Luis Carlos Portilla presenta “Insular”, un viaje sonoro entre la música y la neurociencia
En las faldas del volcán Galeras, que se levanta imponente en el valle de Atriz, nació Luis Carlos Portilla, intérprete del charango, compositor y músico de vocación, y médico radiólogo de profesión. Une estas dos disciplinas para crear melodías que van más allá de la escucha y el espectáculo, dos amores que, según Luis Carlos, no puede separar. “Dos amores de los que no puedo despegarme afortunadamente; este proyecto viene desde hace 7 años cuando me encontraba haciendo la residencia en México y durante el proceso de especialización, muy complejo desde el punto de vista emocional, en el que pude hacer música de a poquitos, pedacitos que fueron grabados y más adelante se convirtieron en canciones”.
Su producción más reciente, Insular, primer disco de su carrera en solitario, gira en torno a las emociones y la representación de éstas en el lóbulo cerebral de la ínsula, estructura anatómica que además se encarga de la autopercepción, la compleja idea de generar la conciencia del aquí y el ahora.
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Así surge esta producción musical, un trabajo donde el charango y el ronroco son los ejes principales de la orquesta, esta vez conectados a un lenguaje íntimo que gira alrededor del jazz, creando una atmósfera reflexiva y tranquila que busca traer paz y tocar fibras profundas que acompañen lo cotidiano de los días.
“Insular va mucho más allá de ser una experiencia sonora, tiene un asidero en el cual hoy por hoy la neurociencia aplica su mayor atención; el quinto lóbulo del cerebro recibe el nombre de la ínsula, una estructura anatómica localizada en la profundidad del encéfalo, la cual es la encargada de integrar la información extero e interoceptiva creando la compleja idea de la conciencia, las emociones, la empatía y la autopercepción”.
Desde esta perspectiva, Insular se convierte en música sanadora, música que busca transformar vidas estimulando cuatro campos interrelacionados: el emocional, el cognitivo, el físico y el espiritual, todo fundamentado en teorías científicas y estudios rigurosos para convertirse en un espacio donde convergen la música y la medicina.
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Insular es la unión de la música y la neurociencia, en medio de lo que hoy se conoce como neuromúsica, un espacio donde converge el arte y la medicina para inventar un mapa emocional íntimo que se entiende mejor cuando se vive de las dos pasiones, pasiones que parecen distantes, pero que al final buscan el mismo horizonte: el bienestar individual y colectivo.
Cada una de las 10 obras instrumentales compuestas por Luis Carlos Portilla es una invitación a desconectarse del exterior y reconectar con lo esencial, regresando a la serenidad y al equilibrio en un tiempo convulsionado.
La presentación oficial del álbum será este sábado 26 de julio en el Teatro Imperial, un concierto vivencial y con un tinte pedagógico donde los asistentes vibrarán con la música del charango, pero además de aprender sobre la neuromúsica, lograrán adentrarse en un espectáculo visual y sonoro sanador.