La mujer indígena es símbolo de resistencia, lucha y valentía en el mundo
En el marco del segundo encuentro de organizaciones y movimientos de América en 1983, cada 5 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena, con el fin de centrar las miradas en las perspectivas, voces, sentires y pensamientos de las mujeres indígenas en el mundo, con el propósito de visibilizarlas.
De acuerdo con datos de Naciones Unidas, de los 476 millones de personas indígenas que viven en 90 países, alrededor de 238 millones son mujeres que desempeñan un rol fundamental en la conservación de la biodiversidad y la transmisión de conocimientos ancestrales.
Según organizaciones de mujeres indígenas, uno de los retos que enfrentan históricamente es la pobreza, la desigualdad, la discriminación, la violencia de género y la vulneración de derechos. Por ello alzan su voz a través de liderazgos y procesos de base como el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) y la Red de Mujeres Indígenas sobre Biodiversidad de América Latina, entre otros.
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“Ser mujer indígena primero es un reto grande, porque llevas una responsabilidad de garantizar la transmisión de los saberes, tejer la paz a través de la palabra, ser consejera y velar por el bienestar y el buen vivir dentro del territorio”, dijo Ana Delia Fernández, sabedora indígena wayuu de La Guajira y fundadora de la Organización de Mujeres del Pueblo Wayuu. A través de la revista cultural Seyuu Mma, que significa Espíritu de la Tierra, promueve el conocimiento ancestral, las luchas y derechos de las mujeres.
“Uno de los retos que enfrentamos como mujeres indígenas es vivir las afectaciones del conflicto armado en Colombia, donde las mujeres nos quedamos sin esposos, sin hijos porque la guerra se lleva o mata a nuestros seres queridos”, narró Paknam Kima Pai, mujer awa de Putumayo, lideresa y defensora de derechos humanos. Ella es abogada y una de las primeras mujeres de su comunidad en acceder a la educación superior, estudiando Derecho y Antropología. Es reconocida por su defensa de los nombres propios y tradicionales de su pueblo para que sean incluidos en los documentos de identidad.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en su último registro, en Colombia aproximadamente 954.000 mujeres se identifican como indígenas y más de 264.000 han sido reconocidas como víctimas del conflicto armado.
“Es un papel bastante fuerte, porque no es solo de parir vida y tener hijos, sino cómo empezamos a transformar realidades en diferentes espacios e instancias. Las mujeres nos mantenemos, y muchas veces nos toca solas, llegar a distintos escenarios de participación donde encontramos el clasismo estructural, el machismo que se ha sembrado en nuestras comunidades y en la sociedad. Pero debemos seguir trabajando y resistiendo”, manifestó María Violeta Medina, mujer indígena nasa del Cauca, defensora de derechos humanos, fundadora de la Mesa de los Pueblos Indígenas Víctimas del Conflicto Armado en Bogotá (2019) y participante en el Foro Permanente para las Cuestiones de los Pueblos Indígenas en la ONU en 2022, 2023 y 2024.
Entre Colombia y Panamá, en la frontera, habita el pueblo indígena gunadule. Allí, en medio de las montañas, Olowaili Green Cruz es la primera joven cineasta de su etnia. A través de la cámara y los registros audiovisuales, preserva y mantiene vivas las historias de sus abuelos y ancestros.
“Hablamos de la autorrepresentación y es el momento de narrarnos a nosotros mismos. Es nuestra responsabilidad resguardar la memoria. He realizado contenidos como La memoria de las abuelas en la serie del Buen Vivir, hice un corto que se llama El llanto de las abuelas y Abuela mar, una codirección con una compañera wayuu de La Guajira”, contó Olowaili Green.
En homenaje a Bartolina Sisa, mujer indígena aymara asesinada el 5 de septiembre de 1782 en Bolivia por su resistencia contra el colonialismo, hoy las mujeres indígenas, desde cada rincón de sus territorios, siguen tejiendo luchas en defensa de sus derechos, que merecen ser visibilizadas.