Hasta siempre Miravalle: la esperanza ante la encrucijada de la reincorporación
Con miradas nostálgicas y en medio de la incertidumbre, el pasado 20 de agosto de 2024 decenas de firmantes de paz ubicados en el ETCR (Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación) de la vereda Miravalle (San Vicente del Caguán) le dijeron adiós a este entrañable ‘filo’ donde por cerca de 8 años adelantaron su proceso de reincorporación con diversas apuestas. Amenazas de grupos armados ilegales los obligaron a desplazarse del municipio, pero no a desistir del propósito de construir paz en Caquetá.
“No es un adiós, es un hasta siempre Miravalle”. Con esta frase los y las firmantes de paz del ETCR Óscar Mondragón se despidieron de su vereda ubicada en la zona de reserva campesina El Pato Balsillas de San Vicente del Caguán, Caquetá, desde donde se dieron a conocer ante el país y el mundo por sus apuestas de paz y hazañas, luego de que en 2016 decidieran cambiar sus armas por remos, cafetales y liderazgos para trabajar en la construcción de paz junto a comunidades campesinas.
Un proceso que inició luego de la firma del Acuerdo de Paz con la instalación de un Punto Transitorio de Normalización (PTN), que hizo tránsito luego al ETCR Óscar Mondragón, un lugar en la geografía montañosa de San Vicente del Caguán, hasta donde llegaron a lo largo de varios años múltiples personalidades políticas y académicas, como el investigador Alfredo Molano y delegaciones de las universidades Javeriana, Surcolombiana, Uniamazonia y Tolima, así como la Comisión de Paz del Congreso, que arribó el 10 de septiembre de 2018 a conocer los avances de la paz.
A este lugar, del que salieron desplazadas cerca de 90 personas el pasado 20 de agosto de 2024 debido a amenazas y disputa territorial de grupos armados ilegales, también acudieron durante los últimos años cientos de turistas deseosos de interactuar con las desafiantes aguas del río Pato y conocer las diferentes apuestas de paz y reconciliación.
Se trata de iniciativas como el emprendimiento turístico ‘Caguán Expeditions’ y el equipo de rafting ‘Remando por la Paz’ que surgieron como experiencias de turismo de aventura tras la entrega de las armas por parte de los firmantes de paz en junio 2017, bajo el lema “Se van las armas vivan las palabras”. De esta manera, aferrados a los remos, se lanzaron al río Pato para llevar al mundo un mensaje de paz a través del deporte, quienes trascendiendo fronteras han logrado diversos reconocimientos en dos campeonatos mundiales, un panamericano, cinco nacionales y tres encuentros regionales.
Paso a paso, las y los firmantes de paz también han tejido nuevos lazos y han reforzado otros con múltiples organizaciones ambientales, campesinas y emprendimientos liderados por ´patunos´, sanvicentunos y caqueteños. Así nació ‘Crafepaz’, una marca de café de origen que representa la transformación de este territorio que apuesta por la reconstrucción del tejido social. Iniciativa que hace parte del Comité de Reincorporadas Asociadas por la Paz - Creapaz, liderada por mujeres que decidieron dejar las armas para trabajar con la comunidad de la zona y buscar la independencia económica.
Pese a que las circunstancias adversas de la reconfiguración del conflicto armado en el departamento del Caquetá terminaron por forzar la salida de San Vicente del Caguán de estas familias que apuestan por la construcción de paz, en la memoria de la sociedad colombiana seguirán vigentes apuestas con impacto nacional que se gestaron desde ese municipio, como las cuatro versiones del Festival de Rafting Remando por la Paz y los diferentes reconocimientos logrados por este grupo de hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas que echaron raíces con sus diversas apuestas comunitarias, productivas y sociales.
Actualmente, desde el predio ´Rancholandía´, en el municipio de El Doncello, Caquetá, donde los firmantes fueron reubicados por la Agencia para la Reincorporación y Normalización, las ideas, los proyectos y propósitos de paz continúan firmes: entre el 30 de octubre y 2 de noviembre de 2024, el equipo de rafting Remando por la Paz dejó en alto la bandera de Colombia en el Panamericano de Chile; entre tanto, las mujeres reincorporadas continúan participando de ferias en el país para deleitar a los colombianos con su marca de café, mientras la agencia de turismo Caguán Expedition ultima detalles para la realización del quinto Festival de Rafting Remando por la Paz que tendrá lugar el próximo 24 de noviembre.
Panorama de la reincorporación
De acuerdo con información recopilada por la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, a la fecha, al menos cinco de los antiguos ETCR se han trasladado; se trata de los ETCR de Santa Lucía-Ituango-, en Antioquia (2020); La Macarena-Yarí, en el Meta (2021); Mesetas, en Meta (2023); Vista Hermosa, en Meta (2023); y Miravalle, en Caquetá (2024). Es importante destacar también que hay varios ETCR consolidados. Por mencionar algunos: Llano Grande, en Antioquia; Agua Bonita, en Caquetá, y Tierra Grata, en el Cesar.
A ocho años de la firma del Acuerdo de Paz de 2016, la reincorporación tiene un nuevo panorama: según la ARN, 10.265 personas firmantes viven fuera de los ETCR en más de 600 municipios, sea en pueblos o ciudades capitales. Muchas personas en proceso de reincorporación han elegido nuevas opciones de vida de manera individual o colectiva, dinámica por la cual se han constituido Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR). La Misión de Verificación de la ONU en Colombia ha monitoreado hasta 75 de ellas en el país.
Crafepaz, un café con aroma a reconciliación
En las montañas de la vereda Miravalle, donde se divisan verdes cafetales con historia de colonos, nació en 2023 Crafepaz, una marca de café de origen de las manos y el trabajo de mujeres firmantes del acuerdo de paz y campesinas de esta zona rural de San Vicente del Caguán. Una iniciativa de mujeres reincorporadas vinculadas al Comité de Reincorporadas Asociadas por la Paz, Creapaz, que actualmente y, pese al desplazamiento forzado de esta zona de reserva campesina, continúan sosteniendo su proyecto con la firme convicción de que la paz se construye con las comunidades.
A continuación podrá escuchar más sobre la experiencia.
Como Patos al agua ´Remando por la Paz´
El vínculo con el río Pato en la zona de reserva campesina los conectó con el territorio desde la niñez, y la paz los sumergió en sus aguas para hacer de los botes y remos del rafting un legado de construcción de paz en Colombia; de sus proezas en ríos del mundo hablan los reconocimientos que han logrado este grupo de hombres y mujeres firmantes de paz e integrantes de la comunidad de la vereda Miravalle. Ellos, con la alegría de los remos, continúan conquistando triunfos y construyendo paz.
"Los libros nos dan la posibilidad de seguir narrando a pesar de ir en contracorriente"
En 2016, con la firma del Acuerdo de Paz y a través del proyecto ‘Bibliotecarios por la paz’ del Ministerio de Cultura, se fueron las armas y llegó la magia de los libros y la creatividad a la vereda Las Morras, ubicada a pocos minutos del hoy desplazado Espacio Territorial de Reincorporación y Normalización (ETCR), Óscar Mondragón, en la vereda Miravalle de San Vicente del Caguán. Desde ese momento, con alegría y entusiasmo, comunidades campesinas y firmantes de paz empezaron a crear a partir de la literatura. Las letras expresaban cómo se tejía la paz en esta zona rural y los imaginarios de vida de niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres rurales.
Actualmente, tras el desplazamiento forzado del ETCR de Miravalle, Pablo Iván Galvis Díaz, docente y escritor, quien fue el primer bibliotecario de este espacio, afirma que "los libros nos dan la posibilidad de seguir narrando a pesar de ir en contracorriente", una frase de su libro ‘Atizando el Fuego’, que narra la diversidad de crónicas y metáforas en torno a una apuesta de paz: la cotidianidad de una biblioteca rural. Así mismo, destaca que, pese a este contexto, "la biblioteca permanece, significa devolverles a las comunidades que han sufrido y siguen sufriendo el conflicto".
Liderazgos que reman y cultivan paz
Mujeres y hombres han liderado los procesos comunitarios y sociales del ETCR Óscar Mondragón desde hace siete años; hoy desde El Doncello no retroceden, por el contrario, ven solo oportunidades de continuar construyendo tejido social.
Hermides Linares
El departamento del Meta lo vio nacer hace 42 años y el Caquetá crecer desde los 12 años. Es un hombre de sonrisa tímida y voz alegre, amante del agua y los ríos caqueteños. Ha sido enlace de reincorporación del ETCR Óscar Mondragón.
Actualmente es el director técnico del equipo Remando por la Paz, selección nacional de rafting que ha representado al país en dos mundiales, un Panamericano, cinco campeonatos nacionales y tres encuentros regionales. Equipo galardonado con el premio a deportista del año 2022 en el departamento de Caquetá.
Hoy ayuda a acomodar muebles y organizar espacios para que firmantes y sus familias continúen construyendo paz desde otro lugar del territorio, luego de la salida forzada de Miravalle. Y aunque en su mente siempre está el río Pato, hoy continúa en la búsqueda de nuevos afluentes que les permitan seguir “remando por la paz”.
Adriana Villa
De la mano de su hijo y con la fortaleza de la unidad, esta mujer líder y representante legal de CreaPaz, está siempre dada al servicio. Desde su llegada en 2017 a la vereda Miravalle, su rol como firmante de paz se ha volcado a la labor social como encargada del área de salud e infancia y adolescencia dentro de la comunidad.
A través de CreaPaz siente que ha logrado restablecer el tiempo que estuvo en las Farc-ep. Hoy desde El Doncello su anhelo continúa siendo visibilizar el empoderamiento de las mujeres firmantes y campesinas a través de iniciativas como Crafepaz.
Es firme en su convicción y anhelo de paz y está convencida en que volvería a firmar la paz “una y mil veces”. Llora y sonríe al hablar de lo feliz que la hace que los niños y niñas para los que trabaja le digan que se tomaron la sopa gracias a que ella los motiva y enseña.
Franklin González
Hombre de palabras dulces y voz entrecortada, mirada fija y semblante cálido. Desde su llegada en 2017 a la vereda Miravalle en San Vicente del Caguán, tomó el rol del líder y trabajó en diversas iniciativas por el bienestar común. Tras sufrir un atentado contra su vida en 2022, salió de la zona para continuar acompañando a la población firmante. Actualmente funge como enlace departamental de reincorporación ante la Agencia para la Reincorporación y Normalización -ARN, y realiza pedagogía del Programa Integral de Reincorporación que contempla acciones y planes en lo social, político, económico y comunitario.
Junto a Hermides y Adriana fue vocero y encargado del traslado del ETCR Óscar Mondragón desde Miravalle hacia el municipio de El Doncello. Pese a la tristeza que le genera el desplazamiento forzado, está convencido del compromiso de los y las firmantes de paz por continuar construyendo región desde sus procesos productivos y familias.
María de los Ángeles Vargas
Ávida lectora y firmante del acuerdo final de paz de 2016. A lo largo de su vida ha estudiado comunicación social y periodismo, economía, filosofía y administración de empresas. A sus 59 años, edad que no le gusta ocultar, reconoce que siempre ha estado en espacios de liderazgo en función de ayudar y desarrollar labor social; precisamente durante cuatro años fue la gerente de la cooperativa Multiactiva Manuel Marulanda Vélez en el ETCR Óscar Mondragón.
Es una mujer a la que la comunidad acude para la toma de decisiones. Su voz y pensamiento crítico es tenido en cuenta para alcanzar consensos importantes. La motiva el poder de resiliencia de las y los firmantes de paz del ETCR Miravalle y de la población campesina de la zona de reserva. A pesar de los retos que les ha significado la construcción de la paz, agradece la firma del Acuerdo, y no tiene duda de que lo volvería a firmar, aunque replantearía las formas como se implementan los procesos. Actualmente se concentra en las nuevas dinámicas y oportunidades.
Carlos Zamudio
“¿Qué hay para hacer?”, es la frase típica con la que este hombre de caminar rápido y amplia sonrisa expresa su disposición y capacidad de servicio. A su llegada a la vereda Miravalle hace más de 7 años, el ETCR Óscar Mondragón se convirtió en su escenario de construcción de paz y reconciliación.
Aunque actualmente carga con una enorme tristeza tras la despedida forzada de Miravalle, el amor por el paisaje, el clima, la gente y el río Pato le da la fuerza para creer que juntos podrán conservar la esencia del hogar colectivo que les permita continuar construyendo región. A viva voz asegura que desde donde estén seguirán firmes en la convicción de la paz.
En ´Rancholandía´ el proceso continúa
El pasado 20 de agosto una caravana humanitaria acompañó el traslado del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, ETCR, de Miravalle. Las y los firmantes, sus familias y proyectos productivos se instalaron provisionalmente en el municipio de El Doncello-Caquetá. Según la ARN, en el traslado se tuvieron en cuenta 80 personas, 65 animales o mascotas, 1.500 muebles y enseres. Asimismo, se registró el traslado de un proyecto colectivo, 8 proyectos individuales y 3 iniciativas de paz.
Tania Rodríguez, directora programática de la entidad, dio a conocer que los y las firmantes de paz del ETCR Miravalle vivirán temporalmente en un predio arrendado por 12 meses llamado ‘Rancholandia’. En relación con el traslado de proyectos productivos dijo que la ARN avanzará en el contrato de arrendamiento de una bodega en el casco urbano de El Doncello, para el traslado de una parte de los proyectos. Especialmente del proyecto de café, Crafepaz de mujeres reincorporadas. En el caso de los otros dos proyectos bandera del ETCR de Miravalle (el emprendimiento de turismo Caguán Expeditions y el equipo de rafting Remando por la Paz), afirmó que la Agencia de Reincorporación está buscando un local en San Vicente del Caguán para instalarlos allí.
Entre tanto, la Agencia Nacional de Tierras se encuentra en el proceso de compra de un predio ubicado en la vereda La Granada de El Doncello, donde se espera trasladar de manera definitiva, y a más tardar en un año, a estas familias desplazadas, quienes por el momento persisten en apostarle a la paz pese a las adversidades.