientan intimidados", señaló el comandante del Batallón Ayacucho en Caldas, coronel Gerardo Avilán.

Mientras tanto al otro lado de la Cordillera Central, en Samaná, líderes sociales como Jhon López, actualmente exiliado en el extranjero por amenazas de muerte, señala que no se cumplen los pedidos de protección de la Alerta 021 de la Defensoría del Pueblo.

"Los grupos paramilitares son los que están detrás de las minería ilegal, de la resiembra de coca, de las amenazas y desplazamientos, como en la vereda El Roble (corregimiento de Florencia), donde el control lo tiene Oliverio Isaza, alias 'Terror'. Cuando hemos denunciado es porque hemos visto que se está buscando repetir la violencia que hubo en la región", puntualiza López.

Samaná es uno de los municipios más remotos de Caldas, al estar a casi un día de viaje en carro desde Manizales, esto incide en el control que el Estado tiene sobre la región. "Pese a que hay captura vemos que siguen cometiéndose actividades ilegales, algunas coordinadas desde La Dorada. Es muy importante que los mandatarios salientes y electos acaten las advertencias de la Defensoría del Pueblo", afirma Jhon.

En Caldas hay 97.000 personas registradas como víctimas del conflicto armado. En municipios como Samaná al menos el 90 % de su población hace parte de los registros oficiales que censa a las personas afectadas por la violencia.

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