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Magda Navarro: música campesina para cantarle a la paz

Fue la ganadora del Festival de Músicas Campesinas realizado en Radio Nacional de Colombia.

Por: Anthony Pacheco Ropero

La música es una de las principales herramientas con las que cuentan los campesinos para expresar sus emociones. Esa, precisamente, es la esencia de Magda Navarro, nacida en la vereda Tierra Azul en el municipio de El Carmen, Norte de Santander, y ganadora del Festival de Músicas Campesinas realizado en Radio Nacional de Colombia.

Para ella la música se convirtió en su mayor motivación. “La música campesina para nosotros lo es todo, nos identifica y nos representa como región, es pasión, vida, experiencia”, expresa. Recuerda que desde muy niña le gustó la música porque su papá la llevaba a la iglesia y allí le daban la oportunidad de cantar.

Además, ha estado siempre en contacto con la música por herencia y tradición familiar. “En mi familia materna mis tíos son músicos y mi mamá también canta, entonces es una situación que viene de cuna”, afirma.

Cuando se enteró que Radio Nacional de Colombia estaba realizando el Festival de Músicas Campesinas, no dudó en inscribirse y presentar la canción ‘Vuelvo a mi pueblo’, que hablade su tierra y sus campos.

“El compositor escribe de lo que vive a diario y el amor por nuestro municipio hace querer cantarle al pueblo. ‘Vuelvo a mi pueblo’ es una canción que le compuse a mi tierra: El Carmen, porque estuve varios años fuera y retornar nuevamente, compartir con la gente y permanecer por un largo tiempo hizo que naciera la inspiración y compuse esa canción”, cuenta.

Esta oportunidad cambió por completo su vida como artista, según asegura. “El festival fue el espacio que buscaba para dar a conocer y resaltar la labor de la mujer campesina, no solo nos dedicamos a criar hijos y a cocinar, también producimos y creamos arte y componemos canciones y podemos mostrar la cara buena del Catatumbo y la zona rural”.

Aún conserva muchas más canciones de su propia autoría, todas con un toque de esperanza, paz y amor por la tierra y sus raíces, por eso recalca la importancia de su familia y sus hijos para seguir haciendo canciones que alegran corazones. “Mis papás, mis hijos y mis hermanos me apoyan mucho, se sienten orgullosos de lo que hago. Mi hija también canta y es muy creativa, entonces creo que están felices por lo que hago”.

No sueña con tener fama y fortuna, su carácter tranquilo y lleno de esa paz que ofrece el campo del Catatumbo la caracteriza; sin embargo, su meta es clara y dispone de todo su empeño para alcanzar su meta.

“A mí lo que más me interesa es resaltar el valor de la mujer campesina y la labor que realizamos a diario en la zona del Catatumbo. Para conocer que el Catatumbo no es solo violencia, guerra o grupos ilegales, también existe el fruto bonito de la gente, que nos dedicamos a producir música y a cantarle a nuestras tradiciones y nuestros pueblos”, concluye.

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