Septiembre, mes por la paz: una oportunidad para reflexionar sobre los pasos dados en Colombia
Cada septiembre se conmemora el Día Internacional de la Paz, una fecha que invita a reflexionar tanto sobre los avances en la construcción de la paz como sobre los desafíos que persisten para la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia. Al mismo tiempo, nos recuerda la necesidad de seguir sumando esfuerzos colectivos para que la paz sea una realidad duradera en todo el mundo.
El Día Internacional de la Paz se conmemora cada 21 de septiembre, pero durante todo el mes recordamos, tal como lo señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que todas las personas en el mundo tenemos la responsabilidad de contribuir a la permanencia de la paz en nuestros territorios. Esto implica alzar la voz contra la discriminación, el odio, la violencia en cualquiera de sus formas y la desigualdad, promoviendo siempre el respeto, la justicia y la convivencia pacífica.
Desde el sur del departamento del Tolima, una de las 16 subregiones que pertenece al Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial, (PDET), que se adelanta desde hace ocho años en Colombia, se viene trabajando por una nueva narrativa en sus territorios, que hable de paz, asociatividad y progreso para todos y todas, lejos de la estigmatización que trae la guerra.
Paz con aroma de café

En los municipios de Chaparral, Ataco, Rioblanco y Planadas, las comunidades indígenas, población firmante del Acuerdo de Paz y campesinado, decidieron sembrar paz y café en las montañas del sur del Tolima, haciendo que este territorio ahora sea reconocido por su excelencia cafetera además de generar desarrollo económico y social.
Para fortalecer las iniciativas de café, el Gobierno Nacional a través de Colombia Sostenible – Fondo Colombia en Paz, con el acompañamiento de la Agencia de Renovación del Territorio (ART), realizó la entrega de una planta transformadora de café en la vereda El Roble, municipio de Ataco, sur del Tolima, la cual beneficia directamente a 101 familias campesinas agrupadas en la Asociación Asoagroroble.
Marisol Guarnizo, presidenta de Asoagroroble, afirmó que, “han sido 9 años de lucha como organización y 5 años trabajando en este proyecto. Hoy entregamos nuestra primera producción transformada en la planta. Nuestro café ya está certificado y muy pronto estará en los principales supermercados del país”.

El Tercer Acuerdo, la marca de café que nació de la asociatividad entre firmantes de paz, campesinado e indígenas Nasa Wes'x de Gaitania, Tolima, es otro de los ejemplos que dan cuenta que la reconciliación trae progreso y desarrollo a las regiones que han sido afectadas por el conflicto armado.
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El arcoíris que se produce en el cañón de las hermosas
En donde confluyen los ríos Amoyá y Davis, en medio de las imponentes montañas que dan vida al Cañón de las Hermosas, surge el proyecto de Truchas Arcoíris adelantado por la comunidad indígena Pijao Amoyá- La Virginia, quienes iniciaron con 11 mil alevinos el sueño de cambiar la estigmatización de esta zona rural de Chaparral, Tolima y transformar la vida de habitantes por medio de la comercialización de este producto a nivel local y nacional.

“La meta es que podamos vender cinco mil truchas al mes que nos generen un presupuesto para fortalecer el proyecto y también para ver las ganancias… Todo esto es una esperanza, qué bueno que podamos trabajar colectivamente, trabajar juntos y no darle espacio a la guerra”, aseguró Edwin Medina, administrador de la truchera.
A este proyecto también se suman las iniciativas de turismo desarrolladas por sus pobladores para dar a conocer la belleza del Cañón de las Hermosas, saber más acerca de su historia, y contemplar la variedad de fauna y flora que le adornan. Estos proyectos de turismo cuentan con el sello Destino de Paz, otorgado por el Gobierno Nacional para contribuir a la construcción de una cultura de paz, que impulse las economías regionales.
Las obras que construyan la paz

Paz en los territorios también significa que la comunidad tenga la infraestructura que les permita condiciones de vida dignas para el desarrollo, social y económico. Recientemente y luego de más de treinta años de espera, más de mil campesinos y campesinas del sur del Tolima y el Huila, recibieron por parte de la Agencia de Renovación del Territorio y en alianza con la alcaldía de Planadas, Tolima, la entrega de un puente vehicular en la vereda La Guajira.
“Es un beneficio demasiado grande, ya no vamos a sufrir para el transporte de alimentos. Antes era a diario a lomo de mula. Hoy nos sentimos orgullosos de tener este hermoso puente. Después de muchas luchas, esta obra nos llena de alegría y esperanza”, expresó Leidy Ruíz, presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Guajira.
Al mismo tiempo, en el sur del Tolima se ejecutan, bajo el mecanismo de obras por impuestos, la construcción de un puente vehicular en el municipio de Rioblanco para la conectividad entre las veredas Betania y La Verbena. En Planadas, se entregó el puente que mejorará la calidad de vida de las comunidades en las veredas La Estrella, Las Jazminias, Madroñal y El Paujil. Así mismo, en Chaparral, la vereda Chontaduro también tendrá mejoras en sus condiciones de movilidad con la construcción de un puente.
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Pensarse la paz es hacerlo con justicia social, por eso desde el municipio de Chaparral desde hace más de doce años las comunidades campesinas adelantaron un proceso para constituir la zona de reserva campesina en este territorio. Este logro fue posible gracias a la organización comunitaria que ha trabajado por la defensa de la tierra y la vida.
Todo esto es apenas una parte de lo que ha traído la paz a los territorios en los que se creía que no se podría renacer después de todo lo que arrebató la guerra.
Si bien falta mucho camino por andar para que la cultura de paz sea parte de los actos cotidianos, desde el Tolima hay manos de mujeres, jóvenes, niños, niñas, hombres, ancianos y ancianas que tejen con cuidado la colectividad como esperanza para que no sea solo un mes en el que se hable de paz.