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Bojayá y sus primeras elecciones regionales sin las Farc

Esta población vive las segundas elecciones más tranquilas de su historia después de las ocurridas en 1988.

Por: Francisco Palacios, equipo Radio Nacional Chocó

35 meses después de la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno colombiano y la extinta guerrilla de las Farc, Bojayá y el resto del territorio nacional viven sus primeras elecciones regionales sin la presencia e incidencia de aquel grupo armado.

Hablar de Bojayá, es traer a la memoria de miles de colombianos las imágenes del horror de la guerra, la tristeza de una apartada población que se convirtió por más de 30 años en el centro de disputa entre diferentes actores violentos.

Esta población vive por primera vez unas elecciones regionales sin presiones violentas, al menos así lo recuerda doña Rosa Caicedo, educadora oriunda de Bojayá, quien asegura que “era común en la noche antes de las elecciones, que hombres con botas y armados tocaran la puerta de atrás de la casa y dijeran por quien votar”.

El relato de doña Rosa es similar al de otros bojayaseños como Meredith Ayala, quien recuerda que en las elecciones pasadas hubo mucha tensión, tanto que las comunidades indígenas del río Bojayá tuvieron que bajar a ‘Bellavista Viejo’ y permanecer allí, porque no los querían dejar votar. Aun así, no era totalmente seguro, pues mencionan que en cualquier momento hombres armados podrían entrar y atacarlos porque apoyaban a un candidato distinto al de aquel grupo.

Foto: Francisco Palacios

Históricamente las elecciones en este municipio que dista de Quibdó a 3 horas por vía fluvial, a través del río Atrato, estuvieron siempre marcadas por la zozobra de la lucha entre actores armados.

“No era posible recorrer las comunidades, siempre había bloqueos y era imposible hacer política libremente”, señala Viherin Velásquez, ingeniero agroforestal y líder comunitario, quien adelantó sus estudios universitarios en Quibdó pero que frecuentemente regresaba a su municipio para ejercer su derecho al voto, el cual no siempre fue ejercido de forma libre.

“Hubo una elección en la que fui jurado de votación. Aquel día las cosas se pusieron muy feas y tocó echar las cosas en una panguita y salir corriendo por salvaguardar la vida”.

En esta región la presencia de las Farc siempre estuvo latente, así lo afirma Abid Manuel Romaña, coordinador del Foro Interétnico Solidaridad Chocó, quien es oriundo de estas tierras.

“Desde que tengo uso de razón, las Farc siempre estuvieron allí, hacían constante presencia y, su injerencia en los comicios que se desarrollaban aquí, era relevante”, recuerda.

Pese a la alerta temprana 017 de 2019 emitida en el mes de abril por la defensoría del pueblo y que, relaciona a las comunidades rurales de Bojayá como víctimas de confinamientos constantes y acciones de grupos ilegales alrededor de sus territorios, esta población vive las segundas elecciones más tranquilas de su historia después de las ocurridas en 1988, cuando sus pobladores acudieron a su primera elección popular y escogieron a Delfa Scarpeta Viera como alcaldesa.

La elección de Scarpeta Viera, fue la primera de forma popular y, además, la primera de elecciones populares en que una mujer fue escogida para dirigir los rumbos de este territorio.

La población de Bojayá está compuesta por 53 comunidades, 35 de ellas indígenas, 17 afrodescendientes y las demás ubicadas en la cabecera municipal.

Foto: Francisco Palacios

“Hubo elecciones en que las comunidades no votaron debido los bloqueos tan tremendos. La gente no se atrevía a pasar por ciertos sectores donde estaban los grupos armados, no participaba como lo hacen ahora. Actualmente uno puede ir a las comunidades y hacer campaña, claro, no con plena seguridad, pero se recorre con mayor facilidad”, aclara Viherin Velásquez.

Para Alex Francis Rentería, inspector de Familia del municipio, el ambiente es agradable y deja ver que los comicios se desarrollarán con plena tranquilidad. No hay indicios que permitan inferir que se presentarán actos de vandalismo, alteración del orden público o violencia física entre contenedores políticos, lo cual denota una gran diferencia respecto a comicios anteriores.

Tal es la diferencia de las elecciones sin la presencia de las extintas Farc, que las autoridades civiles concedieron por primera vez en la historia del municipio de Bojayá, en autorizar a la Guardia Indígena para que contribuyan en la organización y protección de los ciudadanos que van a participar en el ejercicio electoral.

Hoy, se ven las calles del municipio llenas de los afiches y carteles de los partidos y candidatos a las diferentes corporaciones; hoy, se respira ambiente de contienda, de contienda electoral. Sin embargo, defensores de derechos humanos como Abid Manuel Romaña, afirman que es necesaria una intervención urgente del Estado colombiano.

“Si bien las Farc desaparecieron, aún existen diferentes actores armados que afectan a las comunidades”, señaló Romaña.

Para los líderes y habitantes de Bojayá el municipio se encuentra en un momento histórico, en el cual el Gobierno no solo debe reparar las víctimas, sino garantizar la no repetición de escenarios como los vividos en los últimos 30 años, especialmente el del lamentable 2 de mayo de 2002. Por ahora, 29 mesas y 7.212 personas están habilitadas por la Registraduría Nacional para ejercer su derecho al voto, de forma libre, por primera vez desde 1988.

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