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Adiós al melómano ‘Bassilón’

Bassi falleció de manera inesperada el este lunes 27 de abril, víctima de un ataque cardíaco, en la ciudad de Medellín.

Por: Moncho Viñas. Radio Nacional - Barranquilla

En Barranquilla hoy nos vestimos de luto. Ha partido al viaje sin regreso el escritor, melómano y coleccionista, el dj, el ‘Químico Basilón’, el bacán de los bacanes, Rafael Bassi Labarrera. Se ha ido un loco que decía estar cuerdo; el portador de la palabra Caribe en conversaciones formales e informales, en conferencias y tertulias, en la radio y el periodismo escrito y, por supuesto, en la cátedra universitaria.

Bassi falleció de manera inesperada el pasado lunes 27 de abril, víctima de un ataque cardíaco, en la ciudad de Medellín, donde residía hace ocho meses. Tuvo dos hijos y cinco nietos, había nacido en el barrio Abajo barranquillero el 15 de mayo de 1947. Estudió el bachillerato en el Instituto Técnico Nacional de Comercio e Ingeniería Química en la Universidad del Atlántico, con maestría en la Universidad del Valle.

Más allá de su trayectoria profesional en el campo de la química, Bassi trabajó arduamente en la divulgación musical, primero como anfitrión de su propio bar, llamaco El Rico Vacilón; y luego como director de los espacios radiofónicos ‘Concierto Caribe’, ‘Jazz en Clave Caribe’ y ‘Vámonos de Fiesta’, en Uninorte FM Estéreo. Desde esos programas narró historias cotidianas de su amada Barranquilla y, por supuesto, la vida artística de leyendas de la música como Joe Arroyo, Esthercita Forero, Pacho Galán, Lucho Bermúdez, Andrés Landero y Alejo Durán, entre otros.

Fue además coordinador de la llamada Video Tertulia del Caribe y capitán vitalicio de la comparsa de carnaval Disfrázate como quieras. De su pluma surgieron numerosos escritos musicales para las revistas Melómanos y La Lira, y para periódicos como El Heraldo, Al Día y Zona Cero. Además, fue asesor del Centro Cultural Cayena de la Universidad del Norte y del Festival La Noche del Río, así como entrevistador habitual en las veladas en vivo del Carnaval Internacional de las Artes y el Festival Internacional de Jazz, Barranquijazz, eventos en los que conversó con grandes artistas de su amado Caribe.

Al lado de su amigo del alma Sergio Santana Archbold escribió ‘Lucho Bermúdez: cumbias, porros y viajes’, uno de los libros más completos acerca del compositor bolivarense y fue además ganador de la octava versión del Premio de Crónica Ernesto McCausland a mejor trabajo en radio sobre el Carnaval de Barranquilla.

Sus amigos y algunas personalidades del sector cultural se expresaron después de enterarse del fallecimiento de esta figura borgeana del Caribe colombiano. Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabo, dijo a través de su cuenta en Twitter: “La muerte de Rafael Bassi Labarrera hoy en Medellín nos tiene desolados. Para mí fue un amigo entrañable, un guía iniciático en el aventurar musical, un investigador, promotor y propagador incansable de nuestra cultura y el eterno capitán de nuestra comparsa, aunque en los últimos años se resistiera a volver al Carnaval. Se llevó consigo varios trabajos sin terminar o publicar. Nos va a hacer mucha falta”.

Fausto Pérez Villareal, escritor y columnista, manifestó sus condolencias y resaltó el rico legado cultural de Bassi. “Nos deja su gusto por la buena música en todos sus ritmos y la eterna sonrisa, que era una característica esencial en su rostro. Barranquilla y el Caribe colombiano extrañarán su voz en la radio y en el Carnaval Internacional de las Artes. Un hasta pronto, 'Químico Basilón'”, sostuvo.

Por su parte, Leslie Smith, docente de la Universidad Autónoma del Caribe, lo describió como la “antítesis a la evocación del caribeño; sistemático, organizado, un profundo mecenas de la cultura Caribe en todos sus ámbitos. Presto a las nuevas alternativas y valores culturales”.

Amante del béisbol y fan de Los Gigantes de San Francisco, Bassi siempre será recordado como el soñador de grandes proyectos, el gestor y promotor cultural, el cultivador de la comunicación sincera y la amistad atravesada siempre por la música; el mamador de gallo que con sus guayaberas y camisas multicolores siempre estaba presente en conciertos, festivales, exposiciones, rumbas, estaderos y bares de la ciudad. Como popularmente dice el chancero, el carretillero, el ama de casa o simplemente el mundo: se fue y no nos dimos cuenta.

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