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“Hice cine porque no fui escritor”: Sergio Cabrera

La edición 63 del Festival de Cine de Cartagena, Ficci, el más antiguo de la región, rindió honores a cineastas determinantes en la formación de un público cinéfilo en los últimos 30 años.
“Hice cine porque no fui escritor”: Sergio Cabrera
Osky Contreras.
Jaime Monsalve

Ahí estuvo la directora catalana Isabel Coixet, recordada por cintas como “Mi vida sin mí” y “La vida secreta de las palabras”, de la misma manera que el iraní Ashgar Farhadi, responsable por “Una separación”, “About Elly” o “The Salesman”. Entre ellos, un nombre colombiano trasciende con justicia, tratándose de un antes y después en la mirada que tenemos sobre nuestra propia industria cinematográfica. Que ciertas escenas, algunas líneas y dos o tres frases célebres de “La estrategia del caracol” sigan haciendo hoy, tres décadas después, parte de la educación sentimental del colombiano habla bien acerca del hondo calado de esa comedia y de lo reflejados que llegamos a sentirnos.

Sergio Cabrera recibió el India Catalina Honorífico por toda una vida dedicado al cine. El hiato que ha hecho en los últimos meses en esas labores para representar al país como embajador en China, lo le impide en todo caso seguir fraguando ideas para un eventual regreso. Radio Nacional entrevistó al cineasta en el marco del Ficci el pasado 20 de abril, día de su cumpleaños número 74.

¿Qué le produce ser objeto de un homenaje de estos y el ver de nuevo su filmografía con la perspectiva del tiempo pasado?
Es verdaderamente muy halagador sentir que un festival al que llevo viniendo durante 48 años como director de cortometraje, de mediometraje, de largometraje, como jurado o como productor, me hace un tributo de estos. El Ficci es un evento que de verdad llevo en el corazón y es halagador, porque aquí conocen bien mi trabajo. Me da mucho gusto que se puedan ver mis películas, porque finalmente el cine solo existe cuando se proyecta.

Ahora que se encuentra usted ejerciendo una labor de función pública, ¿cómo siente que debe ser el accionar desde ese estamento a la hora de difundir nuestra cultura en otros territorios?
Yo creo que el trabajo de difusión de nuestra cultura en general, y específicamente de la cinematográfica, es muy importante y relativamente fácil. Hoy la tecnología permite, haciendo clic, tener una película lista para ser proyectada en París o en Pekín, por ejemplo. El asunto importante es tener los planes que permitan hacer eso. La Cancillería colombiana tiene planes para difusión de cinematografía, en China lo hemos estado haciendo, es una herramienta maravillosa para mostrar al país por medio de nuestras películas, que cada vez son más numerosas y mejores.

Usted mismo ha vivido una vida de película, recientemente narrada por Juan Gabriel Vásquez en su novela “Volver la vista atrás”. Y esa historia llegó primero al papel impreso que al guion y que a la pantalla grande. ¿No se le antojó a usted en algún momento filmar a partir de ello?
No, a mí nunca se me pasó por la cabeza contar mi vida de esa manera. Tenía notas que compartí con Juan Gabriel, pero yo siempre he pensado que esa habilidad no se me dio. Si yo supiera escribir, quizá no hubiera hecho cine. O sea, el cine es para los que no saben escribir.


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Perdóneme que no le crea… (risas)
(Risas) Uno sabe escribir guiones, que es otra cosa, muy diferente. A mí el libro de Juan Gabriel Vázquez me encantó cuando lo leí, a pesar de que sabía de qué se trataba, porque está contado de una forma tan amena y tan inteligente que me cautivó. Sí me han propuesto hacer una película sobre el libro, y yo he pedido específicamente no ser el director.

Bueno, lo veremos actuar entonces, seguramente…
De pronto un cameo sí hago ahí, sí.

Tendría que ser así, indudablemente. ¿Se ve, aparte de ello, haciendo cine próximamente?
No, pues mientras sea empleado público no puedo hacer nada diferente a mi misión diplomática. Pero sí, claro, tengo tiempo para pensar, para escribir, para armar proyectos. Por las noches y los fines de semana mi cabeza no para de trabajar, porque sí siento cierta nostalgia por estar alejado del mundo del cine y de la televisión, que ahora cada vez se parecen más, ¿no?

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