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¿Qué significa el ataque de Irán contra bases militares de EE.UU. en Irak?

Al menos 12 cohetes impactaron en los complejos militares de Estados Unidos, al parecer, en retaliación por el asesinato de Soleimani.

Un ataque con misiles balísticos contra dos bases militares estadounidenses en Irak, se produjo en la madrugada de este miércoles por parte de Irán. El hecho se da, al parecer, en retaliación por el asesinato del máximo general iraní, Qasem Soleimani, lo que ha incrementado la tensión en la zona.

Al menos 12 cohetes cayeron e impactaron en los complejos militares de Estados Unidos, ubicados al oeste de Bagdad y en cercanías a la frontera iraní. La atención del mundo está en esa región de Oriente Medio, frente a las repercusiones globales que pueda tener este conflicto.

Para Farid Badrán, internacionalista de la Universidad del Rosario y máster en Estudios Internacionales de la Universidad de Sorbona, este panorama tiene varias aristas, entre estas, representa un obstáculo en los esfuerzos por equilibrar el escenario político en Oriente Medio, sobre la base del uso pacífico de la energía nuclear por parte de Irán, sin dejar de lado la presencia de un aliado como Rusia.

“La confirmación de que Irán tiene las capacidades, los medios, pero especialmente el apoyo de potencias como Rusia para poder dar respuesta militar al asesinato del General Qassem Suleimani. Además, la intervención directa de los intereses rusos en un enclave de altísima importancia geoestratégica para los Estados Unidos y la Unión Europea”, explica.

El analista asegura que este hecho es la confirmación de que instancias internacionales como la ONU carecen de capacidad y margen de maniobra, para evitar la escalada de crisis militares internacionales de alta complejidad.

Si se revisan los posibles escenarios tras este ataque, Badrán indica que, si Estados Unidos decide responder una vez más con otro ataque, la crisis se convertirá inevitablemente en conflicto. En ese caso, se activarían dispositivos diplomáticos y militares; así como intereses de terceros actores tales como la Unión Europea, Rusia, la ONU, Irak, Israel, entre otros.

Por otro lado, advierte que, si Estados Unidos no responde militarmente y se acoge a las medidas económicas y a la presión internacional para apaciguar los ánimos iraníes, la responsabilidad mayor recaerá sobre la política exterior de los Estados, así como sobre los hombros de Naciones Unidas.

“La ONU debería a través de sus diferentes instancias y órganos, como el Consejo de Seguridad, generar una hoja de ruta para el desescalamiento de la crisis y el retorno al equilibrio, frágil por demás”, explica.

De acuerdo con el internacionalista, si la presión rusa y europea son lo suficientemente fuertes, no habrá conflicto armado. “Pero se hará evidente la torpeza estadounidense, su falta de juego político e influencia en escenarios de alta complejidad internacional”, agrega.

Con base en lo anterior, Badrán prevé que volvería a tomar relevancia el proceso de impugnación a Donald Trump, quien además podría perder gran capital político, en el marco de la etapa preelectoral a las presidenciales en Estados Unidos.

¿Y cómo cambiaría la geopolítica internacional con este nuevo enfrentamiento? Para el analista, no se no se proyectan grandes cambios geopolíticos, siempre y cuando el conflicto no supere la escala regional. Por otra parte, explica que, de presentarse un nuevo conflicto armado, se podrán registrar algunos cambios menores, siempre y cuando Rusia no participe activamente en el potencial conflicto.

“Es importante tener en cuenta que uno de los pivotes de estabilización geopolítica de Estados Unidos en Oriente es Israel, quien, a su vez tiene relaciones tensas con Irán”, argumenta.

Así mismo, comenta que las grandes capacidades militares y políticas de Israel en Oriente Medio, funcionan como un elemento disuasivo de conflicto en la zona, razón por la cual no se prevén grandes cambios en el panorama global.

Jaime Rosental, docente de relaciones internacionales de la Universidad Externado de Colombia, indica que a pesar de que aún no se conoce qué tipo de daños causó el ataque en Irak, el hecho de que no haya aún una respuesta de Estado Unidos es un buen mensaje.

"Irán no tiene la posibilidad de entrar en un conflicto con Estados Unidos, esto si puede producir una guerra simétrica donde se vinculan organizaciones no estatales", sostiene.

El experto relata que la relación entre estas dos naciones entró en un momento de tensión hacia 1979, cuando se produjo la Revolución Iraní en contra de un régimen apoyado por Estados Unidos.

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