Eduardo Arango Restrepo, el último de los Azucenos
A sus 90 años, Eduardo Arango Restrepo, último sobreviviente de Los Azucenos, evoca aquellas épocas de juventud cuando él, al lado de sus amigos de colegio, empezaba a vislumbrar su trabajo por Manizales.
“En la época de la Segunda Guerra Mundial notamos que escaseaban los productos metálicos, especialmente las puntillas, en ese momento nos estaban ofreciendo una máquina de segunda en New York para fabricarlas, así que yo me fui a negociarla y de ahí surgió Iderna, una de las empresas más importantes de la ciudad”, comenta Eduardo Arango.
El último de los Azucenos recuerda que en Manizales, como en toda ciudad, la industrialización inició con procesos pequeños, “lo primero que se funda son zapaterías, fábricas de velas y elementos rudimentarios, las primeras industrias grandes fueron La Luker y Tejidos Única, impulsadas por nosotros”.
Los Azucenos como fueron bautizados por Alberto Arcila, (conocido como cepillo), es un sobrenombre que significa jóvenes, “los Cocacolos de la época” como dice Eduardo Arango, quienes a partir de sus ahorros para construir un capital que les permitiera “ponerse a hacer algo”, se convirtieron en los visionarios que fundaron los cimientos de la industrialización manizaleña.