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Los poetas y su huella como directores de Radio Nacional de Colombia

La impronta de los directores que provenían del mundo de las letras quedó plasmada en la programación de la emisora.
Fernando Charry Lara, el director más joven de Radio Nacional de Colombia.
Ana María Lara

Desde 1940, Radio Nacional de Colombia ha contado dentro de su equipo humano con creadores e intelectuales que han hecho importantes aportes al mundo literario y artístico. Esta emisora ha sido caja de resonancia y vínculo entre aquellas voces de la cultura y una audiencia que fue creciendo a medida que los equipos técnicos conquistaban nuestro escarpado territorio.

La creación de la Radio Nacional de Colombia respondió al interés del Estado colombiano de unir a la Nación y modernizarla, conectándola con el mundo y con formas de sentir, pensar y actuar atravesadas por valores e intereses coherentes con un proyecto de sociedad diseñado desde el Estado, anclado a un modelo liberal, aunque en un contexto aún tradicional, muy permeado por el catolicismo. Es un periodo en el que la vida de las ciudades empezaba a iluminarse con interesantes tertulias en los cafés.

Durante los años cuarenta y, hasta bien entrados los sesenta, los directores de la Radio Nacional tenían un rasgo común: su vocación literaria.

Rafael Guizado (1909 – 1984), el primer director, fue un reconocido poeta y autor de piezas para teatro. Su gestión fue decisiva para que en la programación se incorporaran referencias a grandes dramaturgos franceses de comienzos del siglo XX como Louis Jouvet o Jacques Copeau; y de otras latitudes, como John Steinbeck o Bernard Shaw. ‘Verano, Complemento y Allegro’ son algunas de las piezas más destacadas de Guizado. Este fragmento hace parte de ‘Scherzo’, una sus piezas teatrales:

El amor al poder excluye los otros amores. Durante cincuenta años, las flores no fueron flores para mí, sino obsequios interesados; los regalos, compromisos; los triunfos, venganzas; las luchas, odios, y porque iba olvidándome del valor de la belleza, del valor de las cosas pequeñas, fui convirtiéndome en un ser rudo, distante, enigmático. Era mi aprendizaje de estatua.

De Guizado se conocen también un par de antologías de cuentos: ‘Cinco veces amor’ y ‘Renuncia ministerial’. Guizado estuvo al frente de la emisora hasta 1942. De allí en adelante ocuparon el cargo otros escritores con influencias literarias innovadoras.

En parte, todas estas influencias llegaron con Los Nuevos, grupo de intelectuales que creó una revista del mismo nombre; así como también con León de Greiff y Rafael Maya, reivindicando la expresión libre y la incorporación de lo lúdico en la poesía; y posteriormente con Eduardo Carranza y el movimiento Piedra y Cielo (nombre tomado de una obra del español Juan Ramón Jiménez). Estos movimientos son, finalmente, una síntesis de romanticismo y transgresión, dando lugar a expresiones muy personales de cada poeta. La revista Mito reunió varios de sus escritos. Adicionalmente, durante el gobierno de Eduardo Santos, además de la creación de Radio Nacional, se dio en 1942, la creación del Instituto Caro y Cuervo, como guardián y difusor de la lengua española en Hispanoamérica.

El poeta, ensayista y docente de literatura Fernando Charry Lara (1920 -2004), fue director de la emisora entre 1945 y 1946. Quienes han estudiado su obra señalan que su poesía estuvo inspirada en Pedro Salinas de la Generación del 27, Baudelaire y T. S. Eliot. Charry Lara publicó mucho en revistas (Eco, Mito y Golpe de dados, principalmente) y periódicos. ‘Nocturnos y otros sueños’ (1949) y ‘Los adioses’, (1963) son algunas de sus principales antologías. Su poesía, cargada de soledad y de noche es según Andrés Holguín “voluntariamente opaca, con vagas resonancias y ecos de emociones íntimas; su mundo está poblado de fantasmas, figuras inefables y perfumes perdidos”. Este es un fragmento de su poema ‘A la poesía’:

Quiero entonces una silenciosa figura humana,

Quiero un rostro hasta mí llegar, quedarse lento,

Quiero unas manos, un pecho, unos devoradores labios,

Todo lo que un nocturno cuerpo nos entrega.

Hasta mi habitación podría llegar

Con un paso de ola o lenta nave,

Prolongando el deseo, espina de las noches.

Extendería entre los terciopelos húmedos de los besos

Sus cálidos brazos,

Hasta no ser sino un cuerpo

Abandonado calladamente sobre otro.

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En 1946, la dirección de la Radio Nacional de Colombia estuvo a cargo de Carlos López Narváez (1897 – 1971), un poeta caucano que se destacó por sus ensayos sobre poesía y arte pero sobre todo por las traducciones de varios poetas europeos como Baudelaire. ‘Luz de llanto’ es una de sus poesías más conocidas, aquí una estrofa:

Luz de Llanto

"Para cumplir imaginaria cita"

he de escribir en lágrimas.

Tal vez los lentos monosílabos

cálidamente, mudamente digan

lo que ayer no supieron las palabras.

Poco después, en 1947, llegó a la dirección de Radio Nacional, Gerardo Valencia (1911 – 1994), otro caucano, sobrino del poeta Guillermo Valencia. Fue un “piedracielista” nutrido de Machado, Lorca y Cernuda. Además de los trabajos poéticos titulados ‘El ángel desalado’ y ‘Un gran silencio’, escribió obras de teatro que fueron adaptadas para los espacios de radioteatro de la emisora. Este es un ejemplo de sus versos. El poema se titula ‘Poesía’:

Amigo, no destruyas

la oculta poesía,

que en la hierba que pisas

está brillando el día

y en los árboles secos

hay un arpa escondida.

Durante el gobierno conservador de Laureano Gómez, la Radio Nacional de Colombia tuvo como director a Rafael Maya, Arturo Abella y Abel Naranjo. Abella (1915-2006) fue historiador. Entre sus obras escritas, se destacan ‘Biografía de Núñez’, y la revista publicada en 1973: ‘Así fue el 9 de abril’. Abel Naranjo (1910-1992), quien también fue rector de la Universidad Nacional, se destacó por ser editor de autores colombianos como Caballero Calderón y Zalamea, entre otros.

Por su parte, Rafael Maya (1897-1981) fue un poeta nacido en Popayán. Dirigió la Radio Nacional desde 1949 hasta 1951. Formó parte del grupo de Los Nuevos, opuesto al modernismo, fundado en 1925. Además de cultivar la poesía, se dedicó a la difusión de la cultura colombiana, especialmente en el periódico El País. Para algunos estudiosos de su poesía, es considerado pionero del verso libre, como lo deja ver su poema ‘La ausente’:

Sólo tú, sólo tú, yo me decía después de que te fuiste. Solamente tú, con tus ojos, con tu bella frente, con tu suave sonrisa, y sólo mía. Torné a mirar la estancia, ya vacía, la luz que tú dejaste, indiferente, y una como orfandad en el ambiente que a todos tus recuerdos trascendía. Más, pasadas las horas, cuando vino la sombra, entre las cosas inconcretas, y el pálido horizonte ultramarino, volviste a aparecer, mucho más viva, en un suave perfume de violetas y en la luz de la tarde pensativa.

Durante buena parte de los años sesenta, la dirección de la emisora estuvo en manos de Darío Achury Valenzuela (1906-1999). Fue miembro del grupo artístico-literario Los Bachués y director de la colección ‘Biblioteca popular de cultura colombiana’. Escribió varios estudios importantes de análisis literario como ‘Cervantes ingenio consciente’ y ‘De las hablas y locuciones divinas en la obra de la Reverenda Madre del Castillo’. Cuando ocurrió el traslado de la población de Guatavita, durante el gobierno de Guillermo León Valencia, Achury hizo un memorable discurso en el que con tono literario recogió la historia del pueblo y el dolor que les produjo a sus habitantes levantar sus casas en “tierra nueva”.

La identidad de los directores de la Radio Nacional de Colombia fue cambiando a medida que la emisora enfrentaba nuevos desafíos, así como también enfrentaba la competencia frente a la televisión y las emisoras comerciales. Un corte más técnico y gerencial empezó a vislumbrarse llegando el final del Frente Nacional. La impronta de los directores que provenían del mundo de las letras quedó; sin embargo, como un sello de la programación, siempre atravesada por el interés de la divulgación del mundo de las letras.

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