El pasado miércoles falleció en Miami, donde se encontraba visitando a su familia, el pianista y arreglista huilense Luis Felipe Basto Godoy, víctima de la Covid-19. Basto se labró un nombre dentro de la música tropical y la salsa colombiana. Sus teclados pueden escucharse en grandes clásicos de nuestra música bailable como ‘Violencia’ y ‘Maldita navidad’, de Los Black Stars, y ‘El ausente’ y ‘Tú sufrirás’, de Fruko y sus Tesos. También estuvo vinculado como arreglista e intérprete en grupos como Los ocho de Colombia, el Combo de las estrellas y Los Afroins.
Nacido en Neiva en 1947, a los once años empezó a estudiar en el Conservatorio Departamental de Música de su ciudad natal y a los 17 dejó la música clásica luego de entrar a reemplazar al pianista de una orquesta tropical. Antes de trasladarse a Bogotá en 1967, tuvo una efímera banda de rocanrol llamada Los Drivers, y luego en Medellín se vinculó a los Black Stars, con quienes estuvo del 71 al 75. Fue pianista de planta de Discos Fuentes y participó en grabaciones de Rammiro, Rodolfo Aicardi y Ricardo Fuentes, así como en el clásico álbum ‘Ayunando’ de 1973, de Fruko y sus Tesos, entre otros.
A mediados de los sesenta conoció el jazz en un programa radial cuyo anfitrión era el médico y organista Luis Eduardo Vanegas. Allí escuchó y se enamoró de la música del pianista Bill Evans y, sobretodo, la bossanova. En la década del 90 se fue a residir a Miami, donde terminó de aprender los rudimentos de los estilos del jazz que aplicó luego en el bar Zanzíbar, de propiedad del baterista boyacense Javier Aguilera, y también como docente en varios centros educativos de Bogotá y como gestor cultural, protagonizando e incentivando conciertos en su natal Neiva a mediados de la década del 2000.
Hacía unos años que Luis Felipe Basto se encontraba trabajando en un proyecto compositivo para formato de big band, inspirado en la Ciudad Perdida y la Sierra Nevada de Santa Marta.