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Tiendas de barrio, una fuente de abastecimiento durante la cuarentena

Las tiendas de barrio constituyen uno de los principales motores de la economía del país, según Fenalco.

Por: Richard Hernández

Para muchos colombianos de a pie las tiendas de barrio representan un lugar cercano y de confianza, para tener a la mano los productos básicos de la canasta familiar. Es por esto que estos establecimientos se han vuelto fundamentales para el abastecimiento de los hogares en estos tiempos de confinamiento.

Con el paso del tiempo, algunas tiendas se han modernizado y otras conservan sus características de antaño. Estos negocios han sobrevivido gracias a la proximidad en los vecindarios. Los tenderos nos han visto crecer, conocen nuestras preferencias, en muchos casos, se convierten en amigos.

De acuerdo con la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), las tiendas de barrio constituyen uno de los principales motores de la economía del país. Se estima que en Colombia existen 719 mil establecimientos, entre ellos, panaderías, peluquerías y tiendas de barrio, que ofrecen sus servicios a lo largo del territorio nacional.

Según un estudio realizado por este gremio, la edad promedio de los tenderos es de 42 años; más de 55 por ciento de tenderos son mujeres y un 40 por ciento son cabeza de hogar. En cuanto a estudios realizados, el 31 por ciento adelantaron su primaria; el 47 por ciento son bachilleres; el 14 por ciento tienen algún título técnico y el 8 por ciento de los tenderos tienen formación universitaria.

Albeiro Zuluaga es un agricultor, dedicado a la siembra de hortalizas y verduras en el municipio antioqueño de El Santuario (Antioquia). Hace 10 años tuvo que desplazarse a Bogotá con su esposa y su hijo, dejando gran parte de su familia, porque con lo que devengaba en esa labor, no le alcanzaba para sostenerse.

Foto: Richard Hernández.

En el barrio Santa Rosa, de la localidad de Suba, junto a su hermano, compró una tienda a la que llamaron ‘Los paisas de la 93’. Iniciaron sin ningún tipo de experiencia en este tipo de negocio.

“El señor que nos vendió la tienda nos dio varios consejos sobre el negocio. En 15 días ya teníamos algunas instrucciones y de ahí en adelante haga lo que pueda. Gracias a Dios nos ha ido muy bien, no nos ha quedado grande”, señala Albeiro quien vive a pocas cuadras de la tienda, con su esposa y sus dos hijos.

El dicho “el que tenga tienda que la atienda”, es un refrán que pega muy bien para el oficio de tendero, ya que es un trabajo que requiere mucho sacrifico y dedicación. La mayoría de tiendas prestan sus servicios durante toda la semana, desde tempranas horas de la mañana, hasta largas horas de la noche.

“Me levanto a la una y media de la mañana para ir a Corabastos y traer las legumbres y todo lo que haga falta. Trabajo hasta las nueve de la noche. A los clientes les gusta los productos que vendo como la papa, el plátano, la arverja, la cebolla cabezona y la yuca, que la traen de los Llanos Orientales. Me gusta comprarle a un solo proveedor y si algo me sale malo cambio de proveedor”, asegura.

Se estima que en el país hay unas 268 mil tiendas de barrio. Pero debido a la cuarentena, un 40 por ciento de estos establecimientos se encuentran cerrados.

“La pandemia me ha afectado bastante porque a algunos clientes siempre les da miedo llegar al negocio y se han bajado las ventas. Además, la mayoría de gente no tiene plata para sobrevivir. Pero la ventaja es que yo tengo muchos domicilios. Por acá en el barrio varios locales han tenido que entregar porque los arriendos son muy caros. Yo pago 900 mil pesos mensuales”, afirma.

A pesar de la evolución de los grandes supermercados y de la llegada de tres nuevos competidores, las tiendas de barrio siguen siendo, sin lugar a dudas, el más importante medio de distribución de los productos de la canasta familiar.

“Pues acá en la tienda se encuentran todo fresquito y no hay tanta acumulación de gente como en esos supermercados. A mí no me ha quitado clientes, de pronto en los productos de limpieza sí. Pero en lo referente a las verduras y frutas no, porque la gente puede comprar por unidades, mientras que ellos todo lo venden empacado”, explica.

La mayoría de las tiendas de barrio atraen a sus clientes porque todavía mantienen el sistema de fiado. También estos negocios cautivan a los compradores por la venta fraccionada en unidades de diferentes productos, lo que les aporta mayor ganancia.

“Yo solo le fio a tres clientes que los tengo seleccionados, de resto no fio porque uno se va a la quiebra. Además, acá usted puede comprar cosas al menudo, como un tomate, un huevo, hasta un frasquito de aceite que vale dos mil pesos, que lo sacan de apuros. También lo más bonito es atender a la gente con cariño y amabilidad. Usted sabe que si a uno lo tratan bien la gente vuelve”, comenta.

Las cifras muestran que las tiendas de barrio en las principales ciudades del país, captan más del 48 por ciento de todo el mercado de la canasta familiar; mientras que en las pequeñas poblaciones su participación se fortalece en un 62 por ciento. Además, no solo aportan económicamente al país, sino que también generan empleo. Un estudio arrojó que 4,25 personas son empleadas por cada uno de estos negocios.

Foto: Richard Hernández.

“Yo tengo dos empleados que me han salido muy buenos. Además, como madrugó a Corabastos, tres veces a la semana, mientras descanso una o dos horas, ellos se dedican a atender a los clientes. Para estos muchachos y para mi es una bendición estar ocupados en medio de esta pandemia, no hemos parado de trabajar”, asegura Albeiro.

Además, el aislamiento también cambió la situación de seguridad para los tenderos, en algunas zonas mejoró, pero en otros lugares empeoró por cuenta de la cuarentena.

“Este barrio ha sido muy calmadito, pocos ladrones. No es como en otras partes que atracan muchas tiendas y pequeños supermercados. Es una zona muy comercial, usted encuentra aquí de todo. No tiene necesidad de ir al centro”, señala.

A pesar de que Fenaltiendas, entidad que apoya a estos pequeños comerciantes, realiza capacitaciones para que los tenderos se transformen digitalmente y se adapten a los cambios, algunos de ellos, como Albeiro, son reacios a estas trasformaciones tecnológicas y prefieren seguir llevando sus cuentas en cuadernos y utilizando la calculadora.

Los tenderos prestan un gran servicio a la comunidad. La mayoría de ellos trabajan más de doce horas diarias durante casi todo el año. Por eso para homenajear a estos minoristas el gremio de comerciantes cada 25 de agosto celebra el Día Nacional del Tendero.

Las tiendas de barrio siguen siendo apreciadas por muchos hogares colombianos, que han visto de generación en generación los cambios que han tenido algunas de ellas y las que se mantienen iguales, como si el tiempo no las hubiera tocado, prestando un valioso servicio en la venta de productos y bienes básicos para las familias.

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