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Cuerpo de Garavito "La bestia" sigue sin ser reclamado en Valledupar

En la morgue de Medicina Legal en Valledupar permanece el cuerpo sin vida de Luis Alfredo Garavito Cubillos, el mayor asesino y violador de niños de la historia de nuestro país.
Cuerpo de Garavito aún no ha sido reclamado en Valledupar. ¿Qué pasará con sus restos?
Foto de: Colprensa
Andrés Llamas

En la morgue de Medicina Legal en Valledupar permanece el cuerpo sin vida de Luis Alfredo Garavito Cubillos, conocido como "La bestia", el mayor asesino y violador de niños de la historia de nuestro país, quien falleció a mediodía del pasado 12 de octubre en la Clínica Santo Tomás, luego de padecer un cáncer ocular, leucemia y otras enfermedades.

Garavito, quien estuvo recluido en la torre 7 de la Cárcel de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar desde 2002, antes de fallecer manifestó su rechazo a cualquier tratamiento médico para sus padecimientos, pues, según la Personería Municipal, “quería descansar”.

El secretario de Gobierno de Valledupar, Felipe Murgas, dijo a medios locales que la Alcaldía Municipal estaba dispuesta a entregar un ataúd y una bóveda para que recibiera cristiana sepultura en la ciudad, pues no es posible cumplir con la petición de cremación que al parecer ha solicitado la familia, la cual no cuenta con los recursos para trasladar su cuerpo hasta Armenia.


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“En los últimos años, un sobrino ha estado pendiente del señor Garavito, pero no ha aparecido aún en Valledupar”, dijo Ciro Pérez Escalante, delegado de la Personería para asuntos carcelarios. Por lo tanto, es posible que el cuerpo de mayor asesino en serie de niños de la historia de Colombia sea sepultado en la capital del Cesar.

Sobre su muerte, aunque la Personería Municipal explicó en Radio Nacional de Colombia que se produjo como resultado de sus quebrantos de salud, aún estos días se han realizado estudios para descartar que haya otras causas distintas a las naturales y de esa manera evitar futuras demandas por parte de los familiares de Garavito.

Luis Alfredo Garavito (66 años) poco tomaba el sol o salía de su celda por un miedo que lo acompañó hasta el final de sus días: que otros reclusos lo atacaran por todas las violaciones y asesinatos de niños que confesó.

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