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Llora la marimba porque su dueño se fue: adiós a Diego Obregón

El mundo de la música reconoce su valioso aporte a la cultura del Pacífico.

Por: Luisa Piñeros

Guapi está de luto, uno de sus más queridos hijos musicales partió el pasado 11 de julio en horas de la mañana. Se trata de Diego Obregón, un talentoso músico que se abrió paso por su talento y creatividad.

‘Yiyo’, como cariñosamente le decían, conocía muy bien los secretos de la marimba de chonta, instrumento que tocaba con pasión y que construía con destreza, guardando siempre respeto por lo que sus ancestros le enseñaron. La música era lo suyo y con una formación empírica aprendió a tocar bajo, guitarra, tres cubano, y percusión (bombo, cununo y guasá).

Según Kike Riascos, marimbero de Herencia de Timbiquí, “El aporte que él le dio a la música del Pacífico fue a través de la guitarra que tiene una comunicación muy bonita con la marimba. Él lo que hizo fue llevar el sonido de la marimba a la guitarra y viceversa. También fue luthier, tanto así que en los nuevos esquemas que se usan en la marimba, él tuvo mucho que ver en el desarrollo y en lo que hoy usamos en Cali”.

Desde muy temprana edad se radicó en la capital del Valle y a pulso comenzó su periplo en la música. Sus pasos lo llevaron a andar caminos que nunca imaginó y de Guapi saltó a Nueva York, para convertirse en un gran embajador del Pacífico. El piano de la selva llegó a la gran manzana de la mano de Diego. Y como dice una canción escrita por él “Yo vengo de Guapi, llegué a Nueva York, trayendo a este mundo mi lindo folclor”.

Verlo tocar y cantar en vivo se convertía en una experiencia hipnotizadora. Con un aporte sólido y una presencia de roble, este hombre grande se veía aún más grande sobre el escenario cuando sus manos se encontraban con los tacos y las tablas de este ancestral instrumento que aprendió a tocar en Guapi.

“Para mí, Diego básicamente es un luchador. Deja su tierra para buscar nuevos horizontes y termina en Estados Unidos, viviendo allá en una lucha constante por mantenerse en la música, mantenerse en el ejercicio musical y mantener a su familia de una manera digna, afrontando todo tipo de adversidades. Era una persona supremamente creativa que aprendió de los mejores maestros tradicionales como Silvino Mina (fallecido)”. Así lo describe Adrian Sabogal, músico, intérprete de marimba, director de Redil Cuarteto y de Marimbea, entre otros.

Este músico destaca que Obregón fue cununero de su agrupación, lo que representa un honor, señala que fue una medalla que él ganó por su manera de tocar. Lo recuerda, sobre todo, como una persona con un alto nivel musical y una humildad proporcional a su enorme talento.

Fue un arriesgado, un músico que siempre buscó innovar con los arreglos. “Sin duda un prolífico, de los primeros que migró a Estados Unidos. Un personaje muy conciso cuando daba los talleres, muy intuitivo y experimentado en las músicas del Pacífico”, comenta Leonel Merchán, director de La Phonoclórica y conocido marimbero de Bogotá.

Varios de sus conocidos y allegados se manifestaron en redes sociales tan pronto se conoció la noticia, entre ellos la agrupación Curupira: “En el verano de 2014 grabamos en Nueva York el disco ‘La Gaita Fantástica’, donde contamos con la invaluable participación de Diego Obregón ‘Yiyo’, quien grabó uno de los temas con su marimba”.

Otras voces se hicieron sentir, esta vez a manera de canción con el homenaje que compuso y cantó la cantante Ladys Orejuela con sentidos versos como “Se abren las puertas del cielo para recibir a un ángel. Un ángel que se va lejos pero nos deja el recuerdo. Adiós Yiyo, adiós Yiyo, adiós Yiyo y el cielo te recibió. Calla la marimba … llora la marimba porque su dueño se fue”.

Guapi llora, despide y siente el vacío de un músico que al cielo se fue a tocar.

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