Pasar al contenido principal
CERRAR

En diciembre, Colombia suena a cumbia, porros y merengues con Lucho Bermúdez, Pacho Galán y Los Hispanos

Diciembre en Colombia huele a natilla recién hecha, buñuelos dorados y sancocho en leña. Suena a porro, cumbia y gaita. Es el mes en el que las melodías de Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Rodolfo Aicardi y se apoderan de las casas y las calles del país.
Paule Cárdenas Gutiérrez

Cada año, cuando llega la temporada decembrina, Colombia entera se rinde ante el legado sonoro de estos maestros que supieron mezclar ritmos folclóricos del Caribe con arreglos modernos de jazz y big band, creando la banda sonora perfecta para cerrar el año entre abrazos, baile y comida.

El porro sabanero que conquistó al país

Lucho Bermúdez, el maestro de Carmen de Bolívar, revolucionó la música colombiana al llevar el porro sabanero de las verbenas costeñas a los salones de baile de todo el país.

Él nos enseñó que “El pescador habla con la luna, el pescador habla con la playa, el pescador no tiene fortuna… solo su atarraya”, ese ritmo contagioso que convirtió temas como "Salsipuedes", "Colombia tierra querida" y "Danza negra" en himnos navideños, aunque no fueron escritos para ello. Su genio estuvo en crear melodías alegres que invitan sin duda al baile.

Pacho Galán, por su parte, aportó una elegancia única con su estilo refinado. Cuando suena “Soñaba, soñaba que me querías… un merecumbé pa’ bailar”, las familias enteras se lanzan a la pista sin importar la edad. Y "La pollera colorá" se convierte en la excusa perfecta para celebrar las novenas y las fiestas de fin de año.


No te lo pierdas: Veinte canciones infaltables para bailar en Navidad y fin de año


Medellín y el fenómeno del "chucu chucu"

Desde Medellín, Rodolfo Aicardi y Los Hispanos, junto a Gustavo “El Loco” Quintero y Guillermo Buitrago, popularizaron el sonido "chucu chucu", un ritmo pegajoso y festivo que marcó generaciones.

Quita esa mala cara, compadre…”, de Aicardi, resuena en diciembre con la misma fuerza que cuando se estrenó. "Cantares de Navidad" y "El hijo ausente" se han convertido en himnos imprescindibles del diciembre colombiano.

Este género, nacido en los clubes sociales antioqueños, encontró eco en todo el país y se convirtió en la excusa perfecta para que abuelos, padres y nietos compartieran la pista de baile.

El legado de estos artistas traspasó fronteras: Rodolfo Aicardi llegó al Madison Square Garden de Nueva York y al Teatro Olympia de París, llevando el sabor colombiano a los escenarios más importantes del mundo.

Una música que nace del corazón

Como explica el artista de Villavicencio Carlos Ulises Quevedo, quien desde hace 47 años interpreta el género decembrino: “Es una música muy alegre que le llega a uno a lo más profundo del corazón, del alma, del sentimiento”.

Su testimonio refleja lo que ocurre en miles de hogares colombianos cada diciembre:
Es como una competencia de quién tiene más sonido, y toda la música que se escucha es la misma, la decembrina. Ve uno cómo los niños, adolescentes y jóvenes también se meten en el cuento”.

Esta música se compone de merengues, porros, cumbias y paseaditos que se entrelazan con las voces de otros grandes como Pastor López, Adolfo Echeverría, Nelson Henríquez y el Combo de las Estrellas.


No te lo pierdas: Nuevos sonidos en Radio Nacional: Los Rolling Ruanas, Juventino Ojito y su Son Mocaná y Ruido de Páramo llegan a los estrenos musicales de la semana


¿Cómo se vive la música decembrina en las regiones de Colombia?

La Costa Caribe: la cuna del sabor

Aquí, las fiestas empiezan temprano. Los porros, cumbias y gaitas de Bermúdez suenan desde noviembre hasta el 6 de enero. Las familias sacan sillas a la calle y comparten arepas de huevo, morcilla, suero y los infaltables buñuelos y natilla.

Antioquia: donde el “chucu chucu” es ley

En Medellín y los pueblos paisas, las canciones de Aicardi, Quintero y Los Hispanos son obligatorias en cada novena y fiesta familiar, entre hojaldras, buñuelos de maíz y natilla.

El interior andino: tradición y nostalgia

En Bogotá, Boyacá, Santander y el Eje Cafetero, la música decembrina convive con bambucos, pasillos y música de carrilera, mientras se comparte lechona tolimense, tamales santandereanos o buñuelos recién hechos.

Nariño y Cauca: antesala del Carnaval

A la espera del Carnaval de Negros y Blancos, el sur del país celebra con porros, cumbias y cuy asado.

Los Llanos: el joropo cede espacio

En Villavicencio y los pueblos llaneros, aunque el joropo domina el año, diciembre es distinto:
Toda la música que se escucha es la misma, la decembrina”, dice Carlos Ulises. Entre hallacas, mamona y carne a la llanera, también se bailan cumbias.

El Pacífico: otras músicas, misma alegría

En el Pacífico suenan alabaos, chirimías y currulao, pero en Cali la emoción se concentra en el Salsódromo, donde la música une todo el territorio.


Te puede interesar: A la Nanita Nana, Mi Burrito Sabanero y otros villancicos tradicionales para entonar en Navidad


Un legado que une generaciones

El fenómeno de estos maestros decembrinos trasciende lo musical. Como dice Carlos Ulises:
Uno se transporta al pasado y empieza a recordar situaciones buenas, regulares y algunas veces malucas”.

Estos artistas, muchos de origen humilde, conquistaron el mundo con talento, disciplina y un amor profundo por la música que, como afirma Ulises, “nace con uno o uno nace con la música”.

Cuando suenan Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Rodolfo Aicardi y Gustavo “El Loco” Quintero, se activa la memoria colectiva: las abuelas recuerdan sus primeras fiestas, los padres enseñan pasos a sus hijos y los jóvenes descubren una tradición que sigue más viva que nunca.

Artículos Player