Por @Lauquiceno
Hace algunos años Jhonny Hendrix escuchó una conversación en un bus rumbo a Quibdó, dos mujeres descubrían que el hombre que las maltrataba durante años era el mismo, de esa conversación nace ‘Chocó’ (2012), una película que obtuvo el Premio del público en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias -FICCI y que fue parte de la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Berlín en el 2012. En ese mismo viaje escucha por primera vez sobre Saudó: “Un lugar al que huían los mal llamados esclavos para huir de sus mal llamados amos y hacer un ritual para hacerse invisibles”.
Hendrix, observador, admirador del legado de Felipe Aljure (La Gente de la Universal) y Víctor Gaviria (Rodrigo D. No futuro), se embarca por primera vez en una película de suspenso que se nutre de esos mitos:
“El beneficio que tenemos en el cine colombiano es que tenemos tantas historias y leyendas, tenemos tanto por ser particulares que no cabría la copia. El sólo hecho de escuchar las historias de nuestros abuelos, de anclarse en la geografía que tenemos en Colombia nos puede permitir hacer una película totalmente distinta” señala el director.
Hablamos con él sobre este nuevo reto.
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Foto: Colprensa
¿Cómo nace la idea de hacer una película como Saudó, tan diferente a todo lo que ha hecho antes?
Queríamos introducirnos en el suspenso y esta historia empezamos a buscarla y hacer investigación mucho antes de Chocó, mi primera película. Cuando estuvimos en el Chocó nos dijeron que teníamos que hablar con un par de señoras brujas, fuimos donde una de ellas, la cual nos pidió que teníamos que llevarle cuatro botellas de ron y una paca de tabaco. Estuvimos con ella, la señora se tomó el ron como si fuera agua, fumó demasiado tabaco. Y al cabo de unas horas blanqueó los ojos y empezó a contarnos una leyenda que existía un pueblo anclado en el Pacífico colombiano. Un lugar al que huían los mal llamados esclavos para huir de sus mal llamados amos y y hacer un ritual para hacerse invisibles. Y esa fue la leyenda a la cual nos aferramos, la cual termina siendo Saudó, una historia de suspenso y horror en el Pacífico colombiano.
¿Le gustan las películas de terror y de suspenso, qué tanto terror ve?
La verdad no veo películas de terror, me da mucho miedo el terror. He visto películas como The Shining, es una excelente película, también La Profecía y El Conjuro.
¿Y por qué hacer una película de terror?
El terror es un género poco utilizado en el cine colombiano, era como meterme en una camisa de once varas. Creo que la película salió bien, ya lo juzgará el público y los expertos. Yo simplemente quise meterme en una camisa de once varas y ver si era capaz de salir de ella. Alguna vez le escuché decir a mi papá que los buenos magos hacen eso, así estén en peligro de muerte, y no es que sea un mago, o un excelente director de cine, pero mi intención era llevarme al límite después de haber hecho una película como Chocó.
Y Carne de tu carne, la obra de Carlos Mayolo donde explora este género…
Carlos Mayolo y Luis Ospina son los maestros del cine caleño. Son personajes que eran demasiado innovadores, y que en la época en la que hacían esas películas estaban más allá del bien y el mal. Hacían un cine que no se estaba haciendo en Latinoamérica, y para nosotros son los precursores, para mí son genios.
¿En qué se diferencia el Pacífico colombiano que vimos en Chocó a los paisajes de Saudó?
En Chocó vimos una tierra hermosa golpeada por el hombre y el Pacífico que vemos en Saudó no se distancia mucho de esa visión, creo que es lo mismo, lo que pasa es que los paisajes son un poco más saturados, es un paisaje un poco más virado al rojo, al negro y desde esa perspectiva creo que vamos a encontrar una historia que, a pesar de ser de suspenso, plantea problemas vitales, problemas humanos.

Foto: Colprensa
Hace unos días hablé con Víctor Gaviria y me decía que estaba arriesgando mucho con su nueva película, La mujer del animal, ¿Usted cree que con una película como Saudó, está arriesgando más que con una película como Chocó o como Anina, donde fue productor?
Todo cineasta, haga comedia, haga drama, haga suspenso siempre está arriesgando, hacer cine siempre es una epopeya, y en ese sentido siempre te estás arriesgando a quedarte sin nada, a quedarte sin nombre. Lo que dice Víctor Gaviria con su película es justo para lo que yo estoy haciendo, para el camino que arranca cualquier director, por más bonita, por más cómica o por más terrorífica que sea su historia, hacer cine ya es una película de terror para cada director.
En una entrevista en El País de Cali, decía que usted ve hasta cinco películas por semana, ¿Ha podido ver algunas películas en los últimos meses?
Hace rato no me enloquecen muchas películas, la última película que vi fue Julieta de Almodóvar, si veo alrededor de cinco películas por semana, no todas en cine porque la cartelera en Colombia no varía mucho y casi siempre estamos viendo lo mismo de lo mismo, veo en Netflix y otros canales.
Y el Conjuro…
Es una película terrorífica, me asusté, no voy a mentir, pero no sé, es la típica historia que ya conocemos, que obviamente cumple con su objetivo de entretener y asustar.
¿Cuáles son los elementos fundamentales para hacer una película de terror?
El guion es una cosa importantísima y ahí tuvimos un gran aporte con Alonso Torres, la fotografía es demasiado importante y creo que aquí nos reinventamos un poco con el suspenso en Colombia, la película rompe esquemas. No sabría decirte cuál es el secreto de hacer una película de terror, porque nosotros estábamos probando y creo que de eso se trata el cine, de probar y tener tantas horas de vuelo que al final terminas aprendiendo. Aprendimos mucho en la realización de la película, la gente tendrá que decir si lo logramos o no.
Me gustan más las cosas orgánicas, las cosas que te sacuden porque pueden ser realidad y no las cosas superficiales. Saudó si está plagado de ese tipo de detalles orgánicos que vemos a diario y que a veces sentimos y nos hacemos los locos y que creo son los detonantes, de que las hay las hay, que existe un bien y existe un mal puede que tocarnos o no.
¿Cómo hacer terror a la colombiana?
El beneficio que tenemos en el cine colombiano es que tenemos tantas historias, tantas leyendas, tenemos tanto por ser particulares que no cabría la copia. El sólo hecho de ver nuestra historia, de escuchar a nuestros abuelos, de anclarse en la geografía que tenemos nos puede permitir hacer una película totalmente distinta, uno de los ejercicios que siempre hago cuando estoy en el Chocó es pararme en la selva en la noche y lo que se siente es aterrador, para mí es pararme en un abismo. Es algo que te llama y que tiene tanta fuerza y tanta magia, que te puede embellecer y también te puede destruir.