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Nuevas generaciones de la gaita mantienen vivo el folclor sanjacintero

Las nuevas generaciones quieren seguir inmortalizando a la legendaria música de gaita.

Por: Yesica Valdez Meza.

Con el sentimiento de mantener vivo el legado cultural que impulsó el maestro Toño Fernández, uno de los fundadores de la agrupación Los Gaiteros de San Jacinto, se pretende seguir sembrando la semilla de la gaita como un verdadero arraigo cultural que debe ser ‘regado’ y transmitido de generación en generación.

Por eso en San Jacinto (Bolívar), las escuelas musicales se han desplegado como una necesidad de enseñar a los más pequeños a cantar e interpretar los instrumentos más representativos de la música tradicional de la región.

La ‘Fundación Mi Gaita,’ liderada por el artesano, gestor cultural, artista, gaitero y decimero Rafael Pérez García, es una de las escuelas musicales en el municipio que impulsa y promueve el talento gaitero en los niños.

“Lo que ha llevado a San Jacinto por el mundo ha sido la gaita y las artesanías. Las gaitas le han ido a decir al mundo que en San Jacinto (Bolívar) hay una música muy tradicional, muy raizal, y aquí la estamos conservando de manera autóctona. Por eso debemos seguir trabajando por nuestra tradición”, manifestó el gestor cultural.

Preservar, transmitir y difundir las expresiones auténticas culturales, es la formación que reciben los miembros de La Fundación Mi Gaita, con el fin de que contribuyan a su folclor.

Así mismo, actualmente la Escuela Herederos Ancestrales, de la cual hacen parte cerca de 80 participantes entre niños y jóvenes, se abre caminos en la formación del legado cultural.

Javier Rodríguez Villalba, quien interpreta la gaita hembra en la ‘nueva era’ de los Gaiteros de San Jacinto, es uno de los encargados de dirigir las clases musicales, que también se ha dedicado a enseñar a niños y jóvenes para que se apropien de su legado.

“Hay muchos niños con talento y ha sido muy importante el apoyo de los padres en pandemia. Porque nos han permitido desarrollar las clases virtualmente, y cuando un niño no entiende algún ejercicio, acá lo recibimos con todas las medidas de bioseguridad”, sostuvo Javier.

Esta apuesta, que busca mantener vivo el folclor por medio de un aprendizaje histórico y representativo de la región de los Montes de María, desde 1954 comenzó a cosecharse en la tierra de la gaita. Un hito histórico en dicha apuesta se dio en noviembre del 2007 cuando Los Gaiteros de San Jacinto recibieron el reconocimiento internacional del Premio Grammy Latino en la categoría de mejor álbum folclórico.

Antonio Javier Flórez de ocho años, es uno de ‘los herederos ancestrales,’ y desde ya sueña con aportar a la cultura de la región.

“Me siento alegre por hacer parte de la agrupación, porque me han enseñado la herencia de mi pueblo, para seguir llevando nuestro legado cultural”, expresó el joven músico.

Tal ha sido el impacto de estas escuelas en la región, que las niñas también quieren ‘romper los esquemas’ y hacer parte de ese sello autóctono que con orgullo representa la tradición del país.

Sin duda alguna, las escuelas de gaita de San Jacinto son cultivadoras de una identidad cultural que se extiende desde los niños hasta los más adultos. Con ese lenguaje campesino, adentrándose en la magia de la naturaleza montemariana y narrando a través de sonidos autóctonos las historias de un territorio de paz, estas nuevas generaciones quieren seguir inmortalizando a la legendaria música de gaita.

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