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La Jagua de Ibirico: epicentro folclórico del Cesar

La Jagua de Ibirico está a 118 kilómetros de Valledupar; desde 1990 es epicentro minero.

Por: Yohomar Navarro

“Jagua de Ibirico yo a ti te canto con gran orgullo”. Este retumbar de tamboras emociona a los transeúntes de la plaza Los Cumbancheros del Ritmo, en la Jagua de Ibirico, centro del Cesar. Los protagonistas son niños y adultos pertenecientes al grupo Talento folclórico y a la escuela musical Manuelita Ávila, quienes forman parte del semillero musical de este municipio minero.

La Jagua de Ibirico está a 118 kilómetros de Valledupar; desde 1990 es epicentro minero del departamento y alberga más de 6.900 hectáreas concesionadas para la explotación de carbón entre otros proyectos energéticos.

Aunque la mayoría de sus habitantes derivan su actividad económica de trabajar en las minas de carbón, muchos de sus pobladores le apuestan a la cultura, quieren que esa tradición nunca muera y es por eso que impulsan a los más pequeños para aprender de la ejecución de los instrumentos musicales.

Foto: Diego Cuervo

“Las escuelas musicales de aquí de La Jagua impulsan a que las nuevas generaciones conozcan y se enamoren del arte, de la música folclórica, además de rescatar la identidad ribereña de esta zona del país. Es gratificante ver como cada día los niños se suman y expresan su interés por aprender música”, aseguró el instructor Emilio Peñaloza quien manifestó que lo que estas escuelas son la base para que en el futuro los niños y jóvenes sean emprendedores culturales.

Carlos Eduardo es un niño de once años, de manera entusiasta le saca ritmo a la tambora, aunque su sueño inicial era ser futbolista, encontró en la música una pasión, ensaya dos horas diarias, después de regresar del colegio, hacer sus tareas inicia la práctica, le gusta cómo a su alrededor grandes y chicos ven cómo de manera magistral le saca ritmo a su tambora.

“Uno, dos, uno dos, uno, uno, dos dos”, con ese conteo Carlos Eduardo ensaya. “Ensayar al comienzo no es fácil, porque a uno le duelen las manos, pero poco a poco y a medida que uno va escuchando que la tambora suena bonito y que uno tiene música y ritmo es lo mejor”, dice sonriente Carlitos, como le dicen sus amiguitos vecinos de la plaza principal, lugar donde se apuestan varios niños a ver los acordes musicales.

Los entusiastas jóvenes que pertenecen a estratos vulnerables de la población interpretan ritmos como guacherna, chandé y tambora. Hoy los sueños de los 15 niños que conforman el grupo folclórico Manuelita Ávila están relacionados con poder recorrer el país, subirse a las tarimas y alegrar corazones con composiciones inéditas. Además de convertirse en reconocidas cantadoras.

Para eso estos semilleros participan de diversos festivales a lo largo y ancho del territorio colombiano, mostrando lo mejor de su talento, logrando reconocimientos incluso en el Carnaval de Barranquilla, aseguró el instructor Carlos Reales.

Hoy en La Jagua de Ibirico, las nuevas generaciones están convencidas que sino exploran los aires autóctonos de la región otros ritmos comerciales pueden sepultar las tradiciones.

El potencial artístico y humano del municipio se ha desarrollado a través de diferentes expresiones musicales como la música vallenata en banda, se realiza el Festival Agrícola y Minero y las fiestas patronales de San Miguel Arcángel. La Jagua de Ibirico se proyecta como un potencial turístico competitivo para el aprovechamiento de la riqueza cultural y natural de la Serranía del Perijá que lo rodea.

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