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Mujeres indígenas: las cuidadoras de la madre tierra

En América Latina y el Caribe existe una población de más de 23 millones de mujeres indígenas que pertenecen a más de 670 pueblos.

Por: Richard Hernández.

Desde hace 37 años se rinde homenaje a millones de mujeres indígenas que día a día, juegan un papel muy importante en sus territorios. Gracias a su labor abnegada, silenciosa y muchas veces ignorada, se conservan las costumbres y los saberes tradicionales de sus pueblos.

El 5 de septiembre fue escogido como el Día internacional de la mujer indígena, en honor a Bartolina Sisa, una indígena aimara que fue asesinada en 1782, por oponerse a la colonización española. Bartolina estaba casada con Túpac Katari, con quién organizaría la rebelión de los pueblos indígenas a través de los Andes.

“En América Latina y el Caribe existe una población de más de 23 millones de mujeres indígenas que pertenecen a más de 670 pueblos. Un grupo que sigue estando en condiciones desiguales con el resto de la población y al interior de sus comunidades”, según el informe elaborado en 2017 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En Colombia según el censo de 2018, realizado por el DANE, de los 1’905.617 indígenas colombianos, 954.714 son mujeres (el 50,1 %) y 950.902 son hombres (49,9 %). La medición identificó una población de 115 pueblos indígenas nativos en Colombia, 22 comunidades más que las 93 que reportó el censo anterior.

Lejandrina Pastor Gil, es consejera de la mujer, familia y generación de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC). Con ella, quien pertenece al pueblo Wiwa (Sierra Nevada de Santa Marta), conversamos sobre el papel que juega la mujer indígena en sus territorios y la labor que realiza la Consejería.

“Hemos sido reconocidas, en todos los pueblos de Colombia, con el mismo valor que tiene la naturaleza, la madre tierra. Es ella, la que mantiene el equilibrio, es la columna vertebral de la sociedad. Somos las que tejemos la palabra. Tenemos el conocimiento, lo guardamos y la conservamos para transmitirlo a nuestra niñez y juventud”, comenta Lejandrina.

Sobre la exclusión que viven las mujeres indígenas, Lejandrina se remonta a la época cuando llegó la conquista. También dice que esta exclusión se agrava con el tema de violencia y después cuando se comenzaron a registrar los títulos. Lo mismo pasaba con una vaca que pertencia al colectivo, pero cuando llegó la marca, se le ponía la del hombre. Entonces según la consejera, comenzó a darle el valor al papel y no a la mujer como tal.

“En los pueblos indígenas el tema de ley de cuota no aplica porque allí, la cosmovisión dice claramente que es la dualidad hombre y mujer. Así como hay un árbol hombre, hay un árbol hembra. Por ejemplo, en el caso de la Sierra Nevada de Santa Marta, si se hace una casa hombre, se hace una casa mujer. Cuando llega este tema del patriarcado, lo que trajo fueron los títulos y las marcas y eso hizo que las mujeres estuviéramos por debajo”, señala.

Sobre los espacios que tiene la mujer indígena para tener voz, Lejandrina comenta que hay cinco organizaciones en el país, siendo la más grande la de la ONIC, que está en todas las regiones. También cuentan con la Mesa Permanente de Concertación (MPC), que es un espacio de diálogo entre el gobierno indígena y el Gobierno Nacional. En este espacio se definen políticas públicas, se pactan temáticas y se acuerdan rutas y metodologías.

Con la MCP, consiguieron el pasado 9 de agosto, por decreto, la creación de la Comisión Nacional de Mujeres Indígenas: “como una instancia de trabajo de carácter técnico en temas relacionados con mujeres, familias y generaciones indígenas y demás asuntos definidos en la agenda de la citada Comisión”. En el Día Internacional de la mujer indígena la ONIC estará visibilizando este trascendental decreto.

La labor que realiza la Consejería de la mujer, familia y generación, de la ONIC, es defender a las mujeres que luchan por los derechos de sus territorios, de su cultura, de la niñez, de los jóvenes y los mayores.

“Son muchas las acciones que se viene desarrollando en el escenario nacional, que a pesar de que está en la Constitución Política Nacional, muchas veces tenemos que recurrir a comisiones para poder garantizar nuestros derechos. Por ejemplo, hay una política de niños en Colombia, pero sin enfoque indígena. Hay que seguir adelante para que se implementen algunos temas que son prioridad para las mujeres indígenas en sus territorios, con un enfoque de mujer, familia y generación”, puntualiza Lejandrina.

También sobre este tema hablamos con Dora Muñoz, comunicadora indígena del pueblo Nasa. Desde el 2017, se desempeña como coordinadora del Tejido de comunicación We’jxia Kaa’senxi, “La voz del viento”, del cabildo indígena de Corinto, (Cauca).

“La mujer indígena juega un papel fundamental para la educación por la transmisión de saberes, teniendo en cuenta el primer principio que es, ser generadoras de vida. También somos transmisoras de la cultura, de los saberes, de las prácticas de la esencia que somos como pueblo. Somos como las cuidadoras de todo lo que comprende el territorio y la madre tierra”, señala Dora.

Actualmente la mujer indígena tiene que afrontar diferentes tipos de violencia, discriminación, machismo y pobreza. Uno de los principales problemas, según Dora, es el desconocimiento de esos roles tan fundamentales que tienen y que ejercen de manera silenciosa y estigmatizada en el día a día. La comunicadora reconoce que ese desconocimiento no solo es por parte de los hombres sino también de ellas mismas.

“No dimensionamos todo lo que estamos construyendo y aportando a través de ese papel de ser madres. También hay mujeres lideresas. Mujeres no visibles que hacen su aporte a la construcción de sociedad. Son quienes cultivan las plantas medicinales, las que conservan las semillas propias, las que preparan los alimentos, las que cuidan de sus hijos y cuidan de otras personas. Son mujeres que tejen la historia y la memoria de las familias”, comenta.

Otra consecuencia de ese desconocimiento y de esa falta de valoración, son las diferentes violencias que afectan a las mujeres: “creo que de este tema se habla mucho pero no se mira cuáles son las consecuencias de esos tipos de violencia: física, psicológica, económicas, política, violencias territoriales. Incluso el desconocimiento de los derechos como mujeres es resultado de esa imposición que se llama el patriarcado, que todo lo convierte en un individualismo”, señala.

Esto genera otras problemáticas que se van evidenciando en el día a día de las comunidades sobre todo en las mujeres y en las niñas: “se repiten unos patrones culturales, sobre todo adoptados que van sembrado ese fraccionamiento. También esa mirada de que las mujeres siempre están por debajo de los hombres. En los espacios de representación la mayoría son hombres”, dice.

Sin embargo, a Dora le ha ido muy bien en esos espacios de comunicación gracias a que es de la región y a que también ha logrado capacitarse y formarse en diferentes escenarios. Ella es magister en comunicación intercultural con enfoque de género, de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense.

“Este espacio, es una iniciativa que articula las formas tradicionales de comunicación indígena y comunitaria con el uso de herramientas de información como la radio y la producción audiovisual. Nuestra organización no es perfecta, todos los procesos tienen sus debilidades, tienen sus vacíos. Las mujeres son poco tenidas en cuenta. Los espacios nos lo hemos ganado nosotras con mucha responsabilidad y empeño”, señala.

Para finalizar, Dora envía el siguiente mensaje a las mujeres indígenas en este día: “Somos las generadoras de vida y sabiduría. Somos las traductoras de todo ese legado que llevamos de nuestras abuelas, de nuestras madres: Entonces somos grandes y hay que seguir realizando ese trabajo bonito que hacemos desde el fogón, desde la casa y también desde los diferentes espacios a donde hemos podido llegar”.

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