Los jóvenes guardianes del Cerro Páramo Miraflores
El Cerro Páramo de Miraflores, como los 37 ecosistemas de este tipo que tiene el país, encierra una riqueza natural de fauna y flora, de paisajes bellísimos e imponentes, pero también de historias. Nidia Calderón Parra y Juan Manuel Jordán tienen algo en común: juntos se enamoraron del páramo desde que eran niños.
Este lugar contiene 31.647 hectáreas distribuidas entre los departamentos de Huila y Caquetá. El pasado 27 de mayo de 2022 cumplió 17 años de haber sido declarado como área protegida en el Huila.
Muchas personas nacieron y crecieron en la zona de amortiguación del páramo. Así lo hizo Nidia Calderón, habitante de la vereda Las Mercedes en Garzón (Huila), quien, además, tuvo su primer acercamiento con este ecosistema porque su abuelo colonizó esta región, lo que la llevó a estar allí desde muy niña.
Hoy en día, Nidia hace parte de un colectivo denominado ‘Intérpretes ambientales Miraflores’ junto a otras personas de distintas edades. Justo como se insinúa en su nombre, interpretan lo que esconde el páramo, ¿qué esconde?, diversidad de fauna y flora, sonidos de cientos de especies que se despiertan junto con el día y el correr del agua entre frailejones, pastos y rocas.
“Desde el 2007 la organización adelanta actividades de monitoreo de oso de anteojos y aves. Asimismo, realizamos procesos de educación ambiental con las comunidades y estamos incorporándonos en el bioturismo científico. Ahora exploramos los sitios que caminábamos cuando éramos niños”, recordó Nidia.
Juan Manuel Jordán también integra la organización y recuerda que comenzó a recorrer por primera vez este lugar con su abuelo. Él representaba un grupo del acueducto comunitario y de allá obtenían el agua que consumía gran parte de las personas que viven alrededor del Cerro Páramo de Miraflores.
El que este páramo se encuentre declarado como área protegida por parte de la Corporación Autónoma del Alto Magdalena, significa que está blindado ante el desarrollo de cualquier actividad minera, energética y agropecuaria.
“Quise recordar dónde estaban las cascadas, pero ya desde un conocimiento sobre la importancia del cuidado del ecosistema. El senderismo ha permitido llevar a niños y niñas para que aprendan de la conservación del mismo y para que tengan la oportunidad de interactuar con el parque y con las aves”, asegura Juan Manuel. Para él, es muy importante que se reconozca que este ambiente natural tiene un registro de 353 especies, de las cuales nueve son endémicas.
Son jóvenes que han tenido la experiencia de compartir su vida con el páramo en dos esferas distintas: como hábitat y desde el cuidado ambiental. Hoy, ellos son los principales protectores de este ecosistema natural de gran importancia para Colombia.
