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Nohema Fragoso: relatos de la primera cantante de vallenato

Antes de que naciera el Festival de la Leyenda Vallenata, esta jovencita rompió paradigmas y cantó por primera vez en una parranda en medio de hombres.
Foto: cortesía.
Humberto Carrillo

El barrio Los Músicos en Valledupar es el lugar de residencia de Nohema Fragoso. A los 78 años de edad, goza de tranquilidad con sus hijos y nietos, y rememora los viejos tiempos de fama como una de las primeras cantantes vallenatas en Colombia.

Su nombre fue popular en la década de los 60 al cantar en parrandas con famosos acordeoneros como Alejandro Durán, Colacho Mendoza, Náfer Durán, Alfredo Gutiérrez, Andrés Landero, y los compositores Rafael Escalona, Gustavo Gutiérrez, Isaac Carrillo y Emiliano Zuleta. El periodista Electo Gil Bustamante la bautizó ‘La negra grande del vallenato’.

Incluso figura en la obra ‘Mitología Vallenata’, donde el escritor Alonso Sánchez Baute señala: “Ana Gregoria Caamaño tenía una casa de hospedaje que incluía alimentación, en la que se hospedaban los acordeoneros —entre ellos Alejo y Náfer Durán— en tiempos del Festival. Su hija, Nohema Fragoso, fue una de las primeras cantantes femeninas de vallenatos”.

Nohema Fragoso, primera cantante de vallenato
Foto: cortesía.

“No existía ninguna mujer que cantara vallenato y a mí me descubrieron en mi propia casa en la Carrera 9 con 16 A en Valledupar. Mi mamá tenía un hospedaje, llegaban muchos acordeoneros, ahí se hicieron las mejores parrandas, a diario llegaba gente a tomar trago, mi mamá les daba comida, cerveza, y hospedaba a los músicos que quedaban vagando, ella los recogía y hasta les daba los pasajes para que se devolvieran a sus tierras. Mi mamá era de El Paso, por eso era amiga desde niña de Alejandro Durán y Náfer”, relata Nohema.

Desde niña le gustaba cantar rancheras y decía que cuando fuera grande se iba a vivir a México, pero un día estaban en su casa el pintor Jaime Molina y el maestro Rafael Escalona. “Les canté con guitarras, les gustó, seguían viniendo a mi casa ya con acordeoneros como Colacho Mendoza. Después, en 1967, en una caseta en Bellas Artes, canté con Alfredo Gutiérrez un paseo nuevo que estaba de moda, aunque no había sido grabado: ‘La cañaguatera’, de Isaac Carrillo. Esa vez todo el mundo se emocionó, me aplaudieron muy bonito, la gente se paró y pedían otra, otra. Tiempo después Alfredo la grabó y se hizo famosa”, recuerda.

Fragoso afirma que sus mejores presentaciones fueron en La Paz con los Hermanos López, Jorge Oñate y Emiliano Zuleta. “Eso se llenaba, era una admiración, parrandas bonitas, graciosas, me emocionaba ver cómo me recibían en todas esas poblaciones, pero como estaba jovencita no pensaba en ganar plata, nunca grabé canciones”, relata.

También cantó en Venezuela con Alcides Moreno y Aníbal Velásquez. Luego se casó con un abogado. “Le gustaba que cantara pero que lo complaciera con sus amigos y terminamos separándonos. En mi segundo hogar, tuve dos hijos, y desde entonces me dediqué al hogar”, dice.

Nohema Fragoso, primera cantante de vallenato

El docente, investigador y poeta José Atuesta Mindiola, conoció a Nohema siendo niño, eran vecinos y siempre iba a su casa a ver las parrandas donde ella cantaba. Siendo estudiante de la Escuela Industrial, la vio en la caseta cantando ‘La cañaguatera’ con Alfredo Gutiérrez. “Eso fue apoteósico, inolvidable, Alfredo estaba muy feliz”, rememora.

“Nohema Fragoso fue una pionera en el canto femenino, a nivel local tuvo renombre, se presentaba en la tarima del festival y muchas veces fue jurado, también cantaba en actos culturales, en parrandas, tenía su fanaticada, cantaba muy bien, y aún conserva ese tono, esa cadencia. En esa época no había mujeres que cantaran vallenato. Después llegó Rita Fernández con Las Universitarias al primer festival en 1968. Antes del festival, Nohema era conocida como la primera cantante de música vallenata”, indica Atuesta.

Sin embargo, esta artista no trascendió en la música. El investigador vallenato considera que quizás no tuvo suerte para grabar, no tuvo un representante, o también por ese criterio errado que tienen a veces los managers y los acordeoneros de que el vallenato es un género solo para hombres.

“Porque generalmente, como el texto lo hacen hombres dirigido a las mujeres, habría que hacerle adaptaciones. Pasó eso, la gran industria musical nuestra ha sido como la ranchera, donde predomina el canto hacia la mujer, aunque muchas veces el hombre se pasa de calidad con sus calificativos de mujer mala, traidora, perversa. Las casas disqueras pedían que cantaran los hombres y no las mujeres”, explica.

Nohema Fragoso afirma que no le gustan las canciones vallenatas que se están grabando actualmente. “El vallenato es bonito, es poesía, sale del alma, no es cantar por cantar ni esa brincadera”. Entre las mujeres cantantes, admira a Rita Fernández y a Patricia Teherán. Sus canciones preferidas son ‘La cañaguatera’ de Isaac Carrillo y ‘La espina’ de Gustavo Gutiérrez Cabello.

A sus 78 años esta mujer tiene un sueño: “Yo me paro en la tarima y emociono a la gente, tengo mi fanaticada, si llego hacer algo, me va bien. Mi sueño es grabar unas canciones para dejarle una herencia a mis nietos”.

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