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Voces del Pato: narrativas de paz en San Vicente del Caguán

Bajo el lema “Somos el sendero de la esperanza” y la premisa adoptada de uno de sus maestros: “sin historia no hay cámara”, niños y niñas hacen del audiovisual su herramienta para erradicar la estigmatización social y contar historias reales de su territorio
Voces del Pato: narrativas de paz en San Vicente del Caguán
FOTO: Cortesía Escuela Audiovisual Voces del Pato
Katerine Vargas Mejía

Entre el imponente verde de las montañas de la Zona de Reserva Campesina del Pato Balsillas en San Vicente del Caguán (Caquetá), niños niñas y jóvenes de la vereda Los Andes, conversan con los adultos, pintan sus sueños e imaginan otros mundos posibles, para encontrar las historias que con cámara en mano documentan.

La Escuela Audiovisual Voces del Pato se creó en el 2019. De acuerdo con Paola Reyes, una de sus fundadoras, el proceso surgió a raíz de los Acuerdos de Paz firmados entre el Gobierno Nacional y la antigua guerrilla de las Farc. Ella, así como las cerca de 15 personas que conforman la Escuela, es oriunda de la vereda Los Andes. Tiene 27 años y es estudiante de Ciencia Política. Recibe sus clases virtuales, con las dificultades que supone la conectividad en las zonas rurales del país.

Voces del pato

FOTO: Escuela Audiovisual Voces del Pato.

Según Paola, la Escuela nació en el marco del proyecto ‘Amazonía Joven’, financiado por el Fondo Europeo para la Paz y liderado por la Corporación Manigua, que llegó especialmente a la vereda Miravalle para fortalecer la reincorporación de firmantes de paz; sin embargo, una decisión permitió que tanto jóvenes de la vereda Los Andes, así como de la vereda Balsillas, también participaran de la formación en comunicaciones.

Una vez terminado el proyecto, su coordinadora, Mariana García, al ver las ganas de los jóvenes, niños y niñas de los Andes por apropiar la iniciativa, propuso crear la Escuela Audiovisual Infantil Voces del Pato. Todos estuvieron de acuerdo.

“Ella ya traía la experiencia de la Escuela Audiovisual de Belén de los Andaquíes, y al ver que había personas con muchas ganas de mostrar y visibilizar su territorios impulsó la creación de esta”, contó Paola.

Articulada a la Asociación Municipal de Colonos del Pato (Amcop), el proceso organizativo que abarca a las 27 veredas del sector, la misión de Voces del Pato es visibilizar la cultura y la identidad campesina, fortalecer los procesos de memoria histórica y narrar el entorno de la gente local, “ya que el Pato ha sido altamente estigmatizado y lo que se ha mostrado en los medios sobre esta región ha sido una versión que no es la que corresponde a la gente de nuestro Pato” señaló la joven.

Voces del pato

FOTO: Escuela Audiovisual Voces del Pato.

Cabe destacar que aunque el derecho a la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones está consagrado en el artículo 13 de la convención Americana sobre los derechos humanos, así como en diversos tratados internacionales, en Colombia aún existen múltiples barreras para su ejercicio pleno. En un reciente estudio realizado por la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), con el propósito de conocer cómo la guerra ha silenciado o censurado a los territorios, se encontró que 666 municipios del país, es decir, más de la mitad, no producen información local porque no cuentan con medios o equipos periodísticos.

Esto quiere decir que alrededor de 10 millones de personas no acceden a información veraz sobre lo que sucede en su entorno.

Según la misma investigación, en Caquetá el 81% de la población vive en municipios en silencio, pues sólo en su capital, Florencia, los habitantes tienen oferta suficiente de información local, debido a que todos los medios se concentran allí.

Teniendo en cuenta lo anterior, cobra mayor sentido el trabajo que realizan organizaciones o procesos sociales como ‘La Escuela Audiovisual Voces del Pato’, que promueven la posibilidad de que la comunidad gestione de manera autónoma sus propios contenidos comunicativos, cuente sus historias y visibilice sus necesidades, como forma de enfrentar la desinformación o la invisibilización que tan común se vuelve cuando la información está centralizada en la capital del país.

Un aporte a la consolidación de la paz

En sus años de camino, Voces del Pato ha logrado vincular niños, jóvenes y personas adultas para aprender sobre producción, realización audiovisual y radio, en palabras de Paola, están generando posibilidades para que los menores no tengan que salir de su territorio y encuentren allí “un lugar seguro”.

Voces del pato

FOTO: Escuela Audiovisual Voces del Pato.

Por lo general, las jornadas de formación y capacitación de la Escuela tienen lugar en la Casa Taller, el espacio diseñado por los jóvenes de la región, la Asociación de Compadres y Comadres por la Paz, ‘Compaz’, con apoyo del Consejo Noruego para Refugiados. Está ubicada en una montaña que permite contemplar el paisaje de la cordillera; en otras ocasiones, el campo y las casas de los vecinos y vecinas, o más bien: el territorio, es el espacio de aprendizaje del grupo, que con cámaras y grabadoras van explorando las historias por contar.

“Considero que la escuela le apuesta a la construcción de paz, principalmente desde la comunicación verás: contando la realidad ya se está construyendo paz” reconoció Paola.

Aunque al proceso le faltan recursos económicos, equipos técnicos y capacitación para su óptimo funcionamiento, tanto Paola, como Andrea Rojas y Andrés Vanegas, los otros coordinadores de la Escuela, insisten en seguir adelante, pues coinciden en que es una forma de brindarles a los más jóvenes alternativas y posibilidades de un proyecto de vida no relacionado con el conflicto armado.

“Da la posibilidad también de creer en ellos y de creer que existe un futuro mejor. Que ellos pueden llegar a ser lo que quieran”, destacó Paola.

Ella sueña que en 10 o 20 años, algunos de sus estudiantes sean productores de cine, realizadores audiovisuales, periodistas, o lo que les apasione, siempre y cuando sea su voluntad genuina y no corresponda a imposiciones externas. “Que de pronto cuando ellos crezcan, cuando tengan una madurez digan bueno decidí ser lo que quise y no por imposición de nadie”.

Tania Lizeth Sánchez, 10 años, integrante de la EA Voces del Pato

“He aprendido a manejar drones, cámaras, leer cuentos, hablar en público, a compartir con los amigos y muchas cosas más”.

Maximiliano Montilla Reyes 9 años, integrante de la EA Voces del Pato

“Lo principal de la escuela es saber manejar dron, saber manejar la cámara bien, saber editar. Nuestro lema es: ‘Somos el sendero de la esperanza’, porque editamos cosas. Me gusta venir a la escuela porque aprendemos y jugamos, tomamos fotos, hacemos videos. Me gusta que me entrevisten. Por veces participan los mismos niños, otras veces son diferentes, pero hay algunos que son fieles, como Tania, como Lucho”.

Dana Michel Fierro, 11 años, integrante IA Voces del Pato

“La casa taller es un espacio donde aprendemos a compartir y a ser honestos y muchas cosas más. Lo que más me gusta es manejar cámaras”.

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