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Una historia con sabor a arepa de huevo

Un plato lleno de sabor y tradición.

Luruaco es un pequeño municipio de poco más de 22 mil habitantes ubicado a 67 kilómetros de Barranquilla, en la vía conocida como la Cordialidad y que hace parte de la Troncal del Caribe, que conecta los departamentos de Atlántico, Magdalena y Bolívar en la costa norte colombiana.

Esta población que debe su nombre al pueblo indígena Uruaco que alguna vez habitó esa zona de la gran ciénaga de San Juan de Tocagua, celebra anualmente la 27 versión de la Feria de la Arepa de Huevo, un platillo que no solo es representante de la cocina tradicional colombiana, sino la fuente de trabajo y sustento de más de 67 familias en esta localidad.

Fruto de la herencia de maíz indígena, las tortillas de huevo de los españoles y las frituras africanas, este nutritivo bocadillo fue pasado de generación en generación desde hace casi 200 años.

Según Emanuel Morales, Secretario de cultura de Luruaco en la localidad hay 4 descendencias de mujeres dedicadas a la fabricación de arepas, que normalmente son punto de referencia y de parada de los conductores y turistas de la vía, para relajarse y probar uno de los platillos emblema del Caribe.

Desde hace 9 años se creó la Asociación de productoras de arepa de huevo de Luruaco - Asopral que congrega a las productoras locales y hoy en día representa la principal fuente de ingresos de sus pobladores. Mientras las mujeres pilan el maíz, lo cocinan, lo amasan "bien amasaíto", lo fritan hasta que los discos dorados están listos para rellenarse, los hombres salen a la vía a venderlos en los pasajeros de los buses, conductores y turistas que aseguran de a mil en dos mil pesos, la estabilidad económica de estas familias.

"En Luruaco el 80% de la población depende de las arepas de huevo, los hijos lo venden y las hijas ayudan en la cocina... la tradición ya tiene quién sabe desde cuándo porque desde que yo era chiquita eso ya estaba. Entonces Luruaco depende de esta única fuente de empleo porque no tiene empresa, ni trabajo de ninguna clase sino únicamente las arepas y con eso uno ha conseguido su casa, el estudio para los hijos y así", afirma Ruth Cecilia Montero, presidenta de Asopral.

Ruth, es hija, nieta y bisnieta de cocineras, quien lleva ya más de 30 años en el negocio. "Mi abuela fue la que fundó el primer puesto de arepas de huevo, siguió mi mama y muchos llegan allá a "La mesa de chiquita" que es como se llama el puesto y le decían a mi abuela. Se hace de varios tipos de arepas, tostadas con pollo, empanadas, papas y otros fritos", afirma.

Sin embargo no todo es felicidad y este al igual que otras comidas tradicionales colombianas se encuentran amenazadas por la llegada al país de otras variedades de especies de maíz y de productos, que a menor precio en el mercado, han ido desplazando a los ingredientes originales de estas recetas, tal como lo explica Ángela Caro, Asesora del Plan Especial de Salvaguarda del Ministerio de Cultura.

"Hay muchos productos que están desapareciendo por el cambio climático, el uso de los suelos para minería, los TLC y otras condiciones adversas con el medio. Si nosotros perdemos nuestros productos propios, nuestras semillas nativas, se perderá parte importante de nuestra cocina. Si el producto no está, el conocimiento culinario se pierde y viceversa", afirma y explica que los campesinos de la zona han dejado de sembrar la variedad "maíz cuba", que fue el tradicional usado para esta preparación, tras la llegada de otras especies mucho más rentables económicamente.

Sin embargo aún sobrevive Molinos Peter, que según Mileidis Coronado, representante legal de la asociación, son la empresa que distribuye el maíz que se pila para las arepas en esta zona del país. "Ellos van y consiguen en dónde sea el maíz, porque otros tipos no dan la consistencia que se necesita para prepararlas, la masa queda o muy blandita o muy dura, aunque hemos tenido que probar otras variedades debido a los costos", dice.

Actualmente la secretaría de Patrimonio del Ministerio de Cultura a través de la secretaría de Patrimonio trabaja en un plan que busca el conocimiento, investigación, divulgación y fortalecimiento de los productores de nuestro patrimonio culinario, así como la detección de cocinas tradicionales que estén en riesgo inminente de desaparecer.

Y es así como una arepa de huevo puede significar no solo el sustento de familias en el caribe colombiano, sino una parte importante de nuestra identidad. Si usted está cerca de Barranquilla o de Cartagena en este puente, no se pierda de comer uno de los platillos más exquisitos de nuestra cocina tradicional.

Escuche la crónica radial de la historia sobre este plato tradicional colombiano :

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