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El presidente de Brasil, Lula da Silva, insta a países ricos a financiar la preservación de la Amazonía

ste llamado tuvo lugar después de dos días de deliberaciones en la cita, que marcó el primer encuentro en 14 años entre los representantes de los ocho países miembros de la OTCA.
Lula da Silva pide a países ricos financiar la protección de la Amazonía
AFP
AFP

En la culminación de una cumbre regional celebrada en Belém (norte de Brasil), el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo un llamado contundente este miércoles a las naciones desarrolladas para que aporten fondos destinados a la preservación de la Amazonía. Este llamado tuvo lugar después de dos días de deliberaciones en la cita, que marcó el primer encuentro en 14 años entre los representantes de los ocho países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).

"La necesidad de financiamiento no es para nosotros, países como Brasil, Colombia o Venezuela, sino para la propia naturaleza", afirmó Lula. En un primer día de la cumbre que anunció una alianza regional contra la deforestación en la mayor selva tropical del mundo, los países amazónicos no lograron llegar a un consenso sobre objetivos comunes, lo que resultó en la decepción de organizaciones no gubernamentales y observadores.

En el segundo día de la cumbre, representantes de otras regiones, incluyendo Congo, República Democrática del Congo (RDC) e Indonesia, se unieron a las discusiones con miras a la próxima Conferencia de las Partes (COP28) sobre el cambio climático, que se llevará a cabo este año en Dubái.

"En la COP28, nuestra meta es dejar en claro a las naciones acaudaladas que si desean verdaderamente preservar nuestros bosques, es imperativo que proporcionen financiamiento no solo para la protección de los árboles, sino también para las comunidades que residen en estas áreas", subrayó Lula. Además de los representantes de las naciones amazónicas, Lula extendió invitaciones a líderes como los presidentes de Noruega, Alemania y Francia, principales donantes del Fondo Amazonía de Brasil, aunque estos mandaron a ministros o representantes de sus embajadas en lugar de asistir personalmente.

En una declaración conjunta emitida al término de la extensa reunión, los países amazónicos instaron a las naciones desarrolladas a cumplir con sus responsabilidades en cuanto a financiamiento climático y aportar $200.000 millones de dólares anuales antes de 2030.

Es relevante destacar que la ciudad de Belém acogerá la COP30 en 2025.


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Desafío sin metas comunes contra la deforestación

Durante la cumbre, Lula sostuvo encuentros bilaterales con líderes regionales, incluyendo al presidente colombiano Gustavo Petro, el presidente boliviano Luis Arce, la presidenta peruana Dina Boluarte, el primer ministro guyanés Mark Phillips y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez. Los cancilleres de Ecuador y Surinam también estuvieron presentes en representación de sus países.

Los ocho miembros acordaron en una declaración la creación de la Alianza Amazónica para la Lucha contra la Deforestación, así como la intensificación de la cooperación para combatir el crimen organizado en la región y promover el desarrollo sostenible. El propósito central de esta alianza es prevenir que la Amazonía alcance el punto de no retorno, a partir del cual se espera que emita más carbono del que absorbe, exacerbando el cambio climático.

La alianza trabajará en pos de alcanzar las metas nacionales de deforestación establecidas por cada país, incluyendo la ambición de Brasil de erradicar la deforestación para 2030.

A pesar de estos acuerdos, expertos en medio ambiente lamentaron la falta de medidas concretas en la "Declaración de Belém". Leandro Ramos, director de Programas de la ONG Greenpeace Brasil, señaló que la ausencia de metas y plazos para eliminar la deforestación, así como la falta de mención sobre la explotación petrolera en la región, dificultan la transición hacia una relación más armoniosa entre los países amazónicos y su selva.

Por su parte, la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) manifestó su insatisfacción con la declaración, considerando que no contiene compromisos concretos, especialmente en relación a las políticas que afectan a las comunidades indígenas, como la esperada demarcación de tierras.

Dinamam Tuxá, coordinador ejecutivo de APIB, enfatizó la necesidad de que los líderes, particularmente Lula, adopten posturas más audaces, en un video difundido en redes sociales.

Consensos y desacuerdos

Entre los objetivos acordados se incluye la garantía de los derechos de los pueblos indígenas, incluyendo su posesión plena y efectiva de los territorios, considerados esenciales para prevenir la deforestación debido a su uso sostenible de los recursos. Asimismo, se acordó la creación de un panel científico inspirado en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas y un Centro de Cooperación Policial Internacional en la ciudad amazónica de Manaos.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, abogó por la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en la región amazónica, cuestionando la viabilidad de la extracción de petróleo en una selva que busca preservar su biodiversidad y combatir el cambio climático.

El debate sobre la explotación petrolera en la Amazonía adquiere relevancia en un momento en que Brasil se enfrenta a una nueva frontera exploratoria propuesta por la empresa estatal Petrobras, la cual ha sido respaldada por Lula.

Las cifras recopiladas por el proyecto MapBiomas Amazônia indican que entre 1985 y 2021, la cobertura vegetal de la selva sudamericana se redujo en un 17% debido a actividades como la ganadería, la explotación maderera y la minería ilegal.

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