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Embajadores de Alemania y Francia ven el Acuerdo de Paz en Colombia como un modelo para el mundo

“Convivir con diferencias es algo que se debe aprender y Colombia está aprendiendo con una rapidez increíble”.
Entrevista embajadores de Alemania y Francia sobre la paz en Colombia
RTVC - Sistema de Medios Públicos
Juan Ricardo Pulido, coordinador de las Emisoras de Paz

Colombia vive, sin duda, uno de los momentos más importantes de su historia reciente. No solamente por el cambio que expresaron los ciudadanos a través de los dos candidatos que participaron en la segunda vuelta presidencial, sino porque la implementación del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera ha planteados diálogos y escenarios antes impensables.

La comunidad internacional, principalmente desde la Unión Europea, ha contribuido al sostenimiento del Acuerdo, impulsado su implementación y, quizá sin haberlo previsto, se ha valido de su dolorosa experiencia de guerras y división para plantear caminos de unidad para los colombianos.

Los embajadores de Francia, Frédéric Doré, y de Alemania, Peter Ptassek, en entrevista con Radio Nacional de Colombia, coincidieron en exaltar el trabajo adelantado por tres organismos creados por Acuerdo de paz: la Comisión de la Verdad, la Jurisdicción Especial para la Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas. Así mismo, dialogaron sobre la implementación del Acuerdo y el papel que los colombianos deben asumir en la construcción de paz.

¿Qué balance hacen respecto a la implementación del Acuerdo de Paz?

Embajador de Alemania, Peter Ptassek: Lo más difícil, lo más grande en este Acuerdo, era firmarlo y después implementarlo. Normalmente la paz se da entre enemigos, por eso es tan difícil, y lo que me llama la atención en Colombia es una diferencia muy fuerte entre la percepción en Colombia y la percepción en el mundo. Afuera se habla de este acuerdo como un gran logro, un modelo a seguir. Nunca en ningún otro sitio se ha logrado poner fin a un conflicto armado de 50 años, en Colombia sí. Pero en Colombia casi no se conoce el gran logro, más allá de los detalles, más allá de los capítulos, más allá del contenido, es decir, 'ya no queremos seguir así, vamos a romper esta lógica de la guerra'. Ese es el gran logro.

Embajador de Francia, Frédéric Doré: Este Acuerdo de paz es un ejemplo para la comunidad internacional, es un ejemplo para tratar de acabar con algunos conflictos armados. Este Acuerdo está previsto para quince años de implementación, entonces estamos en el día de hoy al tercio de la fase de implementación. Por esta razón, es normal que haya todavía desafíos, pero vemos esta implementación con optimismo. Y de parte de Francia, desde el inicio de este Acuerdo, hemos apoyado una implementación integral y lo hemos apoyado a nivel internacional dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y aquí también en Colombia.

Embajador Ptassek: En Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial, teníamos mucho material para discutir la culpa de los padres, abuelos y de todos. Y necesitamos veinte años antes de empezar a hablar, y eso solamente bajo presión de la calle, de los estudiantes que dijeron: ‘Nos dicen qué hicieron en ese entonces, porque ya no podemos vivir con las mentiras’. Esta voluntad de la verdad es algo muy importante, pero en Alemania necesitamos mucho más tiempo. En Colombia lo que ya tenemos es impresionante. Se abrió un espacio de discusiones. Yo puedo tener una opinión en contra o en favor del Proceso de paz y nadie va a matarme y eso no siempre ha sido así en este país. Convivir con diferencias es algo que se debe aprender y Colombia está aprendiendo con una rapidez increíble.

En el año 1963, Francia y Alemania firmaron el Tratado de Elíseo, que no es más que un tratado de amistad entre los dos países, pero que les ha permitido por cerca de 60 años, estar en paz. Ese tratado tenía como elementos fundamentales la educación y las juventudes, ¿por qué estos elementos fueron y son determinantes en la búsqueda de la reconciliación?

Embajador Ptassek: ¿Un cambio de chip dónde empieza? ¿En las personas mayores? Tengo mis dudas. Normalmente, un cambio en la cultura es extremadamente duro, normalmente no se hace de la noche a la mañana, pero sí empezando con los niños, con los estudiantes, en los colegios y hablar sobre lo ocurrido. Nosotros tuvimos unas comisiones de historiadores Francia-Alemania, Polonia-Alemania, Rusia-Alemania, para ponerse de acuerdo, cómo de lado y lado hablamos de lo que ocurrió durante la guerra, porque hay narrativas muy diferentes. En Rusia las cosas se muestran completamente diferentes de lo que se ven en Alemania. Y me parece que ese es el trabajo que está haciendo la Comisión de la Verdad: establecer una narrativa del conflicto armado para hablarlo, entenderlo y evitar la repetición. La educación no es solamente leer textos y libros en las escuelas, en los colegios, sino que hubo un intercambio entre los jóvenes de Francia y Alemania. Uno de los elementos más importantes del tratado es poner en contacto a nuestros jóvenes para que compartan la experiencia en el otro país, eso hace la diferencia.

Embajador Doré: La educación y la juventud son elementos fundamentales de este proceso de reconciliación porque son la ilustración del futuro de los países. Y para dar un ejemplo con respecto a la Comisión de la Verdad, vamos a apoyar la difusión del informe a través de las redes de liceos franceses en Colombia porque nos parece que esta difusión a través de las juventudes es algo importante para el futuro.

¿Cuáles son para ustedes los puntos más complejos del acuerdo? Los que tenemos que trabajar más.

Embajador Ptassek: Los problemas más grandes son los vinculados con los problemas estructurales del país. La desigualdad, el asunto de las tierras y muchos de estos asuntos llevaron al conflicto armado. Para evitar otro conflicto armado hay que trabajar en todos estos temas. Empezamos en los últimos cuatro años con la reincorporación de excombatientes, eso funcionó muy bien. Ninguno de ellos volvió a retomar las armas, están trabajando como campesinos, en unas instalaciones muy alejadas y están dando un ejemplo de que sí se puede cambiar la vida tras un período tan largo de violencia. Este Acuerdo, a mi juicio, tiene todo para una reforma profunda del país y, no sé por qué, pero no se habla tanto del contenido de este texto, se habla de qué tan injusto es, qué tan necesario es. Hablan sobre el texto, pero no lo están leyendo.

Estamos ad portas de que la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición entregue su informe final. Y hemos escuchado en los últimos días a quienes integraron el secretariado de la entonces guerrilla de las Farc ante la JEP. En todos estos espacios hay un componente fundamental de cara a las víctimas y a la reconciliación, la verdad. En un sentido humano más que jurídico, para ustedes ¿qué es la verdad y cuál es la importancia de la verdad?

Embajador Ptassek: En este país, la verdad, sobre todo, es una exigencia de las víctimas. Quieren saber qué ocurrió. Qué hicieron con mi padre, con mi madre, con mi hija, es saber qué ocurrió. La verdad, cuando es una verdad desagradable, no alegra a nadie, es así. En Alemania tampoco y a pesar de un proceso muy largo, de discusiones sobre el pasado, sobre el régimen de Hitler y el holocausto y todo lo que hicimos y seguimos haciendo. Yo recuerdo que en los años 80 organizaron una exposición en Berlín sobre lo que hicieron nuestros soldados en la guerra y qué vínculo tuvieron con los nazis y qué crímenes se cometieron. Eso ha sido una experiencia increíble porque rechazaron del lado de las familias de los soldados, dijeron que nunca tuvieron ningún vínculo con este régimen de criminales, y eso mostró que otra vez nos perdimos de una oportunidad de hablar sobre lo ocurrido. Y hasta 40 o 50 años después no se habló de todo. Esto demostró que uno nunca puede acabar con su pasado, siempre que haya preguntas de los hijos, de los vecinos, de quien sea, hay que responder con veracidad. La verdad es como una puerta, a veces espinosa, hacia un cuarto nuevo, un espacio nuevo, porque más allá de las verdades dolorosas hay el espacio de reconciliación, de aprendizaje.

Embajador Doré: La verdad es un pilar fundamental en este proceso de reconciliación porque para las víctimas y para estar en una posición de reconstruirse, de perdón, es necesario tener acceso a la verdad y saber lo que ocurrió con sus seres queridos. Por esa razón, la verdad es una herramienta fundamental de este proceso de reconciliación y de perdón y es también una manera de contribuir a la no repetición. Yo quiero subrayar el trabajo invaluable de la Comisión de la Verdad porque creó espacios para escuchar los testimonios y espacios para trabajar sobre el informe. Es muy importante en este proceso buscar la verdad en todos los territorios de Colombia y, en particular, los testimonios de las víctimas en los territorios más afectados por el conflicto. La verdad es necesaria para avanzar.

¿Qué esperan los colombianos del informe final de la Comisión de la Verdad?

Embajador Ptassek: De este informe están esperando los colombianos una explicación. En otras palabras, quizá una narrativa de cómo ocurrió este conflicto armado, por qué no se ha podido acabar con el conflicto antes, cuáles son los factores principales, quiénes son los actores. Esto tiene mucho que ver con la pregunta de la verdad: ¿Qué ocurrió, qué hicieron y quiénes lo hicieron? La verdad no tiene el interés en el castigo, la verdad es el interés de las víctimas por saber qué hicieron con mis seres queridos. Esta narrativa del conflicto la veo en la perspectiva del trabajo de los historiadores en Alemania, Rusia, Polonia y Francia de establecer una narrativa, que es la base de la memoria colectiva de este país. Esta base se necesita para saber, conocer su identidad, quiénes somos. Si seguimos con ojos cerrados, nunca vamos a vernos en el espejo. Hay que abrir los ojos, ver la verdad, si es una verdad fea, quizás el futuro será más bello.

El trabajo adelantado por la Jurisdicción Especial para la Paz, la JEP, ha sido, quizá, de mayor exigencia que otras entidades, dado que ha generado división, ha estado en el centro de la polémica. Aun así, ha sacado adelante tareas determinantes en cuanto al cumplimiento del Acuerdo. ¿Cómo perciben ustedes el trabajo adelantado por la JEP?

Embajador Doré: Me parece que el trabajo de la JEP es uno de los ejemplos sobre los cuales podemos decir que, en solamente cinco años, Colombia ha logrado mucho en la implementación del Acuerdo de paz. Y en el trabajo de la JEP lo que vemos es que hay progresos importantes en pocos años, entonces me parece algo muy positivo y es algo que apoyamos desde Francia, la Unión Europea y la Comunidad Internacional.

Embajador Ptassek: Usted mencionó esta controversia sobre la JEP y eso por fin ha sido una controversia muy útil porque despertó a los colombianos, a las instituciones, a la comunidad internacional que dijeron qué tan grande es este logro de una Jurisdicción Especial para la Paz, que no se está enfocando solamente en el castigo, sino en la contribución a la verdad, a la memoria colectiva. Eso es un punto muy importante porque explica por qué no van a resultar en cárcel todos, pero solamente los que no están contribuyendo a la verdad.

Los que están contribuyendo a la verdad tienen derecho a sanciones propias. ¿Qué son sanciones propias? Son las obras de reconciliación, de reparación también y eso se está preparando en un proceso muy fascinante porque hay encuentros entre las víctimas y los victimarios y tienen que ponerse de acuerdo cómo van a hacer la reparación, qué se considera como reparación del lado de las víctimas. Ellos o ellas tienen el papel central, son la piedra angular de todo ese sistema. Ellos van a decidir ‘es suficiente’, ‘no es suficiente’, ‘me ayuda’, ‘puedo o no puedo perdonar’. Y la voz de las víctimas es lo que va a decidir sobre el futuro de todo el proceso.

Esa búsqueda de la verdad y reconstrucción de la memoria es un indicador más de que el Acuerdo tiene en el centro a las víctimas o al menos así se referencia regularmente. ¿Se ha mantenido así? ¿El acuerdo tiene en el centro a las víctimas?

Embajador Ptassek: Ha sido muy difícil involucrar a los victimarios porque para ellos es un proceso difícil, tienen que admitir que cometieron crímenes, crímenes de guerra, ¿quién lo hace con mucho gusto?, nadie. Y en este proceso por la discusión pública de impunidad, no impunidad, se habló más de los victimarios que de las víctimas, pero el proceso se enfocó mucho más en las víctimas. Y eso es algo que sigue tapado, no visible, cubierto por la discusión polarizada.

Sobre la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado, más conocida como la Unidad de Búsqueda, ¿cómo ven su trabajo?

Embajador Doré: Es un área muy compleja, es un trabajo muy difícil el que está haciendo la Unidad de Búsqueda, pero es un trabajo y una acción fundamental porque es parte de este proceso de verdad. Y es parte del carácter central de las víctimas y para las familias de las víctimas este trabajo es esencial.

Desde la comunidad internacional el Acuerdo de Paz en Colombia es un referente y modelo para el mundo, sin embargo, a los colombianos nos cuesta reconocer su importancia. ¿Qué valor le dan ustedes al acuerdo y por qué a nosotros nos cuesta tanto?

Embajador Doré: Este Acuerdo de paz no es solamente el desarme de las ex-Farc, es algo más ambicioso, es algo que tiene como objetivo acabar con la violencia y con las raíces de la violencia en Colombia. Es un camino de paz, que es un camino muy exigente y por esas razones hay muchos desafíos que quedan aquí en Colombia. Pero desde el punto de vista de la comunidad internacional, este Acuerdo de paz es uno de los eventos importantes en el sector de la paz durante los últimos años y, como lo he dicho, hay muchos aspectos y herramientas en este Acuerdo que pueden ser utilizados en otros conflictos armados. Entonces, este Acuerdo de paz tiene importancia para Colombia y para todo el mundo.

Embajador Ptassek: No vamos a negar los problemas. Y con el proceso de paz no faltan los problemas porque está llevando a discusiones muy fuertes, polarización, amigos, enemigos de la paz, pero lo que se ve como un problema, ya hace parte de un proceso de solución. Que haya una discusión sobre esta paz es un síntoma muy bueno porque el texto en sí, para que no siga en letra muerta, tiene que implementarse, interpretarse, qué significa la paz en este lugar, hoy, con mi vecino, con otros grupos, con otros sectores. Eso necesita mucha interpretación, es trabajo y este trabajo acabó de empezar. Se abrió un espacio de discusiones y este espacio no va a desaparecer, está y hace parte de la vida de los colombianos y es un logro que se está desarrollando, ampliando y fortaleciendo. La experiencia con la controvertida discusión sobre el proceso de paz muestra que sí aprendieron a hablar de puntos diferentes, tener opiniones diferentes y convivir con esas diferencias sin matarse. Eso es algo que muestra que vamos por buen camino, a pesar de todo.

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