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Astor Piazzolla: los años del tiburón, el documental sobre el ‘enemigo de los pies’

El documental que ha recorrido los grandes festivales de cine del mundo, ahora se podrá ver en una reconocida plataforma digital.

Por: Sergio Villamizar D. (Colprensa)

En Nueva York, Carlos Gardel, ya transformado en toda una estrella de la música y el cine de la época, se encontró con el jovencito Astor Pizzolla, cuyo talento lo sorprendió tanto, que le propuso que lo acompañara en su nueva gira de conciertos.

Pese a la oportunidad, los padres de Astor consideraron que era muy joven para ello, era menor de edad y eran muchas las dificultades de los permisos para tocar, por lo que no lo dejaron ir. Fue la última gira de Gardel, en la que la muerte lo encontró en el aeropuerto en Medellín.

Es una de las tantas historias que se encuentran en ‘Astor Piazzolla: Los años del tiburón’, un documental de Daniel Rosenfeld, que ha recorrido los más grandes festivales de cine del mundo, las salas de cine de América Latina y ahora se podrá ver por HBO.

Del 13 de octubre al 16 de diciembre, HBO emitirá la novena edición de su temporada de documentales, que contará con 11 obras inusuales, con nuevas perspectivas, permitiéndole al espectador profundizar sobre diversos temas universales y actuales.

Esta temporada la abrirá el próximo martes a las ocho de la noche con este documental sobre uno de los músicos más importantes del siglo XX, quien, tildado como el asesino del tango, pero quien realizó toda una revolución que revitalizó este reconocido género musical, entre su pasión por la pesca, sus clases de boxeo de niño y su incansable búsqueda artística.

En entrevista con Colprensa, Daniel Rosenfeld entregó detalles de esta producción cinematográfica, las complicaciones y las satisfacciones de crear una película en homenaje a uno de los más grandes de la música latinoamericana.

En la intimidad de Piazzolla

¿Cómo empezó su relación con una figura como la de Astor Piazzolla para hacer el documental?

Redescubrí a Piazzolla haciendo la película. Para mí una película es una manera de bucear en algo que no conozco. Es esa investigación que no tiene que ver con lo periodístico, tampoco tiene que ver con la información, sino con lo sensorial. Yo quería que al final de la película uno tuviera la sensación de que Piazzolla lo golpeó en el cuerpo, como un huracán.

Al meterme en los archivos descubrí la obra de un genio de la música, no solamente del tango, sino que logró atravesar un arco musical enorme. Era una desgracia no hacer una película teniendo tantos archivos que hasta ahora no habían sido vistos, que tanta gente no lo conociera o que lo conocieran por algunas de las obras más conocidas, que no le hacen justicia a la obra inmensa que él hizo.

¿Cómo fue la construcción de esta película documental?

Él hizo muchísima obra y yo quería hacer una película que no tuviera entrevista de terceras personas hablando de Piazzolla. Quería que fuera la voz de él, por lo que inspeccionamos todos sus archivos personales que tiene su hijo, con las conversaciones que grabó Astor con su hija Diana, que serían la materia prima de un libro. De ahí surgió el punto de vista de la película. Es una historia de padres e hijos y sus distintas relaciones de búsqueda.

En un momento de la película el hijo de Astor cuenta que en un asado el músico quemó todas sus partituras diciendo: “ya no me importa el pasado, me importa lo que haré mañana”. Ese era el tipo de torbellinos que tenía Piazzolla sobre su obra, siempre rompiendo, siempre adelante, siempre buscando algo distinto.

¿Cuál ha sido la parte más difícil de hacer la película?

Lo más difícil fue el montaje y también que en una película de ficción uno puede grabar una secuencia con actores y sabes que ahí están, pero el trabajar con archivos, hace que todo sea posible.

Pueden aparecer más archivos, que uno tenga que pensar muy bien la dramaturgia, porque yo quería que esta película les gustara a las personas que gustan de la obra de Astor, pero también a quienes no gustan de su música. Ahí entra la narrativa del cine, con lo que uno conoce de la vida y aparecen las contradicciones del personaje, con sus vínculos familiares, que está en el centro de la película.

¿Y la música?

Hay muchísima música en la película. Son como 24 obras musicales, siempre en función de la narración, porque quién le guste puede escucharlo tranquilo en su casa o con auriculares caminando por la ciudad. La experiencia de ir por cualquier ciudad de Colombia escuchando ese bandoneón es una experiencia que todos deberían hacer.

Foto: Astor Piazzolla (Colprensa-HBO)

Hoy es elogiado y admirado, pero en su momento fue criticado y rechazado...

Fue muy criticado por su música, por un motivo muy simple, las orquestas de tango hacían música para bailar y él quería hacer música para que se escuchara, lo que era una idea alocada en su momento. De hecho, era conocido como ‘el enemigo de los pies’, por no hacer música para bailar.

Estaba transformando la música y, por eso, muchos le llegaron a decir ‘El asesino del tango’, pero él hacía una música muy propia, que tenía una sonoridad cercana a la música popular de ese tiempo.

¿Se reinventaba constantemente?

Más que reinvención era vanguardia. Uno escucha cuatro o cinco notas y ya sabe que es él, que es algo difícil encontrar hoy.

Yo creo que todas las llaves, todos los secretos se encuentran en la infancia, por lo que hay que imaginarlo en una ciudad como Mar del Plata, como hijo y nieto de migrantes, que también migró de su ciudad natal a Nueva York para crecer allí en la época de la ley seca escuchando todas las músicas que se mezclaban, como lo que venían de New Orleans, del barrio, así como los sonidos italianos y un vecino que tocaba música clásica. Todo eso fue su influencia para lo que luego terminaría haciendo.

Cuando era chico tenía diez años, hacía mucho frío, su padre tenía las manos congeladas y al llegar del trabajo ponía un disco de tango y se ponía a llorar. El pequeño Astor pensaba: esa música que hace llorar a mi papá no me gusta, pero justamente, terminó revolucionando esa música.

¿Difícil crear un documental sobre la vida y la obra de un artista como Astor Piazzolla?

Es imposible abordar totalmente un personaje en una película. Siempre está lo que se quiere contar y lo que se puede contar. A la hora de la investigación te encuentras con demasiadas cosas y no todo se puede poner en una película. Se debe iluminar un costado que luego te permita seguir explorando más de manera independiente.

La idea de la película era ver los cambios de época de los años 30 hasta los años 90, siendo testigo de los cambios del mundo. Todo eso era la guía para saber qué quedaba afuera y qué no.

¿En qué estado se encontraban los archivos?

Tuvimos que restaurar buena parte del archivo. De hecho, la imagen con Carlos Gardel, son imágenes que restauradas jamás se habían visto, que eran claves para acompañar la narración del propio Piazzolla sobre su encuentro mágico con Gardel en Nueva York.

Es ese momento en que Carlos le dice a Astor que lo acompañe en su gira, pero los padres se opusieron porque Astor era muy chico. Estamos hablando de un Gardel que ya era la gran estrella de la música y el cine. Fue la gira en la cual tuvo el accidente fatal Carlos Gardel en Medellín.

Antes de esa gira, el padre de Astor talló en madera a un músico y Astor se lo regaló a Gardel. Como agradecimiento Carlos lo hizo actuar en una película y años después, en una tienda en Nueva York, apareció, todo chamuscado, el muñeco de madera, que tenía el nombre del padre de Piazzolla y la dedicatoria a Gardel.

Foto: Astor Piazzolla (Colprensa-HBO)

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