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Vuelve la Casa de Poesía Silva, un espacio renovado para la poesía en Bogotá

La reapertura de esta biblioteca especializada en poesía colombiana se suma a los más de 130 espacios de lectura de BibloRed.
La Casa de Poesía Silva reabre sus puertas en octubre | Bibliotecas en Bogotá
Cortesía
Diana Leal

A partir del mes de octubre los bogotanos podrán disfrutar de la Casa de Poesía Silva, un nuevo espacio dispuesto para la cultura y la lectura de poesía en el cetro de la capital, será además la biblioteca número 28 de la Red de Bibliotecas Públicas y reabrirá sus puertas poniendo a disposición todos los servicios de BibloRed.

“La reapertura de la Casa de Poesía responde a los esfuerzos para brindar más espacios de lectura para la ciudad. En esta oportunidad pondremos a disposición de los ciudadanos una biblioteca especializada, un escenario de encuentro y cultura para la ciudad, con programación concertada alrededor de la poesía”, explicó Nicolás Montero, secretario de Cultura, Recreación y Deporte.

Esta casa patrimonial, ubicada en la calle 12c #3-41, en la localidad de La Candelaria, es Bien de Interés Cultural, pues en ella habitó y pasó sus últimos días el poeta colombiano José Asunción Silva, y su actual puesta al servicio de los ciudadanos se da gracias a la gestión de alrededor de $700 millones por parte la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, SCRD.

"Ante la necesidad apremiante de crecer y expandirse en Bogotá, uno de nuestros objetivos primordiales es el fortalecimiento y la ampliación de nuestra Red de Bibliotecas Públicas con más espacios de lectura por toda la ciudad. La Casa de Poesía representa, a través de su colección, un espacio emblemático que evidencia el papel fundamental de la poesía en la cultura colombiana”, expresó Consuelo Gaitán, directora de BibloRed.

La colección de esta biblioteca especializada en poesía colombiana estará conformada por la fonoteca de poesía y literatura más completa y grande del país. Integrada, principalmente, por la donación de las bibliotecas de Eduardo Carranza y María Mercedes Carranza, así como por una valiosa colección sonora, ‘Voces para el tiempo’, la cual está compuesta por más de 1.000 audios en los que se registran las actividades culturales realizadas por la Casa Silva desde su fundación; en sus registros están documentadas las voces de icónicos poetas y personalidades políticas y culturales.

Así mismo, contará con cerca de dos mil fotografías que sirven como heraldos de la actividad cultural alrededor de la poesía durante el Siglo XX, y por supuesto una colección bibliográfica con cerca de 10 mil libros y periódicos, donde hay publicaciones inéditas dentro de las que se pueden encontrar las primeras ediciones de libros autografiados, objetos que pertenecieron a reconocidos poetas, una amplia colección documental de poesía colombiana, y autores como Héctor Rojas Herazo, Guillermo Valencia, Luis Vidales, Mario Rivero, León de Greiff y Nicolás Suescún, entre otros.

La colección está integrada a su vez por manuscritos de poemas, cartas, libretas de notas y autógrafos de autores como Eduardo Cote Lamus, la libreta de apuntes de Jorge Gaitán Durán, manuscritos de Jorge Rojas, entre otros. Habrá también un trabajo constante para ofrecer una programación idónea en torno a la poesía.


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Historia de La Casa de Poesía Silva

casa de poesía

Según la información proporcionada en una reseña publicada de la Fundación Casa de Poesía Silva, la construcción de esta casa data aproximadamente del año 1715, de acuerdo con las huellas técnicas que encontraron los arquitectos que se encargaron de su restauración.

En sus grandes salones fueron la sede de la asociación de farmaceutas cuando, en aquellos tiempos cuando a las farmacias se les llamaba ‘boticas’. En ella también funcionó un almacén de calzado fino, y más adelante una pensión y un inquilinato. Sin embargo, la Fundación cuenta que la poesía siempre ha sido “el principal habitante de la casa”, pues en ella pasó sus últimos cinco años de vida el poeta José Asunción Silva, antes de que muriera dándose un tiro al corazón en el cuarto que está al fondo del corredor de la entrada.

En aquellos días cuando Silva aún vivía, la casa se encontraba marcada con un número 13 y era el escenario propicio para la tertulia, la producción y la difusión literaria.

Varias décadas después de la muerte del poeta, esta casa fue ocupada por una pensión para provincianos pobres, y a ella llegaron el poeta nariñense Aurelio Arturo, quien desarrollo gran parte de su obra en este espacio que le sirvió de albergue mientras cursaba su carrera de derecho, entre 1930 y 1938, y por las mismas fechas también la habitó el poeta Gregorio Castañeda Aragón.

Durante la primera mitad del siglo XX, esta casa duró muchos años en el anonimato. Hasta que en 1943, el poeta Ismael López, también conocido como Cornelio Hispano, quien había sido amigo de Silva, la reubicó gracias a la placa que aún conservaba, que de hecho, es la misma que se ve actualmente.

Finalmente, en 1983 la casa fue adquirida por la Corporación La Candelaria, por iniciativa de la poeta María Mercedes Carranza y, el entonces gerente, Genoveva de Samper. Duró nueve meses en proceso de restauración y en mayo de 1986 abrió al público como ‘La Casa de Poesía Silva’, durante el gobierno de Belisario Betancourt. Posteriormente, bajo el decreto número 1800 del 19 de octubre de 1995 fue declarada Monumento Nacional.

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