Pregoneros de Medellín: un homenaje a los vendedores informales

Por: Diego Cuervo.

Medellín, la ciudad de la eterna primavera, un territorio con más de tres millones de habitantes y con miles de contrastes, fue el escenario perfecto para descubrir y contar las historias de los vendedores informales que buscan su sustento y el de sus familias, caminando día a día las calles de la capital antioqueña.

La iniciativa documental de los hermanos Esaú, Juliana y Ángela Carabalí, era encontrar a aquellas personas singulares que, mediante sus cantos poco tradicionales, pero sobre todo muy jocosos, buscan atrapar la atención de sus clientes, vender todos sus productos y hacer de su trabajo algo más ameno.

Este grupo de hermanos, con experiencia en música, arte, fotografía, escritura creativa y formatos audiovisuales, quisieron plasmar todos estos conocimientos en un solo formato, un híbrido que les permitiera a los espectadores tener una experiencia documental muy diferente a las cotidianas.

“Pregoneros de Medellín nace gracias al interés de mi hermano Esaú por la musicalidad y el pregón de los vendedores. El tema se volvió muy familiar y cuando vimos que podíamos darle vida al proyecto, empezamos a trabajar muy fuerte”, cuenta Ángela, directora del proyecto.

Gracias al apoyo de Thibault Durand, un ingeniero francés especialista en la tecnología web y al grupo Baobab, una empresa de comunicación gráfica radicada en Medellín, fueron ganadores de la convocatoria ‘Crea Digital’, un programa de estímulos a la creación, la investigación e implementación de contenidos digitales por parte del Ministerio de Cultura y las TICs, que le pudo dar vida a Pregoneros de Medellín.

“La preproducción, producción y posproducción no fue una tarea fácil, pero sí un trabajo responsable y profesional, con un grupo de trabajo competente que acudió al llamado del pregón y le regalaron no solo su tiempo, sino también su amor y su talento”, señala Ángela.

Pregoneros de Medellín les ofrece a los espectadores un recorrido interactivo en el cual la persona elige el ritmo y la ruta, creando una experiencia documental única. Puede retroceder o girar en puntos específicos, en una plataforma digital similar a la que se utiliza en Google Maps, y desde la comodidad de su silla, ir al encuentro con los pregoneros que le contarán un poco de su mundo y sus quehaceres diarios.

Las historias

“Cuando se me va la voz me dicen -vete para la casa Jale porque se te daño la herramienta de trabajo-, porque si yo no grito no hago nada, no vendo. Yo no sé diario cuanto me camino, pero llego a la casa rendida”.

Esa herramienta de trabajo es de Gloria Iris Ampudia Perea, una vendedora de gelatinas de pata oriunda del departamento del Chocó.

Madre soltera de 3 hijos, todos los días se despierta a las 5 a.m. para preparar sus productos y salir a conseguir el sustento de los suyos. Lleva 22 años trabajando en las calles de la ciudad, y aunque como dice ella “existen miles de problemas, hay que seguir adelante y hacerle buena cara a la vida”.

Luego de un desastre natural en la quedrada La Iguaná (Antioquia) y perder a tres hijos por una enfermedad, llegó a la ciudad de Medellín para empezar una nueva vida. “Aunque yo disfruto mi trabajo, es muy duro. El día que no salgo a vender no gano, no tengo derecho a unas vacaciones y lo que más me preocupa, es cómo voy a llegar a mi vejez”, cuenta “Jale”.

La informalidad en Colombia es un tema que sigue preocupando a las autoridades locales. Cifras del DANE indican que entre agosto y octubre de 2018, la informalidad en 13 ciudades principales y áreas metropolitanas del país es del 46,7 %, casi la mitad de la población.

Sin embargo, "Jale" sigue cantando “oiga pueblo, llegó la negra con la cosa blanca y empolvada, o Tamarindo seco se le caen las hojas, coma gelatina, son hechas de ahora”, algunas de las canciones de su extenso repertorio.

“A mí me preguntan en la calle, ¿cierto "Jale" qué usted no tiene problemas? ¿cierto qué usted no siente nada? y yo les respondo: mija, las penas van por dentro, porque si todos lloramos, quién nos consuela”, cuenta "Jale" con una sonrisa en el rostro en una de las entrevistas del documental.

“Nunca me imaginé encontrar un vendedor ambulante con esa dulzura, con ese romanticismo y con ese amor hacia la literatura como "Pajarito”, señala Ángela, en entrevista con Radio Nacional.

“Pajarito” como se le conoce en Medellín, es Gabriel Rangel, un vendedor informal que nació en el campo y al que de muy pequeño sus padres abandonaron al cuidado de su profesora en la escuela.

“Éramos muy pobres y entonces la maestra me adoptó, me dio los libros, me enseñó a estudiar y me acompañó durante muchos años. La maestra abrió para mis dos libros en la vida: el libro de la mujer y el libro de la literatura”, recuerda "Pajarito".

Vende limones, películas y créditos para reportados. Cuenta que la enseñanza más grande que le dejaron sus padres fue “que hay que ganarse el pan trabajando”. Es un apasionado por la literatura, los poemas y la naturaleza.

Todas las tardes, luego de su jornada de trabajo, llega a casa a escuchar un programa de radio dedicado a la literatura. Tuvo varios sueños, ser futbolista, cantante y hasta boxeador, pero con la lectura y la escritura, “está quemando la última carta”, cuenta.

“Yo le vendo, vendo, vendo, yo le vendo hasta el amor en cómodas cuotas mensuales, pero sin financiación”, es una de sus canciones favoritas que, junto a su inseparable bicicleta, entona cada mañana cuando sale a trabajar bajo el sol o la lluvia.

La vida de "Líder", un vendedor de mazamorra con una potente voz, los jóvenes "Papá Vanegas", un grupo de jóvenes en rehabilitación de drogas que pregonan al estilo militar, y "Gaucho", un improvisador y vendedor de dulces, son otras de las historias que se pueden apreciar en este documental interactivo.

Las rutinas, canciones, productos, problemas y anécdotas de los pregoneros se presentan a través de entrevistas, videos cortos, fotografías y registros sonoros a los cuales el espectador, accede en el tiempo y orden que desee.

Un viaje por la idiosincrasia colombiana y la cultura popular que tanto caracteriza a los colombianos, un recorrido en el que usted solo necesita de sus oídos, sus ojos, pero principalmente, abrir su corazón.

Pregoneros de Medellín funciona con un navegador web y no necesita ningún tipo de instalación, es de fácil acceso para cualquier persona a través de un computador o una Tablet.

Además de lo todo lo anterior, Pregoneros de Medellín cuenta con otras posibilidades comunicativas no virtuales en torno al tema de Pregoneros: Capsulas documentales para televisión, exposiciones itinerantes de fotografía en colegios y universidades, y un proyecto de largometraje documental que se encuentra en proceso.

Conózcalo aquí. pregonerosdemedellin.com/#es