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Los terapeutas que andan en cuatro patas

En el Día Internacional del Perro Sin Hogar le contamos algunos de los beneficios de adoptar una mascota.
Pixabay
Diana Rosero

El sonido de unos pasos que te siguen por la casa y ver una cola que se mueve de un lado al otro son detalles que pueden ayudar a mejorar el ánimo de las personas. Quienes son dueños de perros pudieron evidenciar esa sensación de felicidad ahora en la pandemia, porque, al estar obligados a quedarse en casa, pudieron reforzar los vínculos con sus mascotas al tiempo que los animales les ayudaban a reducir los niveles de ansiedad, estrés y tristeza derivados de la crisis global. 

Expertos afirman que los perros, aunque no hablen, pueden ser unos grandes terapeutas y por eso recomiendan tener una mascota. De hecho, teniendo esto en cuenta, los índices de adopción de mascotas incrementaron considerablemente en Colombia durante 2020. El Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá reportó que desde marzo hasta octubre del año pasado 316 perros consiguieron un nuevo hogar, mientras que el Centro de Bienestar Animal La Perla, de Medellín, se tramitaron 360 adopciones de caninos. 

Este hecho es muy importante porque, de acuerdo a un informe emitido en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70 % de los perros en el planeta no tienen un hogar. Por esta razón la adopción es la opción ideal al momento de tener una mascota, además, contribuye a reducir otros problemas relacionados al maltrato animal y la sobrepoblación. 

Si usted está pensando en tener una mascota, adoptar una es perfecto porque,  además de ser un acto de amor, acoger dentro de la familia un miembro de otra especie viene cargado de grandes beneficios. A continuación le contamos algunos de ellos.

Empatía

Según un estudio publicado por la revista Current Biology, los perros entienden las emociones humanas, su cerebro reacciona a los sonidos, diferentes tonos de voz y también a la forma de actuar de cada persona, algo que en términos humanos sería empatía, ya que son capaces de reconocer los sentimientos ajenos y considerarlos como propios. Desde la etología se le llama energía y es básicamente eso que se transmite entre especies como una charla silenciosa para interpretar la situación y buscar lo mejor para la supervivencia de ambos. 

Remedio contra la ansiedad 

Muchos de los que se volcaron a buscar un nuevo integrante en casa, lo hicieron motivados por este factor que posee un sustento científico, según la Universidad de Osuba en Japón, al estar en presencia de animales tan efusivos como los perros, se segregan sustancias que producen bienestar y tranquilidad y se reduce la producción de cortisol, hormona relacionada con el estrés. 

Concentración 

En las terapias asistidas con animales, los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad TDAH, mejoran su capacidad de enfocarse en tareas concretas y repetitivas relacionadas a su interacción con perros. Este aprendizaje basado en el juego les ayuda a enfocar su mente, lo cual replican en otros escenarios más cotidianos como sus clases que debido a la pandemia se convirtieron en un reto para padres y estudiantes por la virtualidad. En estos casos, se reportó en varias encuestas desarrolladas por escuelas y colegios que en los hogares con animales, fue más sencillo para los niños adaptarse a esta nueva dinámica. Adicionalmente, la respuesta libre de prejuicios de los perros ayudó a fortalecer su confianza para participar. 

Apoyo para salir de la depresión 

Según la psicoterapeuta Mari Luz Losada, una persona deprimida no se hace cargo de sí mismo, ni desea relacionarse con otros, sin embargo, el vínculo que desarrolla con su perro muchas veces permite que un individuo con un cuadro de depresión clínica se motive a levantarse de la cama para atenderlo, alimentarlo y sacarlo a hacer sus necesidades. Son varios los casos reportados donde la intervención de estos héroes de cuatro patas ha evitado que un cuadro severo llegue a desenlaces fatales. 

Sentido de Responsabilidad 

Dicen que “todos los perros deberían tener un hogar, pero no todos los hogares merecen tener un perro” y esto principalmente se debe a que la decisión de integrar a un nuevo miembro en casa además de un privilegio es una responsabilidad. Desde suplir las necesidades básicas como techo, alimentación y descanso, hasta las específicas como vacunas, desparasitación, esterilización, tiempo para compartir, manejo adecuado de sus excretas, presupuesto para gastos veterinarios adicionales, peluquería, baño, paseos y otros que se relacionan con su tamaño, edad y temperamento; constituyen en sí, un conjunto de compromisos que como familia se asume y en esto los niños y adolescentes pueden ser parte activa en las tareas de convivencia.

“Al integrarlos en esa dinámica de cuidado se adquiere y refuerza el sentido de responsabilidad, se enseña que esa vida, aunque no sea igual a mí, merece respeto y protección y se trabaja en la raíz para combatir el maltrato y abandono”, puntualizó el Veterinario Juan Jiménez Lara, activista de la causa animalista hace más de 20 años en Medellín.  

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