Estado colombiano fue condenado por desplazamiento tras masacre de Bojayá
El Tribunal Administrativo del Chocó ratificó el fallo que condenó al Estado colombiano por no haber implementado en su momento las medidas de seguridad que se requerían, para evitar la tragedia en el municipio chocoano en la que 79 personas perdieron la vida, luego de los ataques perpetrados por grupos armados al margen de la ley en el año 2002.
Según el fallo, las entidades que deben responder ante el Tribunal son la Procuraduría, el Ejército y la Policía, por hacer caso omiso a las denuncias de la comunidad chocoana sobre los constantes enfrentamientos de las AUC y otras guerrillas.
Además estas instituciones tendrán que ofrecer medidas para reparar a las víctimas que fueron desplazadas forzadamente en el año 2002 y comienzos del 2003.
Para proferir este fallo, el Tribunal de Chocó tuvo en cuenta las numerosas denuncias de la comunidad y también las cartas que la Oficina del Alto Comisionado de ONU en Colombia, le había hecho llegar al Canciller a cargo en la época (Guillermo Fernández de Soto), que alertaban al gobierno sobre la situación.
De acuerdo con el informe del fallo, a pesar de las denuncias, el Estado no se pronunció, sino que por el contrario, las Fuerzas Armadas del Ejército se retiraron de la zona, dejando el municipio desprotegido, así como la retirada de la Policía durante los enfrentamientos entre las Auc y las Farc
“El nexo de causalidad (por el que se condena a la Nación) surge porque la masacre y el desplazamiento de la población civil del municipio y de la zona del Medio Atrato ocurrió como consecuencia de haberse dejado a sus pobladores el 2 de mayo de 2002 a merced de los grupos armados ilegales, sin brindarles ninguna protección, o prestarles seguridad en forma tardía e insuficiente”, señala la sentencia.
Según las versiones de algunos sobrevivientes y en correspondencia con las investigaciones, fue la ausencia del Estado lo que posibilitó que los grupos terroristas masacraran a más de una centena de personas que se encontraban refugiadas al interior de la Iglesia del pueblo.
