Gobierno y Gobernación siembran bienestar en Putumayo con “Papa para el pueblo”
La llegada de papa fresca y de excelente calidad a distintos municipios del departamento marca un avance en la lucha contra el hambre y la desnutrición infantil. En una región que ha vivido el abandono institucional y la violencia, cada bulto entregado representa la presencia activa del Estado trabajando con la comunidad.
Esta iniciativa no solo alimenta cuerpos, sino también esperanzas. La papa cultivada por manos campesinas une al campo que produce con la comunidad que se alimenta, demostrando que la transformación es posible cuando el Estado escucha y actúa junto a su gente.
La primera infancia: prioridad de una política pública humana
La alimentación en la primera infancia es hoy uno de los ejes centrales de la política pública departamental.
Desde centros educativos rurales hasta hogares comunitarios, se impulsa una nutrición balanceada, diversa y de calidad para niños y niñas.
El impacto trasciende lo alimentario: un niño bien nutrido aprende, juega y sueña mejor. Por eso, esta acción fortalece comedores escolares, programas de atención integral y redes comunitarias de cuidado, construyendo bienestar desde las bases.
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Una alianza que une campo y comunidad
El proyecto “Papa para el pueblo” surge de la articulación entre el Gobierno nacional, la Gobernación del Putumayo, el Ministerio de Agricultura y actores sociales como la Asociación de Personas con Discapacidad, que participan en la logística y distribución de alimentos.
El Ministerio de Agricultura, bajo la orientación del doctor Pedro, ha aportado apoyo técnico, control de calidad y articulación con productores locales. El resultado es un proceso eficiente, transparente y con enfoque social, que reduce intermediarios, impulsa la economía popular y promueve el consumo de productos locales.
Putumayo: tierra fértil de transformación
Putumayo, territorio de diversidad natural y cultural, ha enfrentado grandes desafíos, pero también se ha convertido en tierra de resistencia y esperanza. Campesinos, indígenas y comunidades afrodescendientes trabajan juntos para reconstruir su territorio desde la paz, la productividad y la organización colectiva.
La soberanía alimentaria se consolida como una estrategia de reparación y justicia territorial, generando ingresos dignos y reduciendo brechas sociales. Esta visión se alinea con el propósito del Gobierno del Cambio, liderado por el presidente Gustavo Petro, de construir una Colombia equitativa y sostenible donde el campo sea sinónimo de bienestar.
Una papa que alimenta el cuerpo y el alma
Cada entrega es fruto del esfuerzo colectivo, la planificación técnica y el trabajo comunitario.
La papa que llega a los comedores escolares fue sembrada por campesinos locales, quienes reciben precios justos y apoyo estatal.
El alimento que llega al plato del pueblo no es un favor, es un derecho: un acto de justicia social y un paso firme hacia la autonomía alimentaria.
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El campo florece, la comunidad avanza
El futuro del Putumayo se cultiva con las manos de su gente. Gracias a la articulación entre gobierno, instituciones y comunidades, el departamento avanza hacia un modelo que pone la vida en el centro, reconociendo la fuerza del territorio y la sabiduría de su gente.
Putumayo no solo recibe papa. Recibe dignidad, justicia y futuro.
Cada niño que se alimenta con productos de calidad es una semilla de transformación. Cada familia que cocina con tranquilidad representa una victoria colectiva. Y cada comunidad que siembra su alimento fortalece la raíz de una Colombia más justa, soberana y solidaria.
Cuando el campo florece, florece también la vida, la esperanza y el alma de todo un pueblo.