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Una década sin Gentil Montaña

Montaña es considerado el más importante compositor y exponente de la guitarra de escuela clásica en el país.
Foto: captura de video YouTube

Julio Gentil Albarracín Montaña fue, sin duda alguna, el más importante exponente de la guitarra de escuela clásica en nuestro país, tanto en el papel de intérprete como en el de compositor. Autor de decenas de piezas para el instrumento, se desplazó por terrenos de los sonidos populares, la música andina colombiana y las composiciones académicas, llegando a representar para Colombia lo que significa Antonio Lauro para Venezuela o Agustín Barrios Mangoré para Paraguay.

Nacido en la población tolimense de Purificación en noviembre de 1942, Montaña llegó a ser considerado por el célebre guitarrista norteamericano John Williams como "uno de los 10 más grandes ejecutantes del mundo", y su repertorio hoy hace parte del cancionero mundial para guitarra. Dentro del mismo se encuentran los sanjuaneros “El tolimense” y “El pijao”, cuatro suites colombianas para guitarra solista, decenas de piezas más para el instrumento incluyendo duetos, preludios, fantasías y danzas; más piezas para piano, cuarteto de saxofones y para orquesta de cámara y guitarra.

A pesar de que sus inicios en la música fueron de manos del violín, instrumento que le fue enseñado por su padre, entrado a la adolescencia ya era un consagrado concertista de guitarra clásica, que aprendió de manera autodidacta y al lado de los maestros Daniel Baquero y Domingo González, para luego cursar estudios en composición como alumno de Blas Emilio Atehortúa y Gustavo Yepes. Su debut se dio en el teatro Lido, de Medellín, cuando contaba con 19 años, y aunque su carrera lo llevó casi siempre por senderos de las sonoridades académicas, también hizo parte de un trío vocal dedicado al bolero con su hermano Carlos Ernesto, y participó de producciones de sonido andino del compositor José A. Morales, así como con la cantante de boleros María Eugenia y la artista pop de la década del 60 Lyda Zamora.

Más allá de su labor como ejecutante, que lo llevó hasta las más prestigiosas salas de conciertos del mundo entero y le permitió grabar una decena de trabajos discográficos en los campos clásico y popular, el músico ejerció una importante labor docente en la Universidad Pedagógica y en la Academia Luis A. Calvo, en Bogotá, además de haber sido invitado a impartir clases en el Conservatorio Superior de Música de París y en la Universidad Charles Darwin, de Australia. Así mismo, durante los últimos años mantuvo en vigencia su propia escuela, la Fundación Artística Gentil Montaña, en la capital de la república.

El guitarrista tolimense falleció en agosto de 2011, a sus 68 años, a consecuencia de una enfermedad neurodegenerativa. Tras su muerte, Montaña dejó una prolífica obra que también incluyó sonatas, estudios para guitarra, obras para cuarteto de cámara y, sobre todo, aquellas cuatro suites que le dieron gran notoriedad como compositor en su momento, en especial por el ya célebre “Porro”, cuarto movimiento de su Suite Colombiana N°2, pieza que ha sido la preferida de muchos de sus colegas como el uruguayo Eduardo Fernández, la norteamericana Sharon Isbin, el argentino Ernesto Bitetti, la colombiana Irene Gómez y, más recientemente, el joven virtuoso brasileño Yamandú Costa, que ha convertido al Porro de la Suite No. 2 en uno de sus caballitos de batalla.

El 27 de agosto conmemoramos 10 años del fallecimiento de Gentil Montaña, el más importante compositor y exponente de la guitarra de escuela clásica en nuestro país. Por eso es nuestro Artista de la Semana.

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