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Manuel Vilas, escritor español: “Si no estoy escribiendo un nuevo libro me sentiría enfermo”

Entrevista con el escritor español Manuel Vilas, quien se encuentra en Colombia con su 'Nosotros', novela con la cual obtuvo el más reciente Premio Nadal.
Nuevo libro de Manuel Vilas: El tiempo del amor | Literatura
Foto: Colprensa
Sergio Villamizar /Colprensa

A diferencia de muchos de sus colegas escritores, quienes deben tener una temporada alejados de la escritura, entre libro y libro, Manuel Vilas siempre está con una historia viva en sus manos, latente, en proceso de ser escrita. Incluso aun en las extensas giras de promoción, que como ahora, lo han traído a Colombia.

Con un extenso recorrido en el campo de la poesía, desde hace unos cinco años su faceta como escritor de novelas ha tenido un vertiginoso ascenso con obras como ‘Ordesa’, que ha sido traducida a más de 20 idiomas, más adelante con obras ‘Alegría’, ‘Los besos’, y ahora, ‘Nosotros’, está última ganadora del Premio Nadal de Novela.

Nuevo libro de Manuel Vilas: Nosotros | Literatura
Foto: Colprensa

Una historia que inicia con una pérdida. Un matrimonio que siempre se vio y sintió feliz, acaba con la muerte de uno de ellos y queda Irene sola, con los recuerdos, en pleno duelo, para ver cómo la soledad va imponiendo su ley, entendiendo bien lo que vivió con su marido fallecido, pero también, viendo hacia el frente y reconociendo todas las posibilidades para poder seguir siendo feliz pese a todo.

De todo esto habló Manuel Vilas, de la literatura que es una radiografía de la vida, así como la poesía y hasta el Capitalismo.

El tiempo del amor

¿Cómo son sus tiempos a la hora de escribir literatura?

Si no estoy escribiendo un nuevo libro me sentiría enfermo, porque esto es amor a la vida. Un escritor siempre explica su amor a la vida con un nuevo libro. Si no tengo un nuevo libro en mente me sentiría vacío. Todo esto mientras estoy hablando de un libro que es nuevo para los lectores, pero que forma ya de mi pasado como escritor.

Tengo muy claro que un tema, como el de ‘Nosotros’, ya no lo trataría en una nueva novela. Lo que estoy escribiendo ahora es totalmente distinto. Pero en todo esto nos podemos volver locos y algunos escritores lo están, por lo que es una profesión de riesgo, por lo que el final más triste es el manicomio.

No es exagerado, vemos a muchos escritores que han desarrollado todo tipo de manías producto de la profesión, porque tratas con una materia muy sensible, un producto cultural sobre la vida, porque en las novelas siempre hay una visión de la vida, que procede dentro de ti.

Así como lo plantea, ¿Es necesario buscar ayuda profesional?

Todos los escritores que conozco tienen un psicólogo o terapeuta de cabecera. Pero un profesional de estas ramas poco le puede decir a un escritor, pues te va decir solo palabras, y de palabras sabemos muy bien los escritores.

Yo he ido un par de veces al psicólogo y lo que me dijo fue tan banal y tan literalmente vacío, que me deprimió aún más.


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Regresa con una novela que arranca con un supuesto amor idílico de pareja…

Aparentemente un amor a prueba de todo, pero le van saliendo grietas. Irene pierde a su marido y está convencida que los 20 años de convivencia fue con un amor intenso a lo largo del tiempo, como una utopía que se presenta al inicio de la novela.

El tema de fondo es la duración del amor, que es una experiencia humana universal, donde se van a enamorar y luego se dan cuenta que ese enamoramiento tiene cierto tiempo de duración, que va cambiando y se agrieta por la rutina para acabar muerto.

En la novela Irene hace un descubrimiento, que el significado del amor es donde la lealtad, el respeto y la complicidad son los grandes componentes del amor entre los seres humanos, pero si todo eso no viene acompañado del placer, no funciona. Eso lo sabíamos desde Freud, pero no superamos la incomodidad social que produce esta palabra, porque siempre el placer se asocia al hedonismo, egoísmo, la frivolidad o al vicio. Pero la naturaleza humana siempre busca en el amor, más allá de los grandes valores e ideales, también el placer.

Habitualmente la novela le hace recordar al lector lo que él ya sabe perfectamente, quizás con otro enfoque, más trama y nuevos personajes. Quizás todo esto para generar más argumentos, porque no hay nada en una novela que ya no esté previamente en la cabeza del lector. Por todo esto se dice que los lectores de novelas tienen muchas más herramientas para comprender la vida.

Irene tiene un interesante planteamiento sobre los objetos y el lujo…

El problema es que la belleza se ha ido al lujo en estos tiempos. A Irene no le gusta el lujo de la frivolidad o la ostentación, tampoco del exhibicionismo, va por otro lado. En el caso de los relojes, a ella le llama la atención la belleza, partiendo de la idea de que los seres humanos somos tiempo, que no suele ser dividido en categorías filosóficas, simplemente estamos pendiente de a qué horas entramos a trabajar y las horas de las citas.

Irene entiende que es nuestro tiempo el que corre en un reloj de pulsera, por lo que cree necesario crearle un pequeño altar, porque es mi vida, y ese altar es un buen reloj. Por eso, Irene dice que no es lo mismo las nueve de la mañana en un Cartier que en un Casio, que es similar a la canción de Shakira.

Es la idea del amor en el capitalismo, y como el lujo se ha llevado toda la belleza, y como tal, sólo es posible que sea pagada por unos pocos.

A mí me obsesiona el Capitalismo, porque está en todas partes, es inevitable. Un escritor ni aplaude ni condena, un escritor hace fotografías de su tiempo, y actualmente, la descripción más precisa de cualquier cosa es decir su precio. Es el reino cósmico que impera en este mundo y mis novelas lo exploran.

Incómoda, y por eso lo evitamos en el discurso social, pero nos permitimos decirlo en las novelas, en las películas y ahora en las series de televisión.

Creo que los lectores lo que buscan en una novela no es la verdad, es la ausencia de hipocresía. Yo como lector de novelas, me encuentro con una novela que tenga mucho contenido hipócrita la dejo de inmediato. Para hipocresía tengo la vida diaria.

Le da la voz a ellas

¿Cómo fue trabajar una voz femenina como protagonista de una de sus novelas?

Yo estaba harto de que los hombres hablaran en mis novelas. Quería que hablara una mujer, lo que para mí era muy interesante como escritor. Me salió una mujer empoderada y libertaria, siempre fuera de la ley. Me gusta que saliera una forajida.

Es una mujer que va en búsqueda de la plenitud, una palabra que está un poco oxidada, pero qué demonios hacemos en esta vida si no tenemos la plenitud en lo sentimental, porque la plenitud en lo material te puede volver loco.

El único lugar donde el capitalismo no entra, de momento, es en las relaciones entre padres e hijos, que hay toda una condicionalidad, pero en el amor encontramos el divorcio, que es un acuerdo económico de dividir lo que se consiguió mientras duró el amor.

El Mediterráneo es otro de los protagonistas en la historia…

Hay una presencia del Mediterráneo en la novela que es vital, que en España y buena parte de Europa es visto como un paraíso. La costa del Mediterráneo de España, Italia y Grecia, son la obsesión de los europeos del norte, de los países ricos, donde llegan a jubilarse como si fuera un gran gediátrico.

Se enriquecen en el norte y se jubilan en el sur, porque ven allí el paraíso con el sol, el buen tiempo y la dieta mediterránea, frente a sus ciudades nórdicas, apagadas y tristes, aunque prósperas, pero sin placer. Por eso corren hacia el sur.

Es un tema que incomoda y más en un país como España donde el turismo es tan importante para su economía, llegando al 13% del Pib, pero un país condenado al turismo parece condenado al subdesarrollo, porque si te dedicas a ser un país de turismo parece que estás condenado a ser un país de camareros.

La literatura que escribo intenta ir a los lugares más complejos, La literatura siempre quiere ir a donde está el problema, se alimenta de lo peor de la vida y del ser humano, lo que a la sociedad le cuesta nombrar. Por eso las novelas tienen siempre esa catarsis social.  

En ese viaje, Irene comienza la propia búsqueda de su fallecido esposo…

Crea una liturgia de acostarse con hombres para que su marido que ya no tiene cuerpo, porque está muerto, y vive en ella en espíritu, piensa que en algún momento su marido puede tomar el cuerpo de esos hombres y lo encuentre en el orgasmo. Toda una fantasía de ella.

Hay personajes que siempre son personajes de novela y nunca lo dejarán de ser. Son cosas que los lectores sienten que nunca llegarían a hacer lo que hacen los personajes de una novela, pero les gusta encontrarlos en los libros.

Una forma de intentar que el amor derrote a la muerte…

De ahí la presencia del soneto de Quevedo donde del amor vence a la muerte, que a todos nos gusta tanto.  En la experiencia de la gente normal es algo que se vive. Yo soy huérfano, pero todos los días tengo conversaciones con mis padres, de manera íntima pero natural también, cuando piensas algo, comes algo…. y eso es amor más allá de la muerte.

Nuevo libro de Manuel Vilas: Nosotros | Literatura

Esta novela ha hecho que muchas lectoras viudas se acerquen a mí y me he podido dar cuenta de la relación que ellas mantienen con sus maridos muertos increíble, extraordinaria. En especial viudas después de los 60 años, que le guardan una fidelidad a quien ya se fue, que es algo que se debe replantear, tanto para mujeres como para hombres.

Si tu marido o tu esposa ha fallecido, y esa persona te ha querido, seguro que lo que querrá es que sigas siendo feliz en la vida, que es lo que hace Irene, integrar la memoria del difunto en su día a día. Es un manual para viudas.

Es una invitación a volverse a enamorar de la vida porque su pareja fallecida aplaudiría eso, no espera que pase la vida triste, si su marido la quería de verdad. Ahora, si no la quería, más razones aún tiene para buscar la felicidad. 

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