El aumento de las lluvias en Caldas ha afectado a 16 de sus 27 municipios. Hasta el momento, las autoridades de gestión del riesgo han declarado calamidad pública en 8 municipios para atender a las familias damnificadas y agilizar la asignación de recursos destinados a la respuesta ante deslizamientos de tierra y evacuaciones preventivas.
Los municipios bajo calamidad pública son Pensilvania, Marquetalia, Villamaría, Victoria, La Merced, Aguadas, Marulanda y Supía. Precisamente en este último municipio, se registró en las últimas horas el desbordamiento de la quebrada Rapao, causando inundaciones en varias viviendas.
La zona rural de Supía también reporta afectaciones en diversas veredas, entre ellas El Porvenir, Matecaña, Obispo, Cameguadua, La Clara, La Trina, Guascal y la vía hacia Marmato.

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Las autoridades están llevando a cabo el censo de la población afectada, aunque algunos derrumbes han dificultado el acceso a ciertas áreas, según explicó Valentina Tapasco, coordinadora de Gestión del Riesgo de Desastres de Supía. "Tenemos un balance preliminar de 18 veredas afectadas, 256 personas damnificadas, 26 viviendas rurales con daños y 68 movimientos de masa activos, además de afectaciones estructurales en 3 acueductos rurales. Hasta ahora, hemos evacuado a 10 familias".
Juan David Hernández Peña, habitante de Supía, señaló que la situación más preocupante se presenta en el sector de Obispo, donde aparentemente hay un represamiento de lodo y la comunidad ha informado sobre otro posible represamiento en la parte alta del municipio.
“Hacemos un llamado a las autoridades para que realicen los recorridos necesarios y verifiquen las zonas más impactadas por las lluvias, ante el riesgo potencial para la población”.
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Panorama en otros municipios
El reporte más reciente de la Unidad de Gestión del Riesgo departamental indica que Filadelfia y La Dorada se mantienen en alerta roja; Neira, Supía y Villamaría en alerta naranja; y Manizales, Filadelfia, Anserma y Salamina en alerta amarilla.
Elizabeth Pinilla, geóloga de la Jefatura, explicó que, si bien el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) ha pronosticado un aumento significativo de las temperaturas y una disminución de las lluvias en varias regiones del país (incluida la Andina) durante junio y julio,
“esto no implica la ausencia total de precipitaciones ni la eliminación de eventos climáticos extremos. Por esta razón, recomendamos a la comunidad mantenerse atenta y reportar cualquier cambio que pueda indicar una señal de riesgo, como aumentos inusuales en el caudal de ríos y quebradas, agrietamientos en el terreno, obstrucciones o deslizamientos en vías y fuentes hídricas, o inclinación de árboles o estructuras”, puntualizó la funcionaria.
