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Los 60 de la TV: Don Chinche

Más de dos generaciones de colombianos recordamos con aprecio a Don Chinche, que cada domingo de 7:30 a 8:00 pm nos acercaba a esa realidad colombiana de los barrios, de las tiendas, de los personajes que se quedaron más de 40 décadas en la mente de los televidentes.
Héctor Ulloa confiesa que nunca quiso representar a más personajes, que su vida se le fue dándole vida a Don Chinche, que se enamoró de este obrero que hasta para pegar ladrillos usaba corbata, y a la historia de la Bogotá de esa época, llena de migrantes buscando un futuro mejor.
Hoy a sus 76 años, Héctor recuerda con amor a Régulo Engativá, ese personaje al que le dio vida por más de una década, cuando la televisión se hacía con complejos equipos y “la luz día era luz día , como dice al referirse a la cantidad de problemas técnicos que debían superarse en las jornadas de grabación, hechas a una sola cámara y en exteriores en las que obtener electricidad era toda una proeza.
Y se le nota, cuando llegamos con nuestros equipos, una pequeña cámara que graba en HD y una grabadora de sonidos de un tamaño menor al de un celular. Mira y toca, les da la vuelta y recuerda aquel tiempo en que una grabadora de audio era más grande que un morral y se necesitaba hasta un asistente para desplazarse hacia alguna parte.
De sus épocas también recuerda con aprecio a Hernando Casanova, a su amigo inolvidable y compañero de aventuras en la serie y por fuera de ella. También recuerda con nostalgia a Pacheco, a quien además le debe el nombre de ese personaje inmenso, fue él quien le puso Chinche, como un lenguaje en clave para una mujer a la que Pacheco andaba seduciendo. Dice que fueron muy amigos, porque no se veían casi nunca.
Héctor comenzó en la radio, como muchos de los pioneros de la televisión. Se podría decir que en este tiempo la televisión se robó a muchos personajes que habían comenzado en la radio.
También tuvo su época de cantante, dónde logró que muchas de sus composiciones fueran interpretadas por grandes artistas de la talla de Julio Jaramillo. Nos cuenta que escribió más de 40 canciones, aunque ya no sepa dónde quedaron ni que pasó con ellas.
Héctor Ulloa aprendió el oficio de forma empírica aunque se dedicó durante mucho tiempo a la preproducción y postproducción de piezas para radio y televisión. De hecho gran parte de su carrera en medios estuvo más detrás de las cámaras y de las cabinas, hasta que alguien se enfermó y tuvo la gran oportunidad de comenzar una carrera que lo llevó hasta la fama.
Hoy, vive con su esposa en un edificio en el norte de Bogotá, con los achaques típicos de una vida bien vivida. De sus tres hijos ninguno siguió sus pasos y últimamente sus apariciones en TV son más vale pocas. Sin embargo, confiesa que aun la gente cuando lo ve en la calle lo para, para pedirle una autógrafo o para tomarse una foto, con ese personaje del común que miles de colombianos siguieron en los casi 10 años que duró el programa.
Redacción y producción: Vanessa Vallejo/ @sociedadautista
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