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Tatiana Castillo: bordado colombiano en México

Por: Daniela Godoy.Tatiana Castillo es una artista colombiana. Llegó a Ciudad de México hace 6 meses y su trabajo transita entre el bordado y el performance:“Soy artista escénica de profesión de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, en donde me gradué hace cinco años. Llegué acá en plan de turismo y me di cuenta que hay muchas formas de reinventar el oficio del bordado”, señala Tatiana.

Por: Daniela Godoy.

Tatiana Castillo es una artista colombiana. Llegó a Ciudad de México hace 6 meses y su trabajo transita entre el bordado y el performance:

“Soy artista escénica de profesión de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, en donde me gradué hace cinco años. Llegué acá en plan de turismo y me di cuenta que hay muchas formas de reinventar el oficio del bordado”, señala Tatiana.

Foto: Daniela Godoy

El bordado es una labor de costura decorativa plasmada sobre telas, utilizando distintos tipos de hilos, agujas y telas. Su origen puede trazarse a la época de los cromañones (30,000 AC), en donde fueron encontrados restos que mostraban vestidos bordados a mano.

Por otro lado, los romanos lo llamaban plumarium opus, debido a la semejanza que tienen algunas de estas labores con la pluma del ave. A través del tiempo, fue aprovechado como mecanismo para la creación de prendas y asimismo la supervivencia del ser humano. Todo el vestuario se ha realizado a partir del arte de tejer.

“A mis siete años, mi abuela Rosario me enseñó a bordar de a pocos. Hace cuatro años lo retomé de manera intuitiva”, manifiesta la artista.

Actualmente está tomando cursos de técnicas mexicanas en el estudio de Ximena Romero, una artista que se ha dedicado a la investigación del bordado como método artístico, en donde el naranja, como el cempasúchil; el rosado, como Las Coloradas y el azul, como la casa de Frida Kahlo son los protagonistas. Ubicado en Coyoacán, en el centro de la capital mexicana, conocido también por muchos, por ser un lugar dedicado a las artesanías.

Foto: Daniela Godoy

“Empecé a mover mi trabajo, todo fue por casualidad y un poco por voluntad propia. Contacté a muchas personas buscando espacios para dar talleres y asimismo a artistas que necesitaran en su galería un lugar para nuevos creadores emergentes, las buenas oportunidades se fueron dando fácilmente”, cuenta Tatiana.

Para bordar es importante contar con un bastidor, recubierto con silicona fría en tela manta, gracias a esto se logrará un mejor agarre y comodidad; hilos perlé y mouliné dependiendo del trabajo que se quiera realizar y por supuesto una aguja calibre 22, ideal para los diseños que suele hacer Tatiana.

“Todo ha sido por medio del bordado libre, la técnica más usada en el arte contemporáneo. Mi trabajo es inspirado en narrativas personales, lo que hago es indagar sobre cuestiones y situaciones cotidianas de mi vida privada. Intento hallarles sentido y exteriorizarlas por medio del tejido. Recientemente los temas se salieron de lo personal y se convirtieron en una realidad social, ahora intento recrear escenarios políticos y literarios”, señala Castillo.

Cuenta con dos proyectos que empezaron en Bogotá, exactamente en el año 2015.

Por un lado, se encuentra Costurero contemporáneo:

“La idea no solamente es que sea un taller o un curso donde la gente vaya a aprender, sino un espacio abierto para artistas que utilicen en sus obras el bordado como un método o destreza. Nos reunimos todos los jueves en la Colonia San Pedro de los Pinos, cerca de Nápoles y Tolteca”, añade la colombiana.

Por otro, está Compartiendo Agujas, un espacio en el cual ella le enseña a personas principiantes sobre técnicas, hilos y hasta cómo coger una aguja para empezar a crear. Ha sido tal la acogida, que ha sido invitada a lugares como Tijuana, Veracruz, Baja California, entre otros.

Asimismo, tiempo después de haber consolidado el proyecto, empezó a darse cuenta que tenía muchas posibilidades de expansión, no es algo estático y siempre está reinventándose, tanto así, que estuvo compartiendo su aguja en Berlín, (Alemania) durante tres meses, cumpliendo su intención de llevarlo a varios lugares con distintas perspectivas y enfoques.

“El bordado lo utilizo como una herramienta artística, para mi es una excusa, yo no bordo parar mostrar técnicas, sino como un vehículo que me ayuda a impulsar lo que pienso”, asegura Tatiana.

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