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En San Luis Robles, 245 familias construyen paz a base de cacao y plantas ancestrales

En Tumaco, la asociación Cortepaz demuestra que el cultivo de cacao y plantas aromáticas no es solo agricultura, sino una herramienta de paz que reconstruye el tejido social y económico de 245 familias en Nariño.
Justo Sol

En la vereda de San Luis Robles, en Tumaco, Nariño, el aroma del cacao y de las plantas ancestrales no solo perfuma el aire, sino que también narra una historia de paz y resiliencia. En este rincón del Pacífico colombiano, 245 familias, miembros de la asociación Cortepaz, están reescribiendo su futuro a través de la agricultura, demostrando que la tierra puede ser una herramienta poderosa para la reconstrucción social.

Cultivos que siembran esperanza

El proyecto liderado por Cortepaz va más allá de la simple cosecha. La siembra y el procesamiento del cacao y las plantas aromáticas se han convertido en la base de una economía local sostenible. Con dedicación, los agricultores han aprendido a transformar sus cultivos en productos de valor agregado, generando ingresos y empoderando a la comunidad. "Este trabajo colectivo fortalece la economía de nuestras familias y teje un sólido tejido social, donde la cooperación y la esperanza son los protagonistas", afirmó Gustavo Mindinero, director administrativo de Cortepaz.


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Guardianes del ecosistema

La iniciativa de Cortepaz no se limita a la producción. Con una visión holística del territorio, han emprendido la siembra de árboles frutales, recuperando y protegiendo el ecosistema local. Este compromiso con el medio ambiente no solo contribuye a la mitigación del cambio climático, sino que también asegura la salud y la vitalidad de la tierra para las futuras generaciones. Así, en San Luis Robles, cada árbol plantado es un símbolo de un futuro más verde y pacífico.

"Nuestra historia es un testimonio vivo de cómo, con el liderazgo de la comunidad y un enfoque en prácticas sostenibles, es posible construir un camino hacia la paz y la prosperidad. Un grano de cacao y un olor aromatizado son el símbolo de un mundo mejor", señaló Evangelina Quiñones, representante legal de la asociación.

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