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Tres osos de anteojos fueron vistos este año en Boyacá

La especie que se encuentra en peligro de extinción, ha hecho presencia en el departamento.
Avistamiento de osos de anteojos en Boyacá
Foto: Giovanny Pulido / Corpochivor
Paula Burgos

En el marco de la actividad de monitoreo del año 2022 realizada desde el Proyecto de Ecosistemas  Estratégicos y Biodiversidad de Corpochivor, se logró registrar, por medio de la técnica de fototrampeo, la presencia por segundo año consecutivo de un oso de anteojos macho adulto en el municipio de Garagoa, así como un nuevo registro de una hembra junto a su cría en Ramiriquí, ambos avistamientos en en departamento de Boyacá.

Según los expertos este acontecimiento es muy importante, ya que esta especie suele ser tímida y por eso huye rápidamente de los humanos. Por lo tanto, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) esta es una prueba del buen estado de conservación y preservación del área boscosa y de páramo, así como el resultado de la sensibilización de las comunidades y de actores estratégicos para la generación de conciencia a favor de esta especie en el suroriente de Boyacá.

Fundamental para el ecosistema

El oso de anteojos, ‘Tremarctos ornatus’, es una especie sombrilla, según WWF, significa que “requieren de grandes extensiones de tierra para subsistir de manera natural y funcionan como un canal para la conservación de todo el ecosistema asociado: si la especie está bien, se asegura con ello que su entorno tiene buena salud”, es decir, su conservación protege también al ecosistema de páramos y de bosques de niebla. 

Lo que más caracteriza a esta especie es la presencia de manchas blancas o amarillentas en torno a los ojos, que en ocasiones llegan a la zona de la garganta y el pecho. Aunque en algunos especímenes pueden faltar totalmente las manchas claras en el rostro.

En el 2004 se consideraba que en toda Sudamérica quedaban unos 18.250 osos de anteojos en vida silvestre, repartidos entre Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela. Sin embargo, según la UICN, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, esta  especie actualmente se encuentra en peligro de extinción, en la categoría “vulnerable”. El  decaimiento de sus poblaciones se debe a la interacción inevitable con los seres  humanos gracias a la frontera agrícola, la deforestación, la cacería y comercialización de sus partes. 

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