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Mahatma Gandhi: paz, colonialismo y sus luchas por liberar a India

La vida del líder pacifista marcó la historia de la India y el mundo, por sus concepciones sobre cómo hacer la paz.
Mahatma Gandhi: liberación de India, ideología y enseñanzas
Foto: Pixabay
Mateo Pérez

En 1869, durante los tiempos en que la India hacía parte de las colonias británicas, nació Mohandas Karamchand Gandhi sin preocupación alguna, ya que hacía parte de una familia con buenos ingresos económicos. Su familia se dedicó al comercio, por lo que era prestante dentro de la sociedad, el padre de Mohandas, Karamchand Gandhi, fue el primer ministro de Porbandar y su madre, Putlibai, fue la cuarta esposa de su padre y era una mujer devota por la fe, influenciada por las corrientes brahmánicas e hindúes. 

Durante la juventud de Ghandi, este aprendió a ser vegetariano, la importancia del ayuno en la purificación y el respeto hacia otros credos. Sin embargo, al pertenecer a una clase privilegiada de la India, no veía la segregación y los conflictos culturales que se generaban entre ciudadanos, teniendo como referente a las civilizaciones europeas, quienes habían avanzado en los desarrollos y la sabiduría. Una realidad que entraría en conflicto, cuando se mudó a Londres en 1888 a estudiar leyes y la mirada de los londinenses era de desconfianza por ver su color de piel olivácea.   

Sudáfrica: el inicio de sus luchas

“¡Largo de aquí, Sami!” fue el grito que recibió Gandhi durante un viaje en 1893 por un tren en Sudáfrica, recibida por un revisor, quien lo expulsó del transporte, usando esta expresión que denotaba una forma de discriminación de las clases blancas sudafricanas hacia los indios que habitaban el país. 

Este incidente lo llevó a pensar acerca de la situación de racismo y vulneración de los derechos humanos que pasaba su comunidad en Sudáfrica por cuenta de los británicos, fundando así en 1894 el partido Indio del Congreso Natal, con el que estableció alianza con los hinduistas del país y denunció en los medios de comunicación las diferentes violencias que vivían. 

A pesar de la intención por apoyar al ejército británico en la guerra contra los boers, donde esperaba que su comunidad fuera más legítima como ciudadana ante el país colonial, no mejoraron las condiciones. 

Las primeras manifestaciones pacíficas que incentivó Gandhi fueron gracias al ingreso de una ley en 1906, que obligaba al registro de todos los habitantes indios, llevando a una protesta en Johannesburgo donde se pretendió evitar cualquier medio violento por parte de los indios para oponerse a esta medida del Gobierno de Transvaal. 
La lucha duró 7 años, donde hubo represión en contra de los indios y su encarcelación, pero este caso pasó a conocerse en medios internacionales, llevando a que el general sudafricano, Jan Christian Smuts, negociara con Gandhi. 

Unas acciones que fueron acompañadas por la construcción de colonias agrarias y hospitales en Sudáfrica, así como la lucha por abolir el sistema de castas que gobernaba dentro de Sudáfrica. La lucha de Gandhi se denominó como Satyagraha (fuerza de la verdad), que en occidente fue considerada “la resistencia pasiva” por las energías y acciones realizadas. 

La Masacre de Amritsar: detonante para el liderazgo de Gandhi 

Tras los incidentes con las autoridades sudafricanas regresó a la India en 1914 con un bajo perfil, sin embargo, desde 1918 retomó sus labores como líder humanitario, momento en el que estaba terminando la Primera Guerra Mundial. 

El hecho que marcó un nuevo enfoque en el liderazgo de Gandhi fue la Masacre de Amritsar en 1919, donde muchos ciudadanos se reunieron en el Jardín de Jallianwala para la celebración del año nuevo (Vaisakhi), asunto que alertó al brigadier británico Reginald Dyer por creer que se trataba de una posible formación de ejército revolucionario. 

Dyer dirigió a 90 soldados, 25 balochis y 65 gurkhas, hacia ese sitio público y ordenó que se accionaran fuego en contra de estas personas, tirando 1.650 cartuchos, ocasionando múltiples bajas durante 10 minutos y se decretó toque de queda e impidiendo atender a las personas que resultaron afectadas del atentado. 

Fue una matanza condenada por múltiples de sociedad, que la siguió una descarada justificación por parte de las autoridades británicas, considerando que eran un “potencial ejército rebelde” y que se realizó para “castigar a los indios por su desobediencia” ante las medidas emitidas. 

El Premio Nobel de Literatura Rabindranat Tagore renunció a su título de “sir” que da el Gobierno británico en protesta por la situación indigna hacía unos seres humanos y decidió ponerse de lado de sus compatriotas en forma de protesta. Gracias a este escritor, se le conoce a Gandhi con el nombre de Mahatma, que significa “gran alma”, el cual lo hizo reconocido por todo el mundo. 

La marcha de la Sal: consolidación de la “No violencia”

Después de que ocurrieran los acontecimientos de la Masacre de Amritsar, Gandhi intentó negociar con el Raj británico una posible salida del dominio de la corona por medio de manifestaciones no violentas y huelgas de hambre. 

Esta resistencia pasiva o no violencia se encuentra influenciado por tendencias de oriente y occidente, promulgada por las corrientes hinduistas, budistas, cristianas que estaba incrustada en las diferentes concepciones culturales, pero que Gandhi reivindicó en India como un imperativo ético y evitar cualquier tipo de confrontación por medio de la fuerza o las armas. 

Ante las negativas de Gran Bretaña, el Partido del Congreso Nacional Indio propuso que se abriera la guerra y las sublevaciones armadas para contrarrestar la presencia inglesa en territorio indio, pero Gandhi contradijo esta opción, ya que planteó la idea de producir en la India sal, un producto que estaba fuertemente controlado en el mercado británico. 

Por eso, se dio lugar la marcha de la sal entre marzo hasta abril de 1930, donde los indios pretendían ejercer la desobediencia civil frente al impuesto que se les tenía por orden de la corona, que se logró gracias al recorrido que hicieron los seguidores de Gandhi desde Ahmedabad hasta las costas del océano Índico, donde el líder pacifista tomó un poco de arena del mar de agua salada para incentivar a quienes lo acompañaron de calentarlo y generar un poco de sal, lo cual representaba un acto del pueblo libre.  

Aunque fue recibida positivamente en todo el mundo, incluso por líderes británicos, no logró el resultado esperado de que India se independizara de Inglaterra por una falta de planes a que esta acción ocurriese y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Entre ese periodo de tiempo, Gandhi continuó con sus labores humanitarias por las personas que estaban marginadas socialmente, también siguió en la promulgar su filosofía de la no violencia. 

Separación del Raj Británico y fallecimiento de Gandhi

Los intentos de paz que realizó Mahatma Gandhi resultaron efectivos luego de la guerra, porque el imperio británico liberó a 100.000 presos políticos de las protestas pacíficas y la independencia del Raj Británico de la corona. Sin embargo, ocurrieron inconvenientes en el camino, puesto que se agudizaron los conflictos entre los musulmanes e hinduistas, llevando a 5000 víctimas y la separación de territorios para evitar una guerra civil. 

Este asunto no convenció a Gandhi, quien al poco tiempo aceptó la decisión sin entusiasmo, terminando recluido en su residencia de Calcuta. El 30 de enero de 1948, el líder pacifista encontraría la muerte a manos de dos indios radicales, que le dispararon a la salida de una reunión de oración en Nueva Delhi, quienes eran parte de grupos de extrema derecha. Fueron judicializados y condenados a muerte, otros seis cómplices recibirían cadena perpetua por cometer este crimen. 

Mahatma Gandhi fue un líder reconocido en todo el mundo por pensar en la paz sin accionar las armas, a pesar de que su figura es cuestionada en nuestros días, marcando un legado en la historia del siglo XX en otras luchas por la liberación, como la de Martin Luther King en los Estados Unidos, y las acciones de no violencia (como las huelgas de hambre que lo dejaron los huesos), que permiten concebir la paz desde las acciones humanas y filantrópicas por los otros, quienes son objeto de opresión y el control. 

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