Durán dijo que los primeros indicios apuntan a que el bus era surtido con pimpinas de gasolina, que tenía el conductor en el interior del vehículo y habrían contribuido a que el fuego se esparciera rápidamente.
Además, relató que los menores asistían cada domingo a una ceremonia en una iglesia evangélica y, posteriormente, eran llevados a sus viviendas en el automotor que resultó siniestrado.
Sobre los 20 menores que resultaron heridos, la mandataria local explicó que 11 fueron trasladados a centros hospitalarios de Santa Marta, mientras que los nueve restantes son atendidos en clínicas de Fundación.
Se prevé que el análisis de los cuerpos de las víctimas tarde cuatro días y hacia el final de esta semana se desarrollaría un sepelio colectivo, según puntualizó la alcaldesa Durán.
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