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Los aniversarios de Espinosa y Bedoya

Se celebran 75 años de su unión, ocurrida el 10 de junio de 1945; y se conmemoran 35 de su separación artística en 1985.

Sin duda alguna, el dueto conformado en Medellín por Eladio Espinosa y Francisco Bedoya fue determinante en la consolidación del bambuco y el pasillo en el gusto popular colombiano, especialmente en Antioquia y el Eje Cafetero. Es indudable que las voces recias de Espinosa y Bedoya le dieron carácter al sonido andino hecho en Antioquia y ayudó a conformar, junto con varias agrupaciones colegas, la genealogía de la música para dueto en el país.

Y este 2020 es un año de conmemoraciones redondas para la dupla, pues se celebran 75 años de su unión, ocurrida el 10 de junio de 1945; 35 de su separación artística en 1985, el centenario de Espinosa este 28 de octubre, y los 105 años del natalicio de Bedoya, el próximo 28 de noviembre.

En su libro “A mí cánteme un bambuco”, la biblia del género escrita por Hernán Restrepo Duque, se menciona a este dueto como “símbolo del perfecto equilibrio bambuquero”. Más adelante, el disquero e investigador antioqueño dice “que no alcanzan a expresarse totalmente, pero que buscan caminos y mantienen, dentro de los problemas que acosan a la música colombiana, una vigencia meritoria”.

Con todo y esa percepción, Restrepo Duque no dudó en lanzarles un pequeño dardo al decir, que con ellos, ese espíritu del que hablaba “quedó cojo, por cuanto fueron quienes primero abjuraron del tiple como acompañador indispensable del misterioso aire musical” del bambuco. En efecto, sus dos intérpretes prefirieron ejecutar la guitarra y dejar de lado al tiple, lo cual si bien desentonaba con los cánones establecidos por duetos como Pelón y Marín o como Obdulio y Julián, sí les permitió pasearse con comodidad por géneros de otras latitudes como el vals ecuatoriano y el bolero.

El dueto Espinosa y Bedoya se conformó a mediados de 1945 en Medellín, tras la unión de los músicos antioqueños Eladio Espinosa Sepúlveda –nacido en 1920 en la población de Bolívar– y Francisco Bedoya Ríos –oriundo de La Ceja del Tambo, del año 1915–. Ambos empezaron a trabajar en la famosa compañía artística de Campitos, y ya en 1947 estaban registrando sus primeras grabaciones en el sello RCA Víctor, inicio de una carrera de cuatro décadas dedicadas al bambuco, el pasillo, el bolero y las serenatas. Cuenta la historia que al principio no fue muy bien acogido el ensamblaje de sus voces, hasta que a alguien en la RCA les propuso cambiar de lugar. Desde ese entonces Espinosa fue primera voz y Bedoya, segunda.

Espinosa y Bedoya sumaron 40 años de carrera con algunas interrupciones en las buscaron, cada uno por aparte, a otros solistas para acompañarse. Pacho Bedoya trabajó un tiempo con Nano Molina y con la cantante argentina Mery Allister, mientras que Eladio Espinosa se fue a residir a Bogotá para trabajar con José Macías. Sin embargo, estaba claro que la magia la hacían los dos, y por ello siempre regresaban para ser vitoreados no sólo en escenarios nacionales sino también durante las giras que hicieron por Venezuela, Perú, Ecuador y los Estados Unidos.

Un aproximado de 12 trabajos discográficos les permitió a Espinosa y Bedoya dejar bien situadas en el gusto popular sus versiones de “Aguardiente de caña”, “Altiva samaritana”, “Duda”, “Compréndeme”, “Rondel”, “Vecinita”, “Caminos de Caldas” y boleros como “Obsesión”. Tras el retiro, los cantantes pasaron sus años otoñales junto con sus familias y alcanzaron a contar siete hijos cada uno. Eladio Espinosa murió a sus 80 años en junio de 2001, y Pacho Bedoya lo siguió a sus 89, en octubre de 2004.

En un año para celebrar la obra del dueto Espinosa y Bedoya, ellos son nuestros Artistas de la Semana

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