El mural fue concebido por el colectivo Revolucionarte y se escogió a partir de una selección de obras en todo el mundo. Se ubica en la fachada del Teatro Municipal Santiago Londoño, carrera 12 con calle 18, en el centro de Pereira.
“Este es un logro que no sólo engrandece el arte público y el Muralismo de nuestra ciudad y Colombia, sino que nos permite seguir soñando con transformar territorios desde el arte”, dijo el colectivo desde sus redes sociales.
La obra consiste en una niña con los ojos cerrados, que la acompañan dos personas de perfil ubicadas tras ellas, reflejando la conexión espiritual entre Dios, la naturaleza y la humanidad. Esto simbolizando la ancestralidad.
“Es una invitación a observarnos: a reconocer el caos y la armonía, la intuición y la razón, lo interno y lo externo. A través de estas imágenes, compartimos fragmentos de un proceso artístico que es también un acto de reflexión colectiva”, afirma el colectivo en una publicación.
Yefersson Marín, director y fundador del colectivo, expresó su felicidad de “entregarle a Pereira una obra de reconocimiento mundial, a 10 años de la fundación de Revolucionarte, no podríamos pedir mejor celebración”.