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La aldea: la premiada estrategia para transformar la educación

La Aldea fue seleccionada como una de las 15 estrategias educativas más escalables e innovadoras para el desarrollo de Habilidades del Siglo XXI en América Latina y el Caribe.

Con el objetivo de responder a los retos en materia educativa que generó la pandemia, la agencia ClickArte, en alianza con Unicef, implementó la estrategia ‘La aldea: historias para estar en casa’, una iniciativa que buscaba defender el derecho a la educación de 88 mil estudiantes, tanto en zonas rurales como urbanas, en el marco del confinamiento y el cierre de las instituciones educativas en el país.

Debido a su nivel de escalabilidad y al alto impacto que tuvo en varias regiones del país, esta estrategia fue seleccionada por la organización HundrED y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como una de las 15 mejores propuestas educativas para el desarrollo de habilidades del Siglo XXI en América Latina y el Caribe.

En diálogo con Radio Nacional de Colombia, el director de ClickArte, Emmanuel Neisa, aseguró que el propósito de esta iniciativa era acompañar a las familias y a los docentes en el desafío de llevar el aprendizaje a las casas.

“Lo que hemos hecho a través de esta iniciativa es crear un aprendizaje autónomo a través de la diversión como método de enseñanza. Se buscó romper con esa línea que separa la educación y el entrenamiento, para que un niño no distinga si está jugando o aprendiendo”, afirmó Neisa.

Aclaró que, inicialmente, ‘La Aldea’ surgió con la intención de acercar a los niños a la realidad social, política y económica del país, a través de la creación de un universo en el que converge una comunidad de animales con historias y problemas particulares.

“’La Aldea’ es una metáfora de lo que somos como país, y a través de este universo lo que buscamos es que los niños puedan acercarse de una manera ligera y divertida a una serie de conversaciones de las que siempre los alejamos, que puedan hablar de corrupción, inmigración, bienes públicos y elecciones”, explicó.

Manifestó que cada personaje fue creado a partir de los perfiles psicológicos más característicos en la sociedad colombiana. La intención era realizar un trabajo socioemocional para que las personas se identificaran con estas personalidades.

“Cada personaje de La Aldea tiene un mundo interior muy grande, son personajes que tienen un perfil psicológico muy claro: Está Efrén el Tapir, quien es el hijo de uno de los fundadores de ‘La Aldea’, entonces es el ‘¿Usted no sabe quién soy yo? y el que siente que tiene más privilegios que los demás; está Arnulfo La Zarigüeya, que es ágil, carismático e inteligente, pero no le gustan las reglas y siempre las intenta esquivar; está Enrique El Camaleón que es el inmigrante, está Lorena la Tortuga que es la líder de La Aldea, entre otros personajes”, describió.

Neisa señaló que lo más importante de la estrategia es desarrollar el pensamiento crítico en los niños, asegurando que en muchas ocasiones el sistema educativo se preocupa más porque los estudiantes memoricen y repitan, y no por preguntar su opinión.

“Muchas veces tenemos un docente que espera una respuesta correcta al final del camino, y la incertidumbre en la que vivimos nos está exigiendo constantemente unas soluciones no predefinidas”, comentó.

El promotor de la iniciativa señaló que lo novedoso del proyecto es que fue diseñado para adaptarse a los diversos contextos. Indicó que apenas inició la pandemia se dedicaron a crear una serie de contenidos que permitieran transitar por las preguntas que surgían alrededor de la enfermedad, además de continuar con el proceso educativo de los niños.

“Ya estaba el universo, los personajes y algunas historias creadas, entonces cuando llegó un virus a nuestro país, también llegó un virus a ‘La Aldea’. Pudimos replicar eso que estábamos viviendo e integramos esos cuestionamientos que surgían a partir de la enfermedad. Para ello, tejimos dos libros con siete historias que nos permitirían transitar por las preguntas que extrapolaban alrededor del confinamiento, la soledad, la angustia y el virus”, anotó.

En total, se han distribuido 122 mil libros, siete audiolibros, diez vídeos, cuatro canciones, dos repositorios de recursos para docentes y seis programas de radio “Con Unicef lo que hicimos fue enviar a las casas de los niños los materiales en físico, y así un niño sin conectividad tenía su libro para hacer un aprendizaje autónomo”, dijo.

Agregó que 4.200 docentes han aprovechado la iniciativa para imaginar secuencias de aprendizajes distintas y divertidas en medio de las dificultades de la educación remota. De hecho, en la página web de La Aldea hay material de libre distribución para que los profesores puedan acceder y preparar sus clases.

Por último, Neisa confesó que la meta del proyecto es convertirse en política pública para democratizar la educación de alta calidad sin importar el territorio o el estrato. Dijo que actualmente se encuentran ultimando detalles para la estrategia de regreso a clase, la cual se llamará ‘Historias para un mundo en transición’.

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